Ray Bradbury: “La televisión, esa bestia insidiosa, esa medusa que convierte en piedra a millones de personas…”. Y así nos quedamos todos anoche: petrificados. Flipándolo en colores con el arranque de esta edición de ‘GH’, la decimoséptima. Se abrió una puertecilla roja y entró él: Alberto García, la primera persona que llamó para concursar en el programa. “¿Sabéis cuántos nos hemos apuntado alguna vez a ‘GH’?”, preguntó. ¡Un millón de personas! Y lo peor es que no era coña. De ellos, solamente 266 lo han conseguido. De momento. ¿Estamos locos?

Apareció después Mercedes Milá. De ‘rosa, rosae’. Y por un momento llegamos a creer que la cordura había regresado al programa y que ella volvía a ser la presentadora estrella. Gritos de “¡Guapa, guapa!”. Y ella: “¡No me hagáis esto, por favor!”. Mercedes, pensé que nunca iba a escribir esto. Pero lo hago: ¡No te vayas! También pensé que nunca iba a escuchar a ‘la’ Milá decir algo así en su programa. Aunque lo dijo. Os juro que lo dijo: “No te olvides de que en los libros está la felicidad”. ¡Madre mía!, ¿estábamos viendo Telecinco o la BBC?

La felicidad duró poco. Hasta que apareció él. ‘Juasjuasjuás’. El Salvador Deluxe. Vestido como si fuera El Jarabo. De negro riguroso. En plan paletillo con ínfulas recién llegado a una capital inhóspita y pugnaz. Qué corte de rollo. ¡La cagaste, ‘Juasjuasjuás’ Vázquez, el día en que, cual trepa avariento, este contrato firmaste! Reconócelo de una vez, tío: la gente no te quiere al frente de este GH17. Ni bailando flamenco ocupas el hueco que deja la yaya Mercedes.

A partir de ahí, más tedio. O sea, ‘viceversos’ de todo tipo y condición. Hagamos un rápido repasillo, por orden de entrada y sin salida: Miguel: natural de O Grove, como el churrasco. Un top-model-huevo-Kinder. Es decir, con sorpresa. Puesto que, en realidad, es otra cosa. Un tipo gris y alopécico que vive encerrado en el cuerpo de una diva ‘topmodelera’ e insoportable. Como diría Agustín Meseguer, el poeta: “Y los calvos, ¿para qué estamos hechos los calvos?”.

Noelia: que entra en el chamizo de Guadalix a capón. O sea, a dedo. Todo muy natural, sí. Nada impostado. Esta chica necesita traducción simultánea. Eso sí, de un traductor experimentado. Porque no calla ni debajo del agua. Confiesa, sin venir a cuento, que sufre de orgasmos cerebrales provocados por determinados ruidos. O algo parecido. Apenas entendí nada. Ni quise entenderlo, la verdad. Teatro. Esta edición de ‘GH’ es puro teatro. Beatriz: o la megachoni valenciana de turno. También entra a capón. Otra ‘viceversa’ del montón. Ya se ve por dónde irán los tiros este año… Álvaro: hípster, arquitecto, sevillí y barbapapá. Pol: de Barcelona ‘ciutat’. “Un luchador genéticamente perfecto y macho alfa”, así se define el tío. Un ‘viceverso’ dispuesto a tirarse todo ‘GH’ con la mascarita de lucha libre puesta. ¿Ha pasado toda esta gente algún tipo de examen psicológico? Si es así, los ‘troner’ somos nosotros.

Meritxell y Laura: amigas, veinteañeras, ‘viceversas’, pijifláuticas y residentes en un país multicolor denominado Cornellá. Entran como compiyoguis pero son obligadas a fingir que no se conocían de nada. Aunque media casa se pispla, previamente, de su chunguísimo montaje. La edición de las falsas apariencias, dicen que se llama el ‘GH’ de este año. Vamos, lo de siempre. Lo normal. La engañifa. Con concursantes más falsos que un billete de 15 ‘lereles’. Cris y Fernando: otros dos ‘viceversos’. Y es que, según nos informa ‘Juasjuasjuás’, este es el ‘GH’ de las dobles parejas. Como en el póquer. Clara y Candelas: estas dos llegan con infumable bailecillo incorporado. Soporífero, e incorporado. Dan las 12 en punto de la noche y estoy harto de ver entrar falsarios a esa casa del terror, empezando por ‘Juasjuasjuás’.

Soporrrrrrdi’ González: que se cuela un ratito en el plató para decirnos que va a presentar la tontuna de los domingos (el debate). Eran pocos… Otro Jarabo. “Más rato, más barato”, dice. Y lo clava el tío. Y Pol, sin quitarse la máscara ni para dormirla. Y con los pezones al aire. ¡Olé! Pablo: ‘gofrero’ gafapasta y orgulloso de serlo. El ‘nerd’ de la temporada. Natural de Zamora. Promete bostezos ininterrumpidos. Habla de usted a ‘Juasjuasjuás’. Qué disgusto. Le dicen que es aspirante y no concursante, y el pobre se lleva un berrinche. “No es justo”, dice. Qué penica. Le obligan al pobre a endiñar un gofre a cada concursante en tiempo récord. Cosa que hace. Montse y Caballo Blanco: así, como lo leéis. Esta ‘viceversa’ entra a lomos de un jamelgo llamado Chambao. Muy natural todo, sí. Como la vida misma.

Alain: parisino, compiyogui y vigoréxico. Un ‘biceverso’ (o sea, megamusculado ‘viceverso’ que vale por dos). Se le pega, a última hora, un tal Rodrigo. Confiesa Rodrigo: “¡No me gustan las chicas chonis!”. ¡Ay, pobre! Adara y Bárbara: la una, ex azafata, ex modelo, ex choni; la otra, dice vivir en un “universo de belleza ‘on-line’”; ambas, carne para portadas del ‘Interviú’.

Cerremos el repasillo con el vaticinio de Ismael Beiro, flamante ganador de la primera edición y algo entradillo en carnes: “¡Sin Mercedes Milá, se acaba ‘GH’!”. Ahí queda eso. Comparto. ¡Por mucho que te meriendes, cada día, a 50 como él, ‘Juasjuasjuás’! ¡Qué aburrimiento de nochecita nos diste!