Vitoria-Gasteiz

El desembarco de Celebrity Bake Off en España de la mano de Amazon Prime Video fue prometedor desde sus inicios: un talent show de repostería con un variopinto plantel de famosos y presentado por Paula Vázquez y Brays Efe ya era un sí rotundo, pero una vez visionado el primer episodio del formato se confirma que la plataforma ha conseguido transformar sus buenas intenciones en un formato brillante que va a dar mucho que hablar.

El preestreno del primer capítulo del concurso se ha celebrado este martes en el Palacio de Congresos Europa de Vitoria-Gasteiz, una de las sedes de la XIII edición del FesTVal. La proyección se ha realizado horas después de la rueda de prensa en la que el Auditorio María de Maetzu vibró con las carcajadas constantes provocadas por el elenco de concursantes, que desveló todo tipo de anéctodas divertidas y surrealistas.

Desde los primeros minutos de metraje ya se puede observar la impecable factura de Celebrity Bake Off España. Los 12 aspirantes a lograr el título de mejor repostero VIP se presentan de forma ágil, empleando apenas dos frases en tono humorístico para describirse y situar al espectador en sus respectivas biografías.

Uno de los principales elementos diferenciadores de este formato con respecto a los talents similares emitidos en abierto en España es que reduce la duración de los episodios a 50 minutos, aplicando así el estándar de las plataformas que la televisión tradicional todavía no se atreve a implantar.

Esta signiticativa reducción de la duración permite crear un lenguaje más directo y ágil, con un ritmo en ocasiones algo vertiginoso que da al concurso culinario toques de un auténtico docureality con famosos, con reminiscencias de formatos como ¿Quién quiere casarse con mi hijo? o Un príncipe para Corina.

El brillante casting y el buen gusto en la edición rematan un producto televisivo impecable, que rezuma calidad y delicadeza en cada plano, a la vez que deja lugar a lo gamberro y a la espontaneidad.

Aunque ya se conociese el casting del concurso desde hace meses, el espectador no será plenamente consciente del privilegio que supone tener en un mismo programa a personajes como Esperanza Aguirre, Esty Quesada, Chenoa o Eduardo Iturralde hasta que no se siente frente a la pantalla para visionar el primer capítulo.

Como ya pudimos vislumbrar los periodistas en la rueda de prensa de presentación del programa, los concursantes han creado vínculos tan extraños como efectivos frente a las cámaras. La inverosímil complicidad entre Esperanza Aguirre y Esty Quesada, el desparpajo de Iturralde o la torpeza de Pablo Rivero son algunos de los ingredientes que conforman este plato de alta repostería que ha creado Boxfish TV junto a Amazon Prime Video.

Si algo queda claro viendo este concurso es que las plataformas también son territorio para los programas de entretenimiento. Mientras TVE sigue cerrándose en banda a reducir la duración de MasterChef para poder facilitar la conciliación, Celebrity Bake Off representa la prueba más fehaciente de que es posible hacerlo y acaba convirtiendo esa menor duración en un valor añadido más. La televisión en abierto, especialmente la pública, debería asumir estas nuevas formas de crear contenidos y aplicarlas a sus formatos si de verdad quiere garantizar su supervivencia futura.