El conflicto entre Kiko Hernández y Belén Rodríguez lleva varias semanas acaparando la escaleta de Sálvame. Después de revelarse que la colaboradora había prestado 100.000 euros a su compañero, la amistad entre ambos acabó dinamitándose y ella rompió con el programa, bloquenado a la mayoría de colaboradores y desapareciendo del foco.

Mientras la implicada huía de la polémica y se refugiaba en su piso de Madrid, el programa decidía cruzar todos los límites y 'colarse' en la casa de Fernando, vecino de enfrente de Belén al que, además, le dieron la oportunidad de convertirse en colaborador por un día.

Con una cámara en el balcón del joven estudiante de Periodismo apuntando hacia la ventana de Belén Ro, tertulianos como Terelu Campos, Carmen Borrego, Lydia Lozano o Kike Calleja han desfilado por la vivienda para tratar de conseguir la imagen de la colaboradora en su casa.

Por si esto no fuera poco, los colaboradores no han dudado en gritarle a su compañera para que salga, o incluso a entrevistar a varios vecinos en directo, llegando esta persecución hasta tal punto que Belén acabó llamando a la Policía para que interviniera.

"Si los agentes de la Policía Municipal de Madrid creen que estamos haciendo algo que no está dentro de la ley nos lo harán saber", explicó esa tarde Terelu Campos, mostrándose sorprendida por la asistencia de los agentes a la llamada de Belén: "Me sorprende, porque yo muchas veces he necesitado ayuda de la Policía con respecto de la prensa y me han dicho que ese no es su cometido", afirmó.

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Kike Calleja apoyaba a la presentadora y aseguraba que la actitud de la colaboradora era sorprendente "viniendo de gente que trabaja en este medio". "En ningún momento este programa ha grabado el interior de la casa de nadie", aclaraba el reportero, obviando que si no habían podido grabar la vivienda de Belén es porque ella se encontraba atrincherada, con las persianas bajadas y las luces apagadas.

La situación se tornó tan dantesca que fue Kiko Hernández quien tuvo que dejar a un lado su conflicto con la que fuera su amiga para justificar su llamada a la Policía. "Si vais a mi casa y grabáis la fachada y me siento incómodo...", dijo para defender la actitud de la afectada.

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Lo cierto es que los agentes acabaron identificando a todas las personas que se encontraban en aquella casa frente a la de la colaboradora y, desde entonces, la actitud del programa cambió por completo. Pese a que Kike Calleja ha seguido pendiente de los movimientos de Belén y el asunto se ha seguido abordando, ahora se ha dejado de grabar su casa y el tono beligerante se ha rebajado.

"Esto está teniendo una deriva preocupante y lo último que quiere este programa es que la cosa vaya a más", expresaba Adela González este miércoles 16 de noviembre en el formato de La Fábrica de la Tele.

Tales son las supuestas buenas intenciones del programa, que ese mismo día el director decidió no mostrarle a Kiko Hernández el mensaje que María Patiño había recibido de Belén Ro. Con el pretexto de proteger a ambos implicados y evitar echar leña al fuego, la presentadora prometió enseñarle a su compañero el mensaje después de la emisión del programa.

Sin embargo, apenas unos minutos después la Dirección cambiaba de parecer y decidía compartir con el colaborador el contenido del mensaje, que por la reacción de Kiko se puede adivinar que era de alto voltaje. "Conoces mi versión dulce, no mi versión heavy. ¡Te vas a cagar! ¡Te vas a cagar! Ahora sí que vas a tener que llamar a la Policía y a los G.E.O. ¡Gilipollas!", le respondió Hernández mirando a cámara, sumando las amenazas a la persecución que ha sufrido Belén en las últimas semanas.

Pese al innegable espectáculo televisivo que ha creado el programa en torno a esta nueva y atractiva trama, lo cierto es que con el trato a Belén Rodríguez se han cruzado límites y se han adoptado actitudes que recuerdan más a otros tiempos oscuros del corazón televisivo.