Región

“Absolutamente, se puede hablar de ETA en pasado”

5 enero, 2018 11:29

Este no es un libro neutral y tampoco lo es el relato que contiene. Así comienza el resumen del libro ‘Sangre, sudor y paz. La Guardia Civil contra ETA’, escrito por Manuel Sánchez, Lorenzo Silva y Gonzalo Araluce y que se presentará el próximo 10 de enero a las 19:30 horas en el teatro de EspañaDuero. Una obra que recoge testimonios brutales de familiares de víctimas, de supervivientes del terror etarra de miembros de la Guardia Civil jamás publicados hasta ahora. Esta es, por tanto, la historia de la lucha contra ETA tal y como la vivieron los guardias civiles y sus familias, el colectivo más golpeado por la acción de la banda, con más de doscientos muertos y muchos centenares de heridos, y también aquel que acabó demostrando un compromiso mayor en su neutralización y liquidación.

Una historia, además, de éxito, el de un Estado, sus ciudadanos, sus leyes y sus instituciones frente a un reto endiablado y por momentos tan angustioso como desesperante. La historia, en fin, de un logro policial sin parangón en nuestro entorno, conseguido a partir del sudor y la sangre que en las coyunturas adversas forman parte del precio de la paz. Uno de sus autores y además hijo de salmantinos, con segunda residencia en la provincia charra, el coronel Manuel Sánchez, jefe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, atiende a NOTICIASCYL en una entrevista.

- Todo libro tiene un motivo, ¿cuál es el de éste?
- Escribir una historia de la página de España, una página importante que creo que ha sido un ejemplo de cómo los españoles superan un problema grave, y que con el paso del tiempo, una vez que se había derrotado el terrorismo, las versiones que se daban de esa historia estaban manipuladas, interesadas, y prácticamente los malos estaban intentando reescribir una historia. Entonces había que escribir la auténtica, sobre todo cuando es la historia de una página muy triste de España pero que ha acabado bien. Fue un empeño personal que uno empieza a escribir, sin saber hasta dónde vas a llegar, pero a medida que das el primer pasito, y otro pasito, pues acaba en una obra.

- ¿No es también una reivindicación del papel de la Guardia Civil en esta lucha porque no se ha valorado lo suficiente?
- En general no se ha valorado el trabajo de la sociedad española y del Estado de Derecho para derrotar al terrorismo. Casi ningún país del mundo, o ninguno del ámbito occidental, ha derrotado al terrorismo, y sobre todo un terrorismo tan cualificado como éste. En España se ha hecho, y eso aquí, que somos poco dados a ser conscientes de lo que hacemos bien, no se había valorado, en general, y la Guardia Civil en particular, tiene algo de eso también.

- Entonces, ¿realmente se puede hablar de ETA en pasado?
- Sí, sí, absolutamente.

- ¿No hay posibilidad alguna de que vuelta a rearmarse?
- El mejor termómetro es ver cuánto hace que un telediario no habla de ETA o que los chavales de veinte años no saben lo que es ETA. Esos son termómetros que para mí me dicen que seriamente es el pasado. Quedan terroristas diseminados por Europa y por el mundo, se les busca, algunos se les encuentra, hace poco fueron encontrados y detenidos dos en Alemania. Hay gente que tiene cuentas pendientes con la Justicia y se les busca, pero no dejan de ser flecos sueltos de lo que fue ETA. Dejó de matar en 2009 y en nueve años han pasado tantas cosas en España que ya pocos se acuerdan de lo que es ETA.

“Casi ningún país del mundo, o ninguno del ámbito occidental, ha derrotado al terrorismo, y sobre todo un terrorismo tan cualificado como éste. En España se ha hecho”

- Efectivamente, aún hay etarras huidos por todo el mundo y a la inmensa mayoría de españoles nos gustaría verlos entre rejas. ¿Llegará ese día?
- Puedo asegurar que la Guardia Civil y la Policía los busca. Las responsabilidades penales son individuales y el que las tiene se busca y detiene. Hay especial empeño y hay un grupo que se dedica a eso. Que nadie se crea que porque esto ha acabado sus males han acabado.

- También están las consecuencias de muchas familias rotas por el terrorismo, el dolor que quedó en ellas. ¿Cómo curar esa herida? Tenemos el ejemplo de víctimas de la Guerra Civil cuyas familias ochenta años después no han podido cerrar ese episodio.
- Pues imagínese esto que fue antes de ayer. Las víctimas son las grandes perdedoras de esta historia, siempre serán perdedoras y no le podremos nunca reponer ni reparar lo que han sufrido. Lo único que podemos darle es cariño, reconocer su situación, atender sus peticiones y la sociedad decirle que está en deuda. Y darle voz como hemos hecho nosotros, el libro recoge un montón de testimonios de víctimas que hasta ahora decían que no querían hablar porque no le interesaba a nadie. Por lo menos el consuelo de que todo guardia civil asesinado tiene una línea en este libro, que su familia sepa que su ser querido murió por algo y para algo.

- Dicen que ETA nació en un seminario.
- El otro día hablaba con uno de los fundadores de ETA en una presentación del libro en Vitoria, de la primera hornada por decirlo así, y la mayoría de los miembros de ETA iniciales procedían de los seminarios de Guipúzkoa, tenían una formación profundamente católica. Quizá por esa época casi todo el mundo tenía una formación muy católica, finales de los cincuenta, sabiendo además que los orígenes de ETA eran hijos del Partido Nacionalista Vasco (PNV), que siempre ha sido un partido muy tradicional, católico.

- También se dice que la banda terrorista nació para luchar contra el franquismo pero al llegar la democracia hubo una primera escisión entre ETA militar y ETA política. Por ejemplo, con el asesinato de Yoyes, su jefa, a manos de etarras. ¿Se pudo terminar antes con el terrorismo? Muchos agentes lamentan que no dispusieran de medios suficientes pese a que se reclamaban constantemente.
- ETA ya nació buscando la independencia del País Vasco, ocurre que fueron hábiles y usaron un argumento que les daba los parabienes de la sociedad, luchar contra Franco que es un dictador, y todo el mundo les aplaudió. Luego claro, cuando llega la democracia y tienen la oportunidad de volver a ella, ya se quitan la careta y muestran que la democracia no les interesa y lo que quieren es la independencia. En el libro se cuenta todo, no escatimamos autocrítica, y se dice cómo en los primeros años no había medios materiales, ni formación ni concienciación de lo que el terrorismo era. Eso hizo que nos mataran mucho, donde querían, cuando querían, como querían, y faltaron medios. Pero también esos años España estaba un poco manga por hombro. Hubo muertos por falta de medios pero eso se fue corrigiendo con el tiempo. Por ejemplo, cuando yo empecé a trabajar en 1988 había ya medios y a mí nunca me han faltado para hacer investigaciones. Es verdad que con más medios se hubiera hecho más.

- ¿Cuál fue la clave de la lucha contra ETA para su derrota?
- Primero, que teníamos razón, que el Estado de Derecho era mejor que los malos, y segundo, que creímos que había que pelear hasta el final porque ganaríamos. Ha sido un tema de voluntad de vencer, de supervivencia para los guardias civiles, de superación y de ver quién aguantaba más. Y de que el Estado de Derecho fuera adquiriendo de más fortaleza a medida que pasaban los años, se fue dotando de recursos, se fue quitando complejos, se cambiaron leyes, se ilegalizaron organizaciones próximas a ETA sin ningún complejo.

“Al principio luchábamos solo para que no nos mataran, luego por conocerlos y al final por conocerlos tan bien, tan bien, que casi casi jugáramos con ellos”

- En el libro dicen que incluso se llegó a conocer la banda mejor que los propios terroristas. ¿Cómo fue ese proceso?
- Al final la lucha contra ETA fue una lucha de inteligencia. Al principio luchábamos solo para que no nos mataran, luego por conocerlos y al final por conocerlos tan bien, tan bien, que casi casi jugáramos con ellos. Y al final pudimos tener tanta información de ellos, porque estaban tan compartimentados por razones de seguridad obvias, como pasa en todo grupo terrorista, que sabíamos que si se detenía aquí ellos iban a hacer esto, con lo cual se les esperaba allá. Muy al final teníamos muchísima información.

- Parecía que nunca se podría acabar con ETA por el odio generado por cierta parte de la sociedad vasca que transmitía a nuevas generaciones a través de Batasuna, EKIN, kale borroka… ¿qué cambió en la sociedad para evitar o minimizar este adoctrinamiento?
- Durante mucho tiempo, como ETA estaba fuerte, una parte de la población por miedo y otra parte por ser del bando de ETA se les veía más. Pero hoy en día sigue habiendo gente que vota a las opciones que defienden a ETA, salvo matar. Han cambiado los medios, pero la voluntad sigue, hay gente que sigue abogando por la independencia del País Vasco, pero ya no matan. Porque en democracia tú puedes defender lo que quieras, pero en democracia, sin matar.

- ¿Fue el asesinato de Miguel Ángel Blanco un punto de inflexión?
- El efecto que tuvo es que la sociedad ya no podía mirar para otro lado. Hasta entonces lo había hecho todo el mundo. ETA ya no engañaba a nadie. A partir de ahí hay gente que siguió callando por miedo o prudencia y gente que siguió apoyando a ETA por convicción, pero ya todo el mundo sabía quién era ETA.

- En toda historia del bien contra el mal siempre hay un momento en que se traspasa la línea roja. Aquí fueron los GAL.
- Se traspasaron algunas líneas rojas y en el libro lo contamos, no calla nada, porque el Estado cometió errores, la Guardia Civil cometió errores, los guardias civiles cometimos errores, y eso se cuenta. Ahora bien, se cuenta en su justa medida. Los malos han querido hacer ver que su maldad fue igual de grande que los errores del Estado. Ni mucho menos. Los errores del Estado fueron puntuales, fueron graves, la Justicia los persiguió, la Justicia los condenó, hubo algún ministro que estuvo en la cárcel, pero eso fue lo que fue, eso no fue al mismo nivel que la maldad de los malos, que mataron durante cincuenta años a novecientas personas. Si uno mira, y sé que no es un consuelo, todos los países de nuestro entorno que han tenido terrorismo, en algún momento determinado han pensado que había otras fórmulas para acabar con el terrorismo. Si uno valora una cosa y otra, España ha sido ejemplar en eso.

- ¿Qué opina de las negociaciones de los diferentes gobiernos? ¿Ayudaron o no?
- No ayudaron, no perjudicaron, lo único que consiguieron es darles carta de naturaleza y que un grupo terrorista se sentara en la mesa con un Estado. Eso fue la parte negativa, la positiva que hubo periodos de tregua sin asesinatos. ETA era muy cerril, ellos entendían negociar como dame lo que quiero y ya veremos a ver. Ellos no entendían negociar como yo pido, tú pides y llegamos a una fórmula intermedia de entendimiento. En general las negociaciones no fueron decisivas para nada.

- ¿Y qué le diría a quienes consideran que en estas negociaciones ETA siempre sacó algo a cambio, empezando por Argel con Txomin?
- No. Lo único que sacó fue una cierta legitimidad de haberse sentado con un Estado. No sacó más.

“Se traspasaron algunas líneas rojas y en el libro lo contamos, no calla nada, porque el Estado cometió errores”

- El libro habla sobre el papel de la Guardia Civil, que al final depende de los políticos. ¿Cuánto ayudaron o perjudicaron en el proceso para derrotar a ETA?
- Han ayudado siempre desde el punto de vista de que el poder político es el que dirige a las Fuerzas de Seguridad, el que da los medios y las herramientas. Los políticos siempre han luchado contra ETA. ¿Perjudicado? Hombre, igual los gobiernos tenían que haber dado siempre más medios. Pues sí, y nos hubieran ayudado a luchar mejor contra ETA, pero los gobiernos no han perjudicado, los distintos partidos políticos también han sido objeto de atentados.

- También hacen mención al 11-M en Madrid, atentado que la propia cúpula de ETA ya atribuía esa misma mañana a los yihadistas. Ese terrorismo ahora perdura y es un nuevo desafío. ¿También se podrá derrotar?
- Es más complicado porque las raíces son distintas. No es un grupo organizado, es una filosofía, o una religión, eso es mucho más difícil porque no hay una organización detrás, no hay una jerarquía, no hay unas directrices, es matar y cualquiera puede hacerlo. No sé si imposible, pero hay que acostumbrarse a convivir con ello, porque puede ser que dure mucho tiempo.

- Al final hablamos de terrorismo, y en la tercera acepción del diccionario de la Real Academia Española de la Lengua se dice textualmente: “Actuación criminal de bandas organizadas que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos. Teniendo en cuenta que existen los crímenes sin sangre y que hay quienes consideran que también existe terrorismo sin muertes en la medida de que se busca desestabilizar al Estado, ¿se puede amoldar esta definición a lo que ha ocurrido, ocurre y puede ocurrir en Cataluña?
- El terrorismo es otra cosa, requiere el empleo de la fuerza, el empleo de la violencia, la aparición de la sangre, en una palabra. Aunque etimológicamente, forzando un poco, apretando las letras, puede caber en ese hueco, el terrorismo tiene definiciones de instituciones europeas donde el problema catalán no cabe en absoluto.

- En resumen, ¿qué encontrarán los lectores en el libro ‘Sangre, sudor y paz’ y qué encontrarán los salmantinos en la conferencia del próximo 10 de enero?
- En el libro se va a encontrar una página negra de la historia de España, una página triste, una página que acaba bien, una página que tiene detrás a mucha gente, con nombres y apellidos, gente que sufrió, que se superó, que llora y llorará. Es muy emotivo, hay testimonios muy emotivos, de los guardias civiles que sufrieron, de los guardias civiles que investigamos a ETA, páginas inéditas de la historia de España y sobre todo que en un libro de quinientas páginas o en otro que son dos tomos va a entender el lector lo que fue ETA y cómo el Estado derrotó a ETA. Y en la charla vamos a contar esto y además hay una parte muy importante, va a estar una víctima directa de Salamanca, Juan José Aliste, y todo aquel que quiera preguntar las dudas tanto a mí como a Lorenzo Silva nos va a tener allí para contestarle sin ningún tipo de freno. Y hay una parte importante, los derechos de autor van a ser donados a la Fundación de la Guardia Civil.