Las imágenes de Miguel Ángel Silvestre subido a una carroza en la celebración del Orgullo Gay de Sao Paulo besándose, no con uno, sino con dos chicos han dado la vuelta al mundo durante los últimos días. Y con ello se volvían a disparar las especulaciones sobre su sexualidad.

Pero las imágenes tenían su por qué. Éstas pertenecían a una escena de la próxima temporada de Sense 8, la serie de las hermanas Wachowski para Netflix en la que el castellonense interpreta a un actor latino que intenta mantener en secreto su homosexualidad para no perjudicar su carrera.

No obstante, esta no es la primera vez que se relaciona a Silvestre con el mundo gay. Y es que el valenciano va camino de convertirse en nuestro particular James Franco, un actor del que siempre se ha cuestionado su sexualidad debido a sus ‘coqueteos’ con este mundo. “Me gusta pensar que soy gay en mi arte y heterosexual en mi vida”, decía el americano.

Franco nunca ha tenido problemas en interpretar personajes homosexuales, como ocurrió en Milk o I am Michael e incluso ha protagonizado y dirigido Interior. Leather bar en la que se introducía en el submundo del sadomasoquismo gay neoyorquino.

En el caso de Silvestre, éste ha confesado que “piensen que soy gay es un piropo. Yo voy al trabajo y me entrego; intento que todo se a verdad”. Hasta el momento, sin embargo, el personaje de Sense 8 es el único gay al que le ha tocado enfrentarse a Silvestre. De hecho en 2008 le tocó interpretar a un personaje totalmente contrario en La distancia: un joven homófobo en que dejaba herido de muerte a un hombre que intentaba tener algo con él.

Mucho que hablar dio el beso que se dio con Pablo Motos en El Hormiguero. Entonces, los invitados de la noche eran el propio Silvestre y Paula Echevarría. Los protagonistas de Velvet realizaban una fantástica entrada a bordo de un elegante coche cuando al bajarse, parecían que iban a besarse, pero  sin embargo fue Motos el que se llevó el beso de uno de los hombres más deseados del panorama español.

Almodóvar, su gran apoyo

Pareja de Blanca Suárez durante casi tres años, Silvestre encontró su mejor apoyo en el cineasta Pedro Almodóvar y su círculo de amigos tras la ruptura con ella. El actor solía ir a comer a casa del director manchego muchos fines de semana después de haber hecho buenas migas en el rodaje de Los amantes pasajeros.

Tal es su amistad que Silvestre no dudó en acompañar a Almodóvar y a Rossy de Palma hasta Londres para la presentación del musical de Mujeres al borde de un ataque de nervios en Londres en enero de 2015. “Si soy sincero, un trabajo que me ha abierto puertas es trabajar con Almodóvar. Yo sé que aunque no me lo hayan dicho, sé que mucho tiene que ver con que Pedro contara conmigo”, confesaba en una entrevista a Bluper.

También hizo buenas migas con Raúl Arévalo, con quien también coincidió en dicha comedia. Según publicó Vanitatis entonces, Arévalo se convirtió en el gran confidente del actor y en la persona que más se forzó para que saliera y no notara la ausencia de su exnovia.