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A sus 59 años, el reconocido actor gallego Luis Zahera ha vuelto a acaparar la atención del público no solo por su trabajo, sino por su sorprendente energía y rutina diaria.

Con una carrera que le ha valido dos premios Goya y el cariño de espectadores de toda España, Zahera confiesa que parte de su bienestar se debe a hábitos que rozan lo disciplinado y lo humorístico a partes iguales.

Para Zahera, la jornada comienza cuando aún duerme gran parte del mundo. "Me levanto a las 5 de la mañana para salir a correr... bueno, camino rápido, como Mariano Rajoy", declaró con ironía en televisión, haciendo alusión a su costumbre de madrugar para mover el cuerpo antes de iniciar la jornada.

Este paseo activo, que incluye caminatas rápidas y subir y bajar escaleras, se ha convertido en su sustituto del gimnasio tradicional y forma parte esencial de su filosofía de vida.

La alimentación también juega un papel importante en ese estilo de vida. Zahera admite sin tapujos que tiene un "vicio gastronómico": las ostras.

"Eso es lo que más me gusta en el mundo", dijo el actor entre risas, destacando que ese alimento no solo le agrada por su sabor, sino también porque le hace sentir bien. A pesar de ese gusto por la buena mesa, él mismo reconoce que la moderación es clave.

Su régimen alimenticio incluye la práctica del ayuno intermitente, una tendencia cada vez más conocida que consiste en espaciar las comidas de modo que el organismo tenga largos periodos sin ingerir alimentos.

"A partir de las 19.00 horas no como nada. La vida de top model es muy jodida. Si como después, me da reflujo: soy mayor", comentó con su típica retranca gallega, explicando que cenar temprano le ayuda a dormir mejor y a despertarse más ligero cada día.

Más allá de la rutina de ejercicio y la dieta, Zahera ha tenido una relación directa con el cuidado de su salud tras un episodio que marcó un antes y un después en su vida.

Durante el rodaje de la serie Animal, reveló que sufrió un serio problema de próstata que le obligó a estar varios días con una sonda y a detener su trabajo.

"Me hice mayor de un día para otro. Dejé de mear. La próstata", relató con humor, pero también con sinceridad, al referirse al susto que le llevó a replantear muchos aspectos de su bienestar físico.

La rutina de Zahera

Ese suceso le llevó a adoptar hábitos más estrictos: duerme unas ocho horas cada noche, camina todos los días y vigila con cuidado lo que come.

Para él, la clave no está en fórmulas secretas ni en tratamientos milagrosos, sino en algo mucho más simple y, a la vez, fundamental: "Comer bien, dormir y trabajar". Esa frase resume una filosofía que, en su caso, funciona.

Lejos de obsesionarse con la juventud física, Zahera prefiere centrarse en la claridad mental y un cuerpo útil, como él mismo lo define.

Su enfoque directo, combinado con su característica espontaneidad, sigue inspirando a muchos que ven en su estilo de vida un ejemplo de cómo encarar el paso de los años con humor, disciplina y equilibrio.