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Este fin de semana, las puertas de Ferraz han vuelto a vivir una escena de tensión, a la que cada vez parece que están más acostumbrados.

Medio centenar de simpatizantes socialistas abuchearon al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, a su llegada al Comité Federal del partido. Gritos como "facha infiltrado", "vete al Congreso del PP" o "traidor" se escucharon mientras el dirigente regional se acercaba a los medios de comunicación.

Una escena que no ha dejado indiferente a nadie, y que ya ocupa titulares, sumándose al difícil momento en el que se encuentra envuelto el partido socialista.

Una escena que no ha tardado en llegar a los debates. Antena 3

El tema no ha tardado en ser tendencia en los medios de comunicación y esta mañana en Espejo Público ha sido más que comentado. 

Uno de los más contundentes ha sido Rubén Amón, colaborador habitual, quien no dudó en interrumpir a su compañero Gonzalo Miró para expresar su indignación.

"Tendrían que recibirlo en aplausos por sostener un discurso bastante sensato de lo que debería ser el porvenir de este partido frente a los escándalos que tiene", dijo Amón con firmeza.

El periodista criticó duramente la crispación que, a su juicio, está generando el propio Pedro Sánchez en el ambiente político, y señaló que el linchamiento verbal a figuras como Page es un síntoma preocupante de esa división interna en el PSOE.

Un tema muy comentado. Antena 3

La figura de Emiliano García-Page lleva tiempo siendo incómoda para algunos sectores del PSOE por sus críticas a decisiones del Gobierno central y su defensa de una política más moderada.

Esta postura le ha valido ataques por parte de simpatizantes más alineados con Sánchez, quienes lo ven como una amenaza a la unidad del partido.

Sin embargo, otros, como Amón, valoran precisamente su capacidad de decir lo que muchos no se atreven dentro del partido, asegurando que además, no pide nada descabellado: "Propone ir a unas elecciones, a una moción de confianza y eso no es adoptar posturas extremas".

Por el contrario, en la misma concentración, los asistentes aplaudían la llegada de otras delegaciones territoriales del PSOE y coreaban el nombre del presidente del Gobierno, lo que demuestra una clara división de opiniones dentro del partido y entre sus bases.

Y es que lo que pretendían que fuese un encuentro de unidad dentro del partido, parece que terminó siendo otro ejemplo del verdadero malestar que atraviesa a día de hoy el socialismo español.