Ana Mena es sin duda uno de los nombres más admirados del pop español actual. Su carrera no deja de sumar éxitos y cifras millonarias, pero lo que hay detrás de su patrimonio es una historia de esfuerzo, ahorros e inteligencia financiera.
La malagueña, de 28 años, además de romper récords en ventas y conciertos, se ha convertido en un ejemplo para quienes buscan no solo triunfar en la música, sino también asegurarse un futuro estable.
La artista empezó como niña prodigio y terminó conquistando España, Italia y América Latina con su carisma y talento.
Sin embargo, Ana Mena nunca ha ocultado la importancia del dinero en su vida y lo cuenta con naturalidad y sentido del humor.
En una de sus entrevistas más virales, la cantante confesó: "Más de un melón y menos de 200 melones", usando "melón" como sinónimo de un millón de euros y dejando claro que su cifra exacta no es ningún secreto para ella... pero sí para el público.
Su sinceridad la llevó a aclarar en otro de sus pasos por televisión que sus ahorros actuales han mejorado notablemente: "Mis ingresos han cambiado mucho en los últimos años. Antes tenía ahorrados 3.000 euros, ahora bastante más".
El cambio se debe a un trabajo incansable y a una agenda cargadísima de conciertos, eventos, colaboraciones con grandes marcas y contratos publicitarios.
"Cada concierto puede generarme entre 15.000 y 40.000 euros, según el recinto y la ciudad", explica la intérprete.
Además, ha confirmado: "Durante meses de mucho trabajo llego a ingresar 16.000 euros; en temporada baja, algo menos".
Pero Ana Mena no es solo una artista que sabe ganar dinero: también sabe gestionarlo. "He aprendido a invertir lo que gano y tengo un colchón que me da tranquilidad", reconoce satisfecha.
Así, la joven ha diversificado su economía gracias a contratos con firmas como Puma, Cacharel y Pandora, y confiesa que compra propiedades en diversos lugares: "El éxito me ha permitido comprar una casa en Estepona, otra en Madrid y estoy mirando en Milán".
Ana Mena lo tiene claro con su dinero. No duda en mimar a los suyos: "No tengo límite para gastar mi dinero con la gente que quiero, no soy de la hermandad del puño cerrado", declara sobre su carácter generoso.
Sin embargo, matiza con sinceridad: "No me gusta hablar de dinero. Antes era más descontrolada, estoy aprendiendo a ahorrar".
El patrimonio de Ana Mena, por tanto, es el reflejo de una joven que ha sabido aprovechar cada oportunidad y convertirla en seguridad.
Trabaja sin descanso, reinvierte sus ganancias y nunca olvida mimar a su familia y amigos. Con más de un millón de euros en ahorros, casas en ciudades estratégicas y contratos con grandes marcas, Ana Mena es un ejemplo de estrella global... con los pies en la tierra.
