Juan Reinaldo Sánchez, guardaespaldas personal de Fidel durante diecisiete años, fue encarcelado durante dos años en Cuba por "insubordinación" cuando le comunicó al comandante su renuncia. En 2008 logró escapar a Estados Unidos tras diez intentos. En 2014 se vengó de su ex jefe en forma de libro La vida oculta de Fidel Castro (Ed. Península). En este relataba con detalles los caprichos del dictador, cuyo estilo de vida se alejaba mucho de la austeridad que intentaba mostrar públicamente. En 2006 la revista Forbes le colocó entre las diez mayores fortunas del mundo. Sánchez dice que nadie puede evaluar a cuánto asciende, pero sin duda es de varios miles de millones de dólares. "Su propiedad más valiosa es la propia Cuba, que ha gobernado como monarca absoluto y donde ha sido durante décadas la única persona que puede disponer de todo, apropiárselo, venderlo o darlo", criticaba su ex guardaespaldas.

Fidel Castro con Juan Reinaldo Sánchez su guardaespaldas

El comandante vivía en isla Cayo Piedra, un paraíso privado al que sólo unos cuantos privilegiados pueden llegar. La isla cuenta con un delfinario, un criadero de tortugas, una piscina de agua dulce de 25 metros, un jacuzzi natural y, por supuesto, un escondite en caso de ataque.

Imagen aérea del complejo paradisíaco de Fidel Castro

Nunca ha sido hombre de madrugar y solía amanecer pasadas las diez de la mañana. No tenía cartilla de racionamiento como el resto de cubanos. En casa de Fidel se comía a la carta y un cocinero elaboraba tres menús diferentes cada día. Le gustaba el pescado fresco, el cordero y tenía su propia granja de quesos, leche y yogures. Su bebida favorita el whisky Chivas Regal. Entre el personal de servicio, contaba con un mayordomo entre cuyas tareas estaba servir la mesa.

Al comandante le gustaba comer bien

Tenía cuatro yates para sucar los mares y practicar su deporte favorito, la pesca submarina. Sus guardaespaldas se encargan de ahuyentarle a los tiburones y las morenas. El 'Aquarama II' es el yate de 30 metros de eslora con el que navegaba en familia. Esta lujosa embarcación tiene un comedor para doce personas, dos camarotes con baños independientes y un salón con bar y televisión.

A Fidel le gustaba practicar pesca submarina

A dos de sus guardaespaldas los elegía por tener su mismo grupo sanguíneo, el A negativo, uno de los más raros. En 1983 una úlcera cancerosa en el intestino le llevó al borde la muerte. Para que los cubanos no lo supieran, el régimen utilizó un doble, Silvino Álvarez, que se disfrazaba con barba postiza y recorría La Habana en el asiento trasero de la limusina presidencial, saludando desde lejos al estilo de Fidel.

Fidel solía pasear por La Habana y saludar a sus paísanos

En lo único que fue austero el comandante fue a la hora de vestir. Siempre aparecía con uniforme militar, se tratase del evento que se tratase y fuera cual fuese la hora. En 2006 tras ser intervenido quirúrgicamente, el gobierno cubano facilitó una imagen suya en la que el comandante aparecía vestido con un chándal de Adidas. La instantánea dio la vuelta al mundo y fue muy criticada. Desde entonces, ese fue el uniforme de la última etapa de vida del dictador. Los lucia de varios colores y marcas (Nike, Puma o Fila) y lo llevó en su encuentro con Françoise Hollande, el Papa Francisco o en numerosas apariciones en televisión. Patrycia Centeno, autora del libro Política y moda: la imagen del poder apuntaba que “para los analistas, el chándal es el nuevo símbolo de la revolución mientras que otros lo tildan de populista”.

Fidel acudió a la recepción con el Papa Benedicto XVI en chándal Gtres

Nicolás Maduro (izqda) y Fidel Castro (dcha) ambos en chándal en uno de sus últimos encuentros

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