La actriz y cantante Astrid Fenollar, conocida por su paso por el grupo infantil Regaliz, ha fallecido esta semana a los 55 años, víctima de un cáncer. Ha sido Jorge Lérida, divulgador sobre música infantil y autor del libro El fabuloso mundo de la canción infantil el que ha comunicado su defunción, que tuvo lugar el pasado miércoles.
Astrid era hija de Salvador Fenollar, un trabajador de la discográfica Belter, a la que pertenecía Parchís. Y a él le hicieron el encargo de formar un nuevo grupo para cantar sintonías de televisión y versiones de otros artistas, y así poder hacer actuaciones a las que Parchís no pudiese asistir.
Salvador pensó en Astrid para la banda, a la que se sumó Eva Mariol, Eduardo Navarrete y Jaime Bonet. Así surgió el grupo Regaliz, en 1980. Grabaron la sintonía de la serie británica Guillermo el travieso, a la que siguieron varios discos con temas como Spiderman. Aparecieron entonces en programas de televisión como Aplauso.
En la línea de Parchís, en 1981 protagonizan la película La rebelión de los pájaros, de corte ecologista, y en la que cantaban siete temas. Tras intervenciones menores en otras cintas como Su majestad, la risa y La magia de los Parchís, en 1982 Regaliz estrena la película Buenas noches, señor monstruo.
Se trata de una comedia con canciones del grupo, que dirigió Antonio Mercero. Los componentes Regaliz se pierden en una excursión y van a parar a un castillo donde viven Quasimodo, el Hombre Lobo, Drácula, el doctor Frankenstein, su criatura y el hijo de Drácula, al que da vida Miguel Ángel Valero, Piraña en Verano Azul.
Buenas noches sr monstruo
En 1983, la casa discográfica recortó plantilla, y ahí salió Salvador Fenollar de la empresa, lo que supuso el fin de Regaliz, quienes, además, llevaban meses sin cobrar.
Astrid Fenollar estudió pantomima, y siguió vinculada al mundo de la interpretación. Por ejemplo, participó en el largometraje de terror Darkness, de Jaume Balagueró. Tras su retirada del espectáculo, vivió afincada en Menorca.
En 2009 reapareció en televisión en el programa Los mejores años de nuestra vida, de RTVE. Allí le contó a Carlos Sobera que sentía que “no había pasado el tiempo” desde que cantaba con sus compañeros, y que ella lo vivió todo “como un juego, nos lo pasábamos muy bien”. Además, explicó que entonces se encontraba trabajando con gente con discapacidad, a la cual, a veces, les volvía a cantar.