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En la era dorada de Hollywood, donde los números parecen desafiar la imaginación, George Clooney sorprendió al mundo con una decisión que pocos se atreverían a tomar: rechazar 35 millones de dólares por un solo día de trabajo.

El actor de 64 años no estaba dispuesto a comprometer sus valores ni su tranquilidad, dejando claro que la ética puede estar por encima de los contratos millonarios.

La historia se remonta a una propuesta comercial de una aerolínea, que llegó a Clooney con una oferta casi irrechazable.

"Me ofrecieron 35 millones de dólares (30 millones de euros) por un día de trabajo en un anuncio de una aerolínea. Pero hablé con Amal sobre ello y ambos decidimos que no valía la pena. Si me quita un minuto de sueño, no vale la pena", afirmó, sin rodeos.

La frase resume el carácter del actor, que por encima del dinero sitúa la paz mental y los principios personales. Para Clooney, no hay cifra suficiente que justifique que vaya en contra de lo que realmente cree.

La aerolínea en cuestión tenía, según el propio Clooney, una historia controvertida en derechos humanos y políticas internacionales.

En la entrevista, el actor reveló: "Me puse a pensar y lo comenté con mi esposa Amal. No podemos aceptar este trabajo si no nos sentimos cómodos con la empresa que está detrás".

Con esa naturalidad y seguridad, el astro de Hollywood convirtió una tentadora propuesta en toda una lección de dignidad profesional que dio la vuelta al mundo.

George Clooney no ha tenido jamás problemas de liquidez. De hecho, tras la venta de su marca de tequila Casamigos por casi 1.000 millones de dólares, el actor figura como uno de los intérpretes con mayor patrimonio personal de la industria.

Sus propiedades se extienden por varios continentes; posee mansiones en Italia, Inglaterra, Francia y Estados Unidos y se estima que su fortuna supera los 500 millones de dólares.

Lejos de presumir, Clooney suele bromear sobre su vida cotidiana: "Tengo suficiente dinero como para vivir sin trabajar. Eso me permite ser extremadamente selectivo a la hora de elegir mis proyectos", ha declarado en más de una ocasión.

Su fama de generoso no es casualidad: en 2013, sorprendió a sus 14 mejores amigos regalándoles un millón de dólares a cada uno.

"Ya pagué los impuestos de todos, así que este millón de dólares es íntegramente para vosotros. No tenéis que preocuparos por pagar la escuela ni la hipoteca", explicó.

Clooney, ejemplo de humildad

Esta actitud ha convertido al estadounidense en referente de independencia y honestidad, incluso en una industria donde las cifras pueden hacer tambalear cualquier convicción.

"Si el dinero te quita el sueño, no vale la pena. Prefiero dormir tranquilo a ganar un poco más", repite el actor, dejando entrever que la verdadera riqueza está en saber decir "no" cuando corresponde, por mucho que brille el cheque.

En definitiva, la historia de George Clooney y los 35 millones rechazados conecta con quienes buscan algo más que fortuna: la libertad de elegir y el valor de vivir conforme a los propios principios.