Decisión histórica la que tomó RTVE este jueves, 4 de diciembre. La retirada de España en Eurovisión tras confirmarse la participación de Israel en el próximo festival ha sacudido a todo el sector audiovisual, y en concreto, al de la música.
Así lo oficializó la Corporación a media tarde, tras celebrarse la 95ª Asamblea de Ginebra.
El ente público volvió a ratificar lo que acordó en septiembre su Consejo de Administración: retirarse si Israel de Eurovisión formaba parte del mismo por el genocidio en Gaza y el "incumplimiento sistemático" de este país de las normas del concurso.
El adiós de España produjo un 'efecto cascada': Irlanda, Eslovenia y Países Bajos tampoco participarán en Eurovisión 2026. Y podría sumarse Islandia, pues la junta directiva de su televisión pública tiene pendiente una reunión el próximo miércoles para tomar una decisión al respecto.
La salida del Festival implica, además, que RTVE no emitirá ni la final de Eurovisión 2026, que se celebrará en Viena (Austria) el próximo 16 de mayo, ni las semifinales, que tendrán lugar los días 12 y 14 del mismo mes.
Ante este agitado escenario, EL ESPAÑOL ha contactado con Alejandro Abad, productor musical, para ahondar en una decisión sin precedentes que marcará un antes y un después en la historia de Eurovisión.
"Es una decisión muy desacertada, incoherente y negativa". Así de contundente se muestra Alejandro Abad al responder a este medio.
Chanel en Eurovisión 2022.
"Durante años, desde la época de José Luis Uribarri, en España hemos mantenido la falsa idea de que Eurovisión es política. Lo hemos repetido como una queja recurrente, especialmente para justificar nuestros malos resultados".
Y es que para el productor, "con esta retirada estamos haciendo justo aquello de lo que siempre nos hemos quejado: mezclar política y música".
El compositor remarca que Eurovisión es (o debería ser) un festival donde la música es la protagonista, y no la política. "Es cierto que algunos países cercanos suelen votarse entre sí, pero no por motivos políticos, sino por afinidades culturales".
"Aun así, los primeros puestos siempre los ocupan los países que reciben la mayor suma de los votos de los 37 participantes, algo imposible de manipular políticamente de forma coordinada", subraya Abad.
"Envíar a Eurovisión un tema universal que hable de la paz entre las personas sería una forma extraordinaria y elegante de manifestarnos"
El productor, no obstante, tiene en cuenta que existen "situaciones excepcionales" en los que "el voto del público" sí puede "expresar solidaridad, como ocurrió en el caso de Ucrania".
"Eurovisión es música, canciones, voces, escenografía, coreografías, artes escénicas y, en definitiva, emociones", dice. "Es una oportunidad magnífica para transmitir mensajes".
"Por eso, si como país tenemos algo que decir, ¿por qué no hacerlo de forma sutil a través de una gran canción interpretada por un gran artista?", plantea.
Alejandro Abad, por lo tanto, es partidario de enviar a Eurovisión un "tema universal que hable de la paz entre las personas". "Sería una forma extraordinaria y elegante de manifestarnos" sobre lo que ocurre en Gaza.
"Sin embargo", apunta el compositor, "hemos optado por la peor estrategia posible: retirarnos".
Los malos resultados
El profesional del sector audiovisual, además, pone en el foco a los responsables de los malos resultados de España en el festival. "En los últimos diez años los resultados han sido muy pobres", señala, recordando que "en ocho de esas diez ediciones hemos quedado por detrás del puesto 20".
"Seguimos contando con los mismos responsables. En el mundo del fútbol o del deporte sería algo impensable".
Nebulossa en Eurovisión 2024.
Alejandro Abad considera que "en España faltan verdaderos expertos en Eurovisión, profesionales sin intereses personales que se dediquen a crear estrategias serias para obtener buenos resultados, como hacen países vecinos como Francia o Italia".
"No es difícil conseguirlo; lo que falta es voluntad para hacerlo por encima de otros intereses", dice rotundo el productor.
Abad, por último, señala lo siguiente: "Si fuéramos coherentes también nos retiraríamos de los mundiales de fútbol y las olimpiadas. Y no lo harán. Sin embargo, si se hace con un sector vulnerable y fácil de manipular, como es la música".
