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Este martes, El Hormiguero tiró la casa por la ventana con la visita de una estrella internacional, Jeremy Allen White, en sustitución de Marc Márquez. El actor acudió a Antena 3 a presentar Springsteen: Deliver Me From Nowhere. Además, asistió muy interesado al experimento que proponía Marron.

En esta ocasión, el programa de Pablo Motos contó con una otorrinolaringóloga que, mediante una cámara interna, mostró las cuerdas vocales de una cantante y una flautista de la Film Simphony Orchestra. Los espectadores pudieron ver en alto grado de detalle el interior de la zona, una imagen no apta para los más aprensivos.

Tras despedir a Allen White, Motos dio paso a Rubén Amón, María Dabán, Rosa Belmonte y Juan del Val, que arrancaron la tertulia con humor. "Debería haber un límite de ojos bonitos", expresó Pablo. "Muchas gracias, Pablo", bromeó el marido de Nuria Roca.

El presentador de Atresmedia realmente se refería a los del invitado, reconociendo que "estaba haciendo la entrevista y no podía parar de mirarle". "Es que el tipo es magnético. Aparte de muy guapo, que eso es una cosa obvia, lo que transmite es...", señalaba Del Val, dándole la razón a su compañero.

"A mí me gustan los ojos de las hormigas", destacó Amón. Era entonces cuando Dabán desvelaba el mal trago que estaba pasando Del Val detrás de cámaras, durante el experimento de Marron. "A Juan le ha gustado lo de las cuerdas vocales", ironizaba la periodista, añadiendo que "se estaba poniendo malo".

'El Hormiguero' muestra cómo son por dentro las cuerdas vocales de una flautista. Atresmedia Televisión

"¿Qué te pasa con las cuerdas vocales? ¿Eres asquerosito?", quiso saber el conductor del formato de 7yAcción. "Bueno, igual ese no es el término", respondió el escritor. "Hablando de gente guapa... Es que es mucho más bonito el cuerpo humano por fuera que por dentro", apuntó Belmonte.

"20 años viendo El Hormiguero y es el primer momento que no puedo mirar. De verdad, uf, no...", insistía Juan. Y el resto de tertulianos llevó la broma más allá, sobre todo Rubén Amón. "De hecho, quería contarle a Juan que el otro día cené en un restaurante de casquería fina".

"En el momento que traen la cabeza de cerdo, la abren por la mitad y sacan con una cuchara el cerebro... Mi comensal se comió el cerebro y los ojos", detalló. "Bueno, voy con las noticias, que me estoy poniendo malo", les cortó tajantemente Pablo Motos.