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La rutina diaria de Belén Rueda es un verdadero himno a la vitalidad y al equilibrio, una receta personal que parece desafiar al tiempo y que, a sus 60 años, la mantiene joven y llena de energía.

Al contrario de las típicas fórmulas secretas, la actriz prefiere la autenticidad y la cercanía; sus días empiezan con movimiento, y cada jornada es una invitación a vivir intensamente y a nutrir el cuerpo y la mente.

"Cojo la bici, hago máquinas del gimnasio, que me cuestan después de haber estado toda la vida haciendo ballet, pero te solucionan mucho", confiesa Rueda, con la misma naturalidad con la que se enfrenta a los personajes más complejos de su carrera.

Para ella, el deporte es, ante todo, una aventura: le fascina el mar, disfruta en invierno esquiando y busca siempre descubrir algo nuevo en cada experiencia.

"El mar también me encanta; y cuando llega el invierno, me gusta mucho esquiar", añade, reflejando ese espíritu inquieto y camaleónico que la caracteriza.

A diferencia de otras celebridades obsesionadas con rutinas estrictas, Rueda elige la flexibilidad. Combina deporte al aire libre con gimnasio y tiene muy presente el valor de los ejercicios de fuerza, sobre todo después de la menopausia.

"Las pesas, el entrenamiento de fuerza, a mi edad son muy importantes, porque con la menopausia tienes más tendencia a la osteoporosis, se pierde mucha masa muscular", revela, subrayando que su filosofía está enfocada no solo en el presente, sino como una inversión a largo plazo en salud.

Sus médicos incluso le han felicitado por la calidad de sus huesos y, gracias a su rutina y una buena alimentación, presume: "Gracias a eso, nunca sufro molestias de espalda".

A la hora de sentarse a la mesa, la conocida actriz practica la nutrición consciente, una enseñanza recibida de su madre y que ahora transmite a sus hijas: "Comer sano no debe ser una imposición, ni mucho menos un sacrificio", asegura con convicción.

Su filosofía es simple: todos los alimentos tienen cabida, pero con equilibrio. "Si estoy en casa sigo una dieta muy equilibrada: verduras, proteínas, fruta, e intento que sea muy sano durante todo el día", confiesa, rechazando las dietas restrictivas y apostando por disfrutar sin culpa.

Del mismo modo que cuida su cuerpo, Rueda tiene claro que la actitud es fundamental para mantenerse joven: explorar, aprender y desafiarse forma parte de su ADN.

Los deportes de aventura y las escapadas a la naturaleza la ayudan a desconectar, aunque para ella lo más importante es sentirse viva y auténtica en cada momento.

"Si educamos a nuestros hijos en qué es lo que están comiendo y qué es lo que necesitan en cada momento de su vida, lo incorporan como incorporan lavar los dientes todos los días", explica, defendiendo una vida donde cuidar de uno mismo es tan natural como respirar.

En resumen, Belén Rueda no tiene pócima mágica: para ella, el secreto de la juventud está en combinar pasión, disciplina flexible y un profundo respeto por el bienestar, disfrutando de lo sencillo y lo esencial con una sonrisa contagiosa.