Este miércoles, Pedro Sánchez ha comparecido en el Congreso de los Diputados para presentar su nuevo paquete anticorrupción, en plena tormenta por los casos de corrupción que envuelven a su entorno.
El presidente ha querido adoptar un tono serio, marcando distancia con los escándalos y defendiendo un plan que, según él, busca reforzar la transparencia y la lucha contra la corrupción institucional. Pero fuera del hemiciclo, las reacciones no han tardado en llegar.
Uno de los que no ha dejado pasar la oportunidad de comentar la sesión ha sido Rubén Amón, quien en Espejo Público ha criticado sin rodeos la actitud de los socios de gobierno. "Por favor, no habiendo en el horizonte, como no lo había, una moción de confianza, no teniéndose que exponer al voto, esperábamos que la reacción de sus socios fueran virulentas por lo menos".
La polémica no ha tardado en llegar a los platós.
"Si no va a haber votos, si da igual, si vais a seguir, pero fingid un poco de hostilidad al respecto", soltó con ironía haciendo referencia a las intervenciones de los socios del Ejecutivo. Unas palabras que reflejan un malestar que cada vez parece calar más en la opinión pública.
Amón ironizó además con la actitud del propio presidente, que, según él, se muestra como una víctima inocente en medio del escándalo. "Qué más quiere Sánchez que aparecer desnudo con una hoja de parra, es la situación perfecta, es la imagen soñada de una sesión como la de hoy", afirmó.
Con estas declaraciones, el periodista puso en duda el carácter regenerador del discurso de Sánchez, sugiriendo que todo está cuidadosamente diseñado para lavar la imagen del Gobierno sin asumir responsabilidades reales.
Y es que, durante la jornada parlamentaria de hoy, los socios de investidura de Sánchez han intervenido sin mostrar demasiada dureza ante la situación tan grave que vive este Gobierno.
El periodista ha dado su opinión sin tapujos.
Algunos, como ERC o Bildu, se limitaron a recordar que ya advirtieron en el pasado sobre prácticas poco transparentes dentro del PSOE, pero evitaron ataques directos.
Sumar, por su parte, se centró más en defender las nuevas medidas que en exigir responsabilidades por los casos que han saltado a los titulares en las últimas semanas.
Un tono contenido que ha levantado críticas tanto en la oposición como en tertulias, donde parece que todos esperaban un mayor nivel de exigencia interna.