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Hasta ahora, Lydia Lozano era de los pocos rostros de La familia de la tele que quedaban por pronunciarse sobre el fracaso del programa. Este fin de semana por fin rompió su silencio y reconoció que estaba "deseando que terminara", al ver que la cosa no remontaba en audiencias.

"Tanto medio, tanto medio... Para hacer 32 programas", comentaba Lozano, entre risas. "Yo se lo dije a [David] Valldeperas, a Belén Esteban, a Kiko Matamoros... Televisión Española es un terreno muy duro, hay mucha línea roja. No puedes hablar como si estuvieses en una privada. Les avisé a todos y pasaron de mí".

"Y ahora te voy a dar el titular que le dije a todo el mundo", avanzó la periodista, en su entrevista en el pódcast Me mola mazo de Óscar Repo: "Somos cinco, seis o siete caballos desbocados que nos meten en una cuadra'. Nadie se dio cuenta de mi titular. Éramos cinco o lo que fuéramos haciendo lo que nos daba la gana".

"Cocinando, levantándonos... Haciendo lo que nos daba la gana. Hablando de la cadena de enfrente, de Pablo Motos. Es que me acuerdo de los once meses en el pisito de Ni que fuéramos Shhh y dije: 'No va a ser fácil", señaló Lydia.

Para la colaboradora televisiva, la prueba de fuego llegó el primer día después del desfile en Prado del Rey que organizó el formato de La Osa Producciones. Es decir, cuando arrancaron las emisiones regulares de La familia de la tele.

"Miraba a Matamoros y él de repente decía: 'Coj...'. Y yo: 'No, no'. Y es que los cámaras de Televisión Española no se mueven. Lo sabía porque me levantaba por las mañanas en Mañaneros y el cámara le echaba la bronca al director: 'Que no se mueva Lydia, que yo no me muevo'. Y en La familia empezaron a moverse todos. Un beso a todos los cámaras, que nos han aguantado", proseguía.

Lydia cree firmemente que "el público de La 1 no es el de Sálvame" y agregaba: "Estamos muy estigmatizados". Sobre el "agónico" final del espacio de la pública, admitió: "He vivido otros finales [A tu lado, Crónicas Marcianas, Sálvame...], pero la agonía que he pasado con este programa no la he pasado en mi vida".

Sobre su futuro en pantalla, se muestra tranquila: "Ni llamo, ni he recibido llamadas. Y, de momento, hasta que no vuelva de vacaciones, creo que mi teléfono va a estar en modo avión". E insiste: "Me da exactamente igual. Quiero mis vacaciones, quiero vivir mi luto, deshacerme de las cosas de mi madre y quedarme con las que me apetezca. Y, de momento, no estoy para nadie".