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Juan del Val es un habitual de El Hormiguero, programa en el que trabaja como guionista y donde también es colaborador en las tertulias de los martes y los jueves. Este 6 de noviembre, sin embargo, ha estado en el plató de Pablo Motos en calidad de invitado, como ganador del Premio Planeta.

Así, el esposo de Nuria Roca presentaba su novela Vera. Una historia de amor, pero el grueso de la charla entre Juan y Pablo ha girado más sobre las vivencias personales del autor, así como en responder a los haters que han hecho mofa de su victoria.

Que vendas o no vendas no te convierte en mejor escritor”, decía Juan del Val al inicio de la entrevista, y añadía: A los que envidian no les tengo ningún respeto”. Y este fue el anticipo de lo que estaría por venir un poco después.

Pablo Motos recordó que el miércoles que le nombraron ganador, él se enteró al acabar el programa, y todo el equipo lo celebraba como cuando tu equipo mete un gol. “Pero los siguientes días empezaron a criticarte sin haber leído la novela. ¿Por qué crees que molesta tanto tu éxito?”, le lanzó al invitado.

En primer lugar, Juan agradeció que la gente que le quiere celebre su éxito, porque sabe que “esa alegría es real”. “Las críticas eran muy previsibles, e iban a suceder por varios motivos”, dijo después, haciendo un listado.

Juan del Val en 'El Hormiguero'.

Bajo su punto de vista, su éxito molesta “porque soy crítico con el poder, en general”, “porque trabajo en El Hormiguero” y por “una guerra de grupos editoriales”. “Era previsible todo lo que iba a suceder”, reconocía, asegurando que ganar el premio “es un milagro y que uno diga algo me da igual”.

El Premio Planeta lo ganó un miércoles, y al lunes siguiente comenzó a hablar con amigos, y uno de ellos estaba “desolado” por las críticas que estaban produciéndose. En ese sentido, Juan del Val reconoció que ver a la gente que quieres jodida, eso me dejó fatal”.

Lejos de hacer oídos sordos, Juan comenzó a leer todo lo que se había publicado en prensa de él, incluso lo malo, porque “no puedo huir de mí mismo”. Es más, aseguró haber padecido muchas veces que se le atribuyese cosas que no ha dicho, o incluso que se compartan páginas de novelas que no ha escrito como si fuesen propias.

No leyó las redes sociales, pero Juan criticó que “cualquier tipo que diga una cosa metiéndose conmigo en el tsunami genera su tráfico”, y que por eso hay quien le “pega hostias”, porque “le empiezan a hacer casito y eso genera tráfico de odio. Que es ficción, porque luego no es real”.

Pablo Motos puso sobre la mesa las voces que dicen que le han dado el galardón literario “por salir en la tele”. Y, en ese sentido, Juan del Val quiso decir que él no trabaja para Atresmedia, sino para 7yAcción, la productora de Pablo Motos, y los domingos, Cuarzo, que es la responsable de La Roca.

“Los presentadores tienen contratos de cadena, significa que perteneces a un grupo del que no te puedes ir ni te puedes echar. Yo no lo tengo. Mañana me puedo ir perfectamente a Telecinco, cosa que no sucederá, pero podría. O a RTVE, que tampoco me voy a ir”, explicaba con humor.

Juan del Val en 'El Hormiguero'.

“La gente que suele ser en redes enormemente cobardes cree que tiene que sumarse a una corriente”, expondría también Juan del Val, que se jactó de que muchas de las críticas que recibía iban escritas con faltas de ortografía. Pero a continuación se puso serio.

“Cuidado cuando tanto odio puede hundir a una persona, y hunde a una persona. Y es algo tan injusto que, al margen de críticas normales, se hagan mofas conmigo. Tengo que ser un auténtico imbécil para que mis opiniones tengan menos valor”, reflexionaría el escritor.

El novelista se reconoce en “una situación de privilegio permanente, pero eso es bullying a adultos. No puedes estar para tu gozo riéndote de una persona y machacarla, en redes sociales. Y los medios contribuimos a eso. No soy una víctima, no hay más que verme”, se jactó.

Pablo Motos le preguntó si es una persona segura de verdad, tal como proyecta, o si hay pose en el asunto. Y respondió que ambas. “Soy seguro de mí mismo, me lo he currado. Pero luego, lo digo como no una virtud, no me permito ser débil, y no lo termino de solucionar. Parece una virtud, pero no lo es. Esa inercia de tener que ir siempre para adelante, de no poderte caer”.

En la entrevista, Juan también habló de sus orígenes, y cómo tuvo que luchar con no ser un buen estudiante en una casa donde todos tienen carreras universitarias. “Pensaba que mi fracaso era su fracaso”, reconoció sobre sus padres.

También recordó cómo trabajó tres años en la obra, con un primer día terrible en el que se cayó a los residuos de una depuradora. Todo esto le llevó a tener un tratamiento psiquiátrico, “psicoanálisis puro”, que es donde aprendió a no huir de sí mismo, “y sigo haciéndolo”. Gracias a ello ha aprendido a “no echarle la culpa a los demás de lo que sucede”.