“Influyentes hay pocas, con seguidores muchas”, Aida responde a EL ESPAÑOL ante la cantidad de blogueras de moda con multitud de 'kas' (una k equivale a mil seguidores) que han proliferado como setas en los últimos años. Todo debido a que la compra de followers se extendió como la pólvora desde hace dos años en un ambiente en el que tener la mayor cantidad de seguidores presagiaba un futuro prometedor en la moda y, sobretodo, contratos con las marcas parejos a los ceros que acumularan. “Pueden tener dos millones de seguidores y sólo 2000 likes. Ahí hay algo que no cuadra”, narra Aida sobre la abusiva nueva situación de bloggers que compran la influencia.

Interior del libro 'Dulceida. Guía de estilo' Instagram

Una práctica a la orden del día que si bien no se ha dejado de mirar con el rabillo del ojo parece que ya no prima para dar paso al sentido común en los egoblogs de moda: “Ahora cuenta el engagement (implicación y compromiso de los seguidores)”, aclara la protagonista del blog Dulceida. Los likes, comentarios y, por ejemplo, la venta de libros son las nuevas valoraciones para declarar un blog como poderoso.

Un trasfondo que Aida conoce y del que se nutre a través del libro homónimo de su blog que acaba de lanzar al mercado: Dulceida. Guía de estilo(Libros Cúpula). “Es una guía personal. Engloba moda y un estilo peculiar. No quiero guiar a nadie, defiendo que cada uno sea libre con sus looks”, admite declarándose consejera de moda antes que experta. Su madre "es súper liberal, siempre me ha apoyado y me ha dejado hacer lo que me gusta aunque les hubiera gustado que estudiara. Ahora escribo y me dejan en paz", confiesa a EL ESPAÑOL entre risas.

Aida Domenech con su pareja Alba Instagram

Aida presentó en un vídeo en Instagram a su novia. Antes estuvo saliendo con el fotógrafo del blog durante una relación de cuatro años que solía ilustrar en el mismo. Así a los tres meses de dejarlo los comentarios de sus seguidores se arremolinaban. Ella decida a cristalizar el entuerto, aunque eran muchos los que aconsejaban lo contrario, se atrevió a hacer pública su nueva relación: “Fue duro contarlo por mi ex novio".

"Espero no dejarlo nunca con mi chica. Igual que subo fotos con mi madre, quería poner alguna con mi nueva pareja. Estaba asustada, creía que alguna marca no me iba a contactar más. Y al contrario, no hubo críticas y más marcas me han contratado. Sin pretenderlo hice la mejor campaña de marketing del mundo", admite a EL ESPAÑOL. Ahora se lleva genial con su ex novio que incluso ha colaborado en el libro. Admite que nunca ha visto el vídeo en el que Aida revela su nueva situación sentimental.

Aida Domenech con chaqueta de Balmain Instagram

La creadora de Dulceida lleva bien las críticas de los haters y piensa que casi todas “vienen infundadas por la envidia”. “Igual les puedes parecer la más fea, pero como estás en las Seychelles...”, confirma Aida sobre uno de los rasgos de los haters. Siempre cuida a sus seguidores y si se meten con ella no pasará nada, pero como insulten a alguno de sus seguidores lo tiene claro: “Les bloqueo al instante”.

Explica como es su particular jornada laboral: “Trabajo 24 horas. Hoy tengo seis entrevistas y la firma del libro. Lo normal es que tenga una sesión de fotos y un evento. Otro día me tengo que hacer fotos para el blog y grabar un vídeo. Intento tener libre el fin de semana, que sólo tenga la sesión de fotos. Me cuesta desconectar”.

Aida en su blog Dulceida con un look de Alberta Ferretti Instagram Instagram

La protagonista del blog Dulceida que define su estilo como “ecléctico, un poco loco y 'me pongo lo que quiero cuando quiero'” puede gastarse "500 euros al mes en ropa, el triple o nada". Ha llegado a llevar un cinturón de 50 céntimos que ha enseñado en multitud de posts o chaquetas vintage de 5 euros. Un bolso de Chanel de 3.000 euros ha sido lo más caro que se ha comprado y que le han regalado. Aida Domenech no se deja asustar por el tótum revolútum de las redes y es ella misma la que las maneja: “Aunque no dé a basto las llevo yo siempre. Dejaría de ser yo. No tendría ninguna gracia lo que hago”, confiesa.

Aida entre Dean and Dan Caten, directores creativos de Dsquared2 Instagram

Rechaza sentirse influida por otros que dicten su camino: “Si Anna Wintour dice que no se lleva el verde y a mi me gusta, me lo pondré igualmente. Doy ideas e inspiración”, define la influencer sobre su arrolladora personalidad a la hora de vestir.

Alejada de la típica it-girl, termino que compara con “un apelativo sin más, como ser guapo, una tontería. Es gente sin fondo”, explica a EL ESPAÑOL sobre el manido anglicismo que no la define sino que suele ir parejo "sólo a chicas que visten genial para ir a los desfiles”.

Blog, Youtube e Instagram son las tres plataformas en las que está inmersa. Un vídeo suyo subido a la red puede llegar a acumular 600.000 visitas en una mañana: “Me dedico a esto a tiempo completo”, ese es el quid de Aida para ser una blogger influyente, dedicándole horas delante del ordenador a editar vídeos, crear looks y responder los e-mails de las marcas. Sólo así puede llevar “viviendo de esto cinco años”. Empezó con un fotógrafo y traductores, ahora Sergi Pedrero, su mano derecha y mejor amigo, le ayuda a enfocar su prometedora carrera.

Aida Domenech y su representante Sergi Pedrero Instagram

La álter ego de Dulceida siempre quiso ser actriz para lo que se formó en arte dramático entre Madrid y Barcelona, pero ahora su padre, que en sus inicios no llegaba a entender mucho la cantidad de horas que Aida pasaba delante de la pantalla, se ve obligado a apartar a la masa que se abalanza sobre su hija en cada firma de libros. Aunque todavía no asimile que le pidan (a él y no a su hija) unas fans un selfie.

Su madre es la asesora fiscal de la empresa que no necesita oficina porque todos los implicado son sus seres queridos. Quizá ese sea el secreto del éxito de Dulceida.com, el amor por los demás (y sobre todo por sus seguidores), tal y como refleja en su libro: "Todo lo que deseamos, todo lo real que ansiamos con fuerza y amor, llega".

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