La relación de Alba Carrillo con Mediaset es inexistente en estos momentos. La modelo, que fue una pieza clave en sus realities y programas de corazón, dejó de colaborar con Telecinco de la noche a la mañana, y eso le sentó como un jarro de agua fría. Por esa razón (y por otras, como las malas condiciones que tenía en el trabajo), la hija de Lucía Pariente se tomó la venganza por su mano a finales de junio.
En un directo en Twitch, reventó el reality ¡Vaya vacaciones!, en el que parejas de personajes conocidos competirían por 25.000 euros. “Me da la impresión de que va a ganar Jorge. Spoiler. Os lo digo porque es que también hay que trabajar con gente que no se vaya de la boca. Lo que pasa es que como pagáis mal, pues nadie os es fiel. Porque si hay poco pero poco para todos pero cuando hay mucho para algunos y nada para otros pues la gente se cabrea”, aseguró entonces.
“Hoy me ha escrito una persona que está en contacto con Mediaset para decirme ‘por favor, no digas que Jorge ha ganado el reality, porque hay mucha gente que ha trabajado en ese reality y estás jugando con el pan de todos los que trabajan ahí’”, continuó diciendo la que fuese participante de Supermodelo. “¿Qué contrato tengo yo firmado para no contar esto si me he enterado?”, se preguntaba entonces, desafiante.
Este spoiler, que se hizo viral en Twitter, no fue recogido por BLUPER ni por otros muchos portales especializados en televisión. Y es que los programas de televisión deben contar no solo con el compromiso de los concursantes y del equipo en no revelar quién gana, sino también con la complicidad de los periodistas, que aunque sepan (sepamos) quién se lleva el premio.
Para sorpresa de nadie, Alba Carrillo estaba en lo cierto. En la gala de este jueves, Cristina Porta y Jorge Pérez se alzaban ganadores, tras una compleja prueba física en la que había que mantener el equilibrio sobre una plataforma, y en la que la periodista estuvo sencillamente espectacular.
¿Podría haberse evitado la filtración del ganador? Podría, mirando lo que hacen otros concursos que también son grabados, como el que presenta Luján Argüelles. Un ejemplo lo tenemos en Drag Race España. En el episodio final, cada una de las reinas se anuncia como la ganadora y se graba, y solo se sabe quién se lleva de verdad la corona el día de la emisión, con el montaje final.
Para ello, ¡Vaya vacaciones! debería haber optado por otra fórmula de competición, que no fuese tan claro como ser el mejor en una prueba cronometrada. Algo que hubiese resultado más subjetivo, y que dejase la decisión en manos de la producción. O en la de los compañeros.
En ese sentido, otro ejemplo de cómo se guardaba el secreto de un ganador lo tenemos en la segunda edición de Supervivientes de Telecinco, aquella en la que participaban concursantes anónimos. Entonces el ganador lo elegían los propios compañeros, dejaron sus votos en una urna y se abrió en el plató en vez de en la isla donde se vivió la aventura.
Huelga decir que ¡Vaya vacaciones! no es el primer concurso cuyo ganador se revienta antes de tiempo. Eso lo saben muy bien en Shine Iberia, pues MasterChef ha sufrido este asunto en varias ocasiones. Por ejemplo, en 2016 de anunció el libro de recetas de Virginia antes de que se emitiese la final y se supiese que ella era la ganadora. Una foto en Instagram de Samantha Vallejo-Nágera y Jordi Cruz junto a Ona Carbonell durante “una gran cena homenaje a alguien muy especial” dejó claro que ella sería la vencedora del tercer Celebrity. La promo de la final de 2017 invitaba a pensar que ganaba Jorge Brazález por cómo los compañeros se tiraban encima de él para celebrar la victoria. Y no olvidemos aquella columna en la que Jaime Peñafiel sacaba pecho por saber quién ganaba MasterChef Celebrity de 2019 porque se lo había dicho su “querida amiga Isabel”. Isabel Preysler, la madre de Tamara Falcó, la vencedora.
Tras aquella final, en el programa Aruser@s explicaron que se les había prohibido emitir imágenes del programa. “Sabíamos que ganaba Tamara y estábamos todos calladitos, ni mu”, dijo entonces Angy Cárdenas, destacando así cómo el programa ha respetado al formato de la competencia, y la complicidad con los compañeros de profesión a pesar de ser de diferentes grupos de comunicación.