Jordi Évole sabía que Eduard Fernández iba a ser uno de los protagonistas de este fin de semana. El actor barcelonés de 60 años ganó el Premio Goya a Mejor Actor Protagonista por su papel en Marco. La alegría fue mucho mayor, porque también levantó el 'cabezón' por El 47, cinta que también protagoniza y que compartió el Goya a Mejor Película con La infiltrada.
Grabada semanas atrás, la entrevista vino a ser el colofón perfecto. Y lo fue porque el periodista de laSexta consiguió sacar a la persona que hay detrás de uno de los intérpretes más maravillosos que tiene nuestro país. Eduard Fernández se abrió en canal en el programa de Évole al hablar por primera vez en público sobre sus adicciones al alcohol y a las drogas.
El veterano actor contó que, en su caso, mezclaba el alcohol con la cocaína. "Cada vez empezaba antes a beber chupitos", reveló. "Ser adicto da mucha vergüenza, porque tú notas que algo no tira, que te estás pasando, que no te acuerdas de algo de ayer... Tardas tiempo en ver que tienes un problema".
Afortunadamente, Eduard logró superar sus problemas internándose en un centro de desintoxicación, más allá de acudir a diferentes terapias, gracias a su actual pareja, Ainhoa Aldanondo.
"Un adicto se miente mucho. Miente a todo el mundo. He estado tiempo pensado que no estaba a la altura de la gente, muy cohibido físicamente. Algo roto, que no está bien", aseguró muy rotundo y sincero el intérprete, que en El 47 da vida a Manolo Vital, el conductor de autobús que pasó a la historia de Barcelona.