Antonio Lobato Porras es una pequeña y mediana empresa andante. Por eso ejecuta un alopécico ERE de sí mismo para cambiar de tercio, de cadena y hasta de color del inevitable polo Lacoste. Por eso pasa, sin solución de continuidad, de la Fórmula 1 (su zona de confort habitual) a las tontunas abracadabrantes sin la necesidad de cambiar de marcha. De lunes a jueves, en La 1, a las 22:15. Eso sí, continúa el periodista deportivo ejerciendo de reportero/rémora de Fernando Alonso, ese piloto marca España tan sobrado de chispa como de sandunguero desparpajo. Alonso y Lobato. La Blancanieves y el feroz lobo del cuento del automovilismo cañí.

Abundan estos reporteros/rémora en las parrillas españolas. Adhieren sus micros fuertemente a los objetos flotantes o a otros vertebrados televisivos gracias a un disco oval que tienen sobre la cabeza, para ahorrar esfuerzo en sus retransmisiones y alimentarse de despojos. Hay varias especies. Son voraces y pasan de la tele pública a la privada con facilidad.

Avisa Antonio Lobato Porras sobre su nuevo programa ‘Desafía tu mente’, porque es reportero/rémora pero no traidor: “El 90 por ciento de los juegos y pruebas del programa no los resolveréis. Aunque vais a ejercitar el cerebro”. Tenga usted un ente público para esto.

Desafía la mente de espectador, este renovado Lobato. Del espectador medio adormilado, para ser exactos. Novedad viejuna, como ya es habitual entre nuestros benditos programadores. Adapta este programa, en realidad, el ‘Brain Games’ de National Geographic, aunque de forma mucho más infantilizada, no vaya a ser que el televidente acabe catatónico.

Se planta la parejita más carburante de España, en esta primera entrega de la cosa, en el Museo Fernando Alonso del mismísimo Oviedo. En tu museo o en el mío, que diría el mariachi. Tiene mérito esto de que te dejen hacer lo que te salga del micro en TVE. Hay ya grabados 32 capítulos de la frikada. Mariló Montero o Fernando Romay, entre los primeros invitados. A Lewis Hamilton y Sebastian Vettel no se les espera. Gajes del alonsismo extremo.

El caso es que se las da ahora de Mágic Andreu este Lobato Porras. Va de Tamariz del nuevo siglo. Un Pepe Carrol de garrafón y sobradillo de ínfulas. Por su parte, qué chispa la que sigue derrochando Fernando Alonso. Qué telegenia. Qué humor sano y blanquísimo. Lobo, foca, tortuga, pollo, serpiente, cebra, cerdo… Ahí estaba el tío. Devanándose la quijotera frente a un juego con animalitos… Flamenco, camello, pingüino, cangrejo, pez… Y en este plan. Lobato y Alonso, ambos con barbita de ocho días. Rollo presuntamente informal y tal y tal. Cronometrándose las tontunas. La Tontuna 1. Es su nuevo deporte catódico que nos han colocado en La 1. En algo muy similar a lo que lleva haciendo años Marron en ‘El Hormiguero’. Nos enteramos ahora de que ocultaba una mala fotocopia de David Copperfield bajo la piel de Lobato, Antonio. Porras.

Este tipo de programas, hace unos 20 años, se emitían en horario infantil. Ahora no. Así arranca ahora el ‘prime time’ del ente público. Da que pensar. Se demuestra así una verdad televisiva e inmutable: nos están ‘teleagilipollando’. Nunca 20 minutos escasos de televisión me habían parecido tan chorras, tan innecesarios, tan faltos de fundamento. Durarán mucho y tendrán gran éxito de público, como si lo viera.