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A pesar de que, habitualmente, No somos nadie se nutre de contenidos de corazón, lo cierto es que el heredero del espíritu de Sálvame también se adentra en temas de actualidad. Sin ir más lejos, en la entrega de este viernes, el formato que hoy conducía Carlota Corredera habló de la muerte de Isak Andic.

Y, poco después, se adentraron en el suicidio de la adolescente sevillana que esta semana se tiró del balcón de su casa tras sufrir un fuerte acoso escolar. Corredera entrevistó a través de videollamada a Carmen Cabestany, portavoz de la asociación NACE, No al acoso escolar, con la que se generó un interesante debate.

Más tarde, en un corte publicitario, Marta Riesco narró el acoso que ella vivió siendo adolescente. Tal como se hacía en la etapa de Ni que fuéramos Shhh, mientras que en la emisión en televisión lineal en TEN hay anuncios, en YouTube y Twitch hay pequeñas charlas con los colaboradores.

Y Hugo Montiel, en esta ocasión, habló con Marta Riesco, que no dudó en relatar su historia, que sucedió tras un cambio de colegio. La madre de Marta se mudó de casa cuando tenía unos 13 o 14 años, y también entró en un nuevo colegio. Y allí “había un grupo de bullying, de chicas que se dedicaban a insultarme”.

Las agresiones eran una constante: “Me escupían, me llamaban Marta la pija, me tiraban del pelo, me tiraban por las escaleras, me empujaban”. Era un grupo de cuatro jóvenes que tenían dos años más que ella.

Marta Riesco y Hugo Montiel.

Marta le contó todo lo que sucedía en el centro a su madre entre lágrimas, y en más de una ocasión. Lo estoy pasando muy mal”, le reconocía a su progenitora. Finalmente, la madre habló con el colegio, que no tomó medidas, y por ello, finalmente, acabó yendo al colegio a advertir a las acosadoras.

“Mi madre se presentó en el colegio y enganchó a estas chicas, las enganchó bien. Y les dijo: la próxima vez que vuelvas a hablar así a mi hija, a tocar así a mi hija, a empujarla, a escupirle, a decirle todas estas barbaridades, te las vas a ver conmigo”, relató Riesco.

No quedó ahí la cosa: la madre de Marta consiguió el teléfono de las familias de las acosadoras e informó de todo lo que le estaban haciendo. Esas niñas nunca, jamás, volvieron a decirme nada”, terminó narrando.

De esas acosadoras, una de ellas le escribió siendo ya mayor para disculparse. Y le explicó que ella estaba en un momento muy complicado de su vida cuando la acosaba, y que en terapia entendió que el comportamiento que había tenido con la periodista venía de su situación familiar.