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Quique Jiménez, Torito, fue durante años uno de los colaboradores estrella de Telecinco. Sin embargo, hace unos años decidió salir del grupo audiovisual y buscar nuevos proyectos, lo que le ha llevado a programas como Zapeando o MasterChef Celebrity, donde está siendo concursante de la actual edición.

Los espectadores ya saben que Torito es un auténtico morlaco televisivo, alguien que no consiente que haya un silencio, que no sea todo un espectáculo. En un magacín que se lleve a cabo en un plató es estupendo: él corretea, grita, levanta a sus compañeros en volandas, se traviste de Chanel y se marca un SloMo si hace falta.

Sin embargo, en un programa como MasterChef Celebrity, en el que hay que concentrarse mucho, en el que todo tiene que salir (casi) a la primera, Torito se desboca, y se está convirtiendo de forma más o menos voluntaria en el protagonista de la edición.

En ocasiones ha hecho referencia a sus 25 años de televisión, y se nota que sabe muy bien cómo entretener al que está en casa. Su excentricidad arrolladora le lleva a pelear fuerte contra sus compañeros (le arrebató el pin de la inmunidad a Alejo Sauras, sin ir más lejos, y luego no lo utilizó en una prueba de eliminación). Ríe, incluso llora a veces, pero, por encima de todo, es gamberro.

En las entregas emitidas hasta ahora, ¿qué no ha hecho Torito en esas cocinas? Ha llenado el pelo de harina de sus compañeros, ha correteado entre fogones tirando bandejas con comida al suelo, ha lanzado huevos a la cabeza de otros. No puede estar quieto ni un solo momento.

Torito y Mariló Montero en 'MasterChef Celebrity'.

¿Recuerdan aquel capítulo de Los Simpson de la orugrita, que si no le hacen caso cada cinco segundos se muere? Pues Torito es la orugrita de MasterChef. Él no mide, no controla el show, y se deja llevar. A veces, hasta haciendo cosas que, en el pasado, le provocaron un disgusto.

Una de las gracietas más habituales de Torito es coger a alguien por los hombros y zarandearlo, como si fuese un péndulo. Cualquier compañero puede ser víctima de su impulso, y no importa su edad o su manera de ser: ni José Manuel Parada a sus 71 se ha librado de uno de esos vuelos.

Hay que recordar que en Viva la vida Torito ya hacía estos movimientos. Y un día pilló por banda a Carmen Borrego, a la que levantó en volandas. La hermana de Terelu aseguró que esto le provocó un esguince en las costillas, y, según contó Torito, hasta promovió que se le despidiera por ello. Quique no aprendió la lección, y, de hecho, ahí sigue haciendo su abrazo del oso a Mariló Montero si se le pone a tiro.

Fiel a su estilo, el colaborador televisivo ha aportado caos controlado y altas dosis de espectáculo al formato, pero es que no solo es imprescindible para el show. También está siendo un gran aspirante, que deja asombrados a los jueces casi cada día.

Más allá del huracán, los espectadores están descubriendo que, más allá del personaje, Quique es un hombre muy trabajador, disciplinado, que sabe poner orden dentro del terremoto que provoca a su alrededor. Que ha ido al programa a trabajar, en todos los sentidos.

Torito, en las cocinas de 'MasterChef Celebrity'.

Es más, cabe recordar cómo en el segundo programa estuvo en la cuerda floja, y antes de las valoraciones de los jueces, rompió a llorar. Para él era importante estar en el talent show porque es una forma de facturar, pues ha tenido vacas flacas, y quizá por eso se deje la piel y el corazón en cada cocinado.

En el pasado, Quique, la persona tras el personaje, ya ha lamentado cuánto le cuesta encontrar trabajo. En Viva la vida llegó a pedir más tiempo en pantalla, pues consideraba que solo salía cinco minutos a hacer el bufón. De hecho, abandonó Mediaset cansado de nunca ser reclamado para un casting ni tantearle para nuevos proyectos.

He llamado a muchas productoras y no querían tener a nadie como yo, a un personaje como yo”, llegó a lamentar el menorquín en las cocinas del concurso. Un personaje que no consiente dejar de lado, pues es su esencia, su forma de hacer televisión, la manera en la que él entiende el espectáculo y le hace único frente a otros colaboradores y reporteros.

Volviendo a su buena mano en la cocina, hay que recordar que en el estreno de la edición, consiguió ser el mejor aspirante en la primera prueba, un triunfo que le otorgó el codiciado pin de la inmunidad. Este momento estuvo marcado por la emoción, ya que el concursante anunció que donaría su premio a la organización Payaso Hospital, subrayando su lado más sensible y solidario.

Jorge Luengo, su némesis

Es tan completo que a Torito no le faltan ni enemigos en el concurso. Más allá de que en algún momento haya compañeros como Mariló Montero que han llegado a plantarse molestos ante él para pedirle respeto, Torito ha encontrado en Jorge Luengo, el mago de la ceja blanca, a su némesis.

En el segundo programa, la prueba de eliminación (esa en la que lloró) la marcaba el aspirante más rápido en elaborar su plato. Jorge se apresuró y paró el tiempo antes de lo que sus compañeros desearían, lo que provocó un cabreo general. Algunos han pasado página, pero Torito, de momento, no.

Torito junto a Jorge Luengo en 'MasterChef Celebrity'.

Jorge, al igual que Torito, tiene su propio rol en el concurso. Y es que cada vez que puede lleva a cabo algún truco de magia con cartas, y esto desespera a Torito, según confesó el último día. Quizá sea porque no puede soportar que nadie le robe el foco, más allá de rencores del pasado reciente que comparten.