El terror era el motivo sobre el que giró el cuarto capítulo de Drag Race España, que se emitió este domingo a partir de las 20:00 horas en AtresPlayer Premium, como es habitual. Con el director Paco Plaza como invitado, las reinas que todavía permanecen en la competición tuvieron que protagonizar versiones drags de taquillazos españoles del género: El Guarranato, Las Otras o Drag Rec.

Las cosas como son, los guiones de estas obras eran los que eran. No tenían grandes puntos brillantes, no eran graciosos por sí mismos, y resultaron un tanto largos (tanto como para que el programa volviese a rozar la hora y media, que es algo para mirarlo con detenimiento). Aunque el jurado felicitó a las reinas por su desempeño, lo cierto es que gracia, gracia, tuvo la justa. Menos mal que hubo participantes como The Macarena, Hornella Góngora, Pitita o Pakita que pusieron toda la carne en el asador, a veces, hasta por encima de lo que les permitían las condiciones.

La pasarela, sin embargo, resultó, a grandes rasgos, espectacular. ‘Mi peor yo’ era la categoría, y las reinas nos permitieron conocer más qué les atormenta. Desde Vania Vainilla con su pánico hacia las arañas como la frustración de Pink Chadora al pensar en cómo le gustaría tener una familia numerosa. Visa había contado poco antes en el taller que su padre murió quemado cuando él era un crío, y ese recuerdo fue el que plasmó en un look que dejó a todos sin respiración. No era para menos, sencillamente soberbio. The Macarena, por su parte, se parodió a sí misma recordando que su peor versión es la que vimos en el primer episodio de Drag Race España de la primera temporada, en el que se fue a casa.

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Sin embargo, de todos los que participaron, me quedo con Hornella Góngora, que presentó una fantasía que Paco Plaza calificó de “muy Hellraiser”, y que podría haber tenido una lectura sobre bondage y sadomasoquismo, por tener pinchos, cadenas o un bozal. Pero nada más lejos de la realidad. Mi look de hoy en pasarela representa una etapa en mi vida en la que yo mismo me encerré en una cárcel. En este caso hablo del estigma social sobre el VIH”, narraba la drag de origen levantino. “Pero también hablo de la superación, y de cómo hablarlo me hizo darme cuenta que compartirlo no solo te ayuda a ti, sino también ayudo a los demás”, añadía. En ese momento, su bozal se abría y dejaba caer de él pétalos de rosa, que representaban la libertad. La gente del colectivo y más los que tenemos esta visibilidad tenemos que ayudarnos”, finalizaba.

Hay que destacar que Hornella es, desde hace años, una drag que hace activismo por los derechos de las personas VIH. Pero, para quien no la conociese, ha lanzado un mensaje muy necesario, y es el de hablar, comunicarnos, que nada mata más que el silencio. Que hay que prestarse mutua ayuda, y que a veces ayudarte a ti mismo también es una manera de mejorar lo que hay a tu alrededor.

Me ha resultado muy interesante tanto el fondo como la forma. Hornella no es, ni de lejos, la primera reina que cuenta su condición como seropositiva en el programa, aunque sí en la franquicia española. Sin embargo, estábamos acostumbrados a que el estado serológico se revelase como un secreto que no se quería compartir, a veces, porque no se sabía cómo comunicarlo. “Solo quiero decir que siempre he tenido tanto miedo de hablarlo, que he estado viviendo con el VIH durante los últimos 2 años de mi vida y ... esto significa mucho para mí”, dijo allá por 2009 Ongina, en la primera temporada de RuPaul’s Drag Race, justo tras ganar un reto para hacer un anuncio para  publicitar el maquillaje Viva Glam, el cual utilizaba la lucha contra el Sida como estrategia publicitaria. En la temporada 6, Trinity K. Bonet contó que era seropositiva en un Untucked, y años después volvió a hablar del tema cuando participó en un All Stars. “Hay mucha gente aquí que no está informada de que se puede estar con alguien que es VIH positivo si no es detectable y no contrae el virus”, compartió, en una charla que giraba alrededor del sexo.

En Italia, Enorma Jean se sinceró en cómo contrajo el VIH en una época de destrucción personal en la que hacía prácticas de riesgo, pero cómo gracias a los avances médicos podía llevar una vida como la de cualquiera, con una esperanza de vida normal. Y en Drag Race UK, Charity Case contó cómo, tras un abuso, le diagnosticaron VIH a los 18, además de otras enfermedades venéreas. Y dejó claro en qué consiste ese estigma que Hornella Góngora hacía referencia, como que, por ejemplo, en las aplicaciones de contactos le digan cosas como “estás enfermo, eres repugnante, mantente alejado de mí”. “Comentarios horribles y desagradables que son realmente degradantes y mezquinos. El trauma de recibir un diagnóstico positivo en realidad proviene del estigma del VIH”, añadía.

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Volviendo al programa de este domingo, Pitita se convirtió en la ganadora de la prueba, por su versión libre del personaje de Manuela Velasco en REC, y por un espectacular traje de cigarro, pues considera que el tabaco es su peor versión. De cuatro capítulos ya ha ganado dos, por lo que ya podríamos decir que tiene un pie dentro de la final. Sin embargo, los fans del programa sabemos que Max, Ben Delacreme o Keta Minaj se fueron a casa con dos y tres victorias bajo el brazo. El pescado no está del todo vendido, aunque ya estamos visualizando a Pitita, sí o sí, como finalista.

A la eliminación llegaron Clover Bish y Kelly Roller, que nos contaban que eran hermanísimas y que iba a ser duro el enfrentamiento. Esperaba algo con mucho drama, en plan Raven y Jujubee llorando desconsoladas al son de Robin. No fue el caso. Clover se merendó a la de Torremolinos, y por ello, Kelly cogió sus patines y se fue para casa. O no, porque sabemos que hay una repesca en el horizonte.

Una vez acabó el episodio pudimos ver Tras la carrera, donde Ana Locking charla con la expulsada, en este caso, Kelly Roller. Y la andaluza puso en valor Torremolinos como parte de la historia de este país, como un oasis donde había diversidad y libertad durante la dictadura. Qué lástima que ese mensaje tan interesante no lo haya lanzado dentro del concurso, para que llegase a quien nos ve fuera de nuestras fronteras.