Desde Logroño, Morgana ha llegado este miércoles a First Dates dispuesta a encontrar el amor, le da igual si con un chico o con una chica. Es de Logroño, estudia cocina y se define como “única en su especie”. “No me gusta que me cataloguen”, advierte.
En su llegada al restaurante de Cuatro, Carlos Sobera le preguntó por el origen de su nombre. “Soy una bruja de la Edad Media, la hermana del Rey Arturo”, explicaba, y detallaba que significa “la que viene del mar”. “Y soy un poco bruja, hago mis cosillas”, añadió.
En ese sentido, Morgana contó que hace “limpiezas energéticas”, para lo cual emplea minerales. Y el presentador quiso saber si usa sus artes mágicas para encontrar pareja. “En el amor no me sirve, no me parece sano, no es ético”, fue su respuesta.
“Lo que no me parece bien es hacer hechizos en contra de la voluntad de una persona, como los amarres. No lo voy a hacer ni de broma”, sentenciaba la joven, que buscaba, sobre todo, alguien simpático.
Su cita fue David, también estudiante de cocina, y que llegó desde Tarragona. Se identifica como un friki de los videojuegos, y muy extrovertido. Tiene 19 años, igual que su cita. “Me parece un chico muy alto y muy guapo la verdad. No me lo esperaba para nada”, decía contenta Morgana en un primer momento.
David y Morgana en su cita de 'First Dates'.
Ella no bebe alcohol, y le chocó que él llegase “fuerte”, pidiendo jagger con bebida energética. “Cada cual tiene sus gustos, pero no me ha gustado”, reconocía a solas la soltera. Él, por su parte, disfrutó con que Morgana tuviese “un estilo gótico”, pero “físicamente no deseaba verla con esa altura, la verdad”, pues él es bastante alto.
Durante la cena, los jóvenes charlaron sobre sus gustos. A Morgana le encanta dibujar, quedar con sus amigas y, sobre todo, bailar. Con unos once años comenzó a introducirse en el universo del K-Pop, y afirma que “me podría tirarme todo el día” bailándolo.
“Yo te aviso, soy una persona muy alocada, soy muy loca”, afirmaba la joven bruja. “Yo igual, cuando estoy con mis colegas se descojonan, soy muy personaje”, deslizaba por su parte David.
En la cena encontraron gustos comunes, como los videojuegos. Y Morgana le preguntó su opinión de la brujería, y él le mostró el amuleto que lleva en el cuello, pues es algo que respeta.
Tras la cena estuvieron en el reservado, y ella le enseñó a hacer un baile. Sin embargo, la química entre ambos fue muy fluctuante y, a la hora de decidir si tendrían una segunda cita, los dos decidieron que no.
