Desde el pasado mes de enero, Anabel Pantoja está en el ojo del huracán de Sálvame. Miguel Frigenti destapó que las joyas que ella promociona a través de sus redes sociales, y que vende en su web, serían piezas de Aliexpress vendidas a un precio hasta siete veces superior al original. Anabel se defiende, y dice que la tienda china le copiaría los diseños, que no es la primera vez que le pasa, aunque sus compañeros no la creen.

El martes acudió al programa un perito a comparar una joya comprada en China y otra comprada en la tienda de Anabel Pantoja, y aseguró que la principal diferencia era dos décimas de peso, pero que en todo caso se trataba de “bisutería mediocre”, con la que no se deben hacer ciertas cosas como bañarse en el mar.

Este miércoles volvió a tratarse el tema, y Kiko Hernández dijo, literalmente, que el comprador de cualquier tienda “by Anabel Pantoja sabe exactamente lo que está comprando. Sabe que es malo, a lo mejor se le cae el dedo, pero ya tiene la información”. Criticaba a su compañera por ser “la publicidad” de la empresa detrás de la idea. “¿Tú eres la publicidad, y si están engañando a la gente también eres la imagen, y también te están engañando a ti. ¿Tú quieres engañar a la gente?” preguntaba Hernández.

A la misma hora que se emitía Sálvame, la Asociación Nacional de Centros de Entrenamiento Funcional y Salud compartía en Twitter un vídeo de Kiko Hernández en su conocido programa de teletienda Mejor llama a Kiko. En él aparece junto a Elena de José caminando en una cinta andadora, y ambos tienen una conversación con fines publicitarios.

¿Vas a ir al gimnasio, que huele mal, que hay mucha contaminación, y que hay muchos virus? ¡Muchos virus, muchas cosas que no tienes que coger!” dice Kiko Hernández, hablando directamente al espectador. “¡Cosas malas!”, aclara su compañera.

A mí me daría miedo ir al gimnasio, con todo lo que hay ahora mismo. Quién te dice que no pillas un COVID, que no pillas un no sé cuántos, que uno toca la máquina. La máquina tiene que ser tuya, porque sabe Dios quién ha tocado eso, si lo han desinfectado o no han desinfectado esto” continúa Kiko Hernández, para recordar que “el producto estrella de Mejor llama a Kiko” es esa cinta andadora, que intentan vender. 

Desde la ANCEFS apuntaban que el discurso de Kiko Hernández iba en contra de la “demostrada la seguridad de los centros deportivos”, y ha criticado que el sector ha quedado muy dañado por la pandemia del coronavirus, con “miles de empresarios y trabajadores en las colas del hambre”. “Kiko Hernández piensa que mentir es la mejor manera de vender productos para Telecinco” añade el colectivo.

Ciertamente, Kiko Hernández ha cumplido ese refrán que dice consejos vendo, para mí no tengo. Y es que su mensaje publicitario basado en algo tan primitivo como el miedo a caer enfermos, en medio de una crisis sanitaria mundial, choca con sus críticas a Anabel Pantoja, a la que acusa de engañar a la gente. Como si su discurso disfrazado de opinión personal fuese una verdad absoluta, y no un discurso carente de pruebas cuyo único fin de vender más.

El mensaje de Mejor llama a Kiko lleva al espectador a plantearse si cogerá el temido COVID por hacer algo tan saludable como ir al gimnasio a ponerse en forma. Da por sentado que no hay medidas de higiene, que en esos locales “hay muchos virus”.

Nos encontramos con un miedo similar al que usan en su publicidad las empresas de seguridad. Kiko juega con la culpabilidad del consumidor, rozando el chantaje emocional. Que solo hay que pagar un (relativamente) pequeño importe para tener tu casa segura, o tu organismo libre de coronavirus, que para lo que cuesta no merece la pena arriesgarse. El argumento de Hernández es más propio de un vecino en un ascensor que el de un comunicador al que cada tarde ven unos dos millones de espectadores.

Volviendo al negocio de joyas de Anabel Pantoja, Kiko contó que el martes, tras el altercado, alguien se acercó a Anabel Pantoja y le dijo que tenía que pedir perdón, algo a lo que la sobrina de la intérprete de ‘Se me enamora el alma’ se negó. “Te puede la soberbia” decía Hernández al respecto.

¿Será él menos soberbio y pedirá perdón por su falta de ética al asegurar que en los gimnasios se puede “pillar el COVID”, y que la mejor solución para que esto no ocurra es comprar su cinta andadora? Sería divertido que Anabel Pantoja le preguntase por el tema con sus mismas palabras. “¿Tú eres la publicidad, y si están engañando a la gente también eres la imagen, y también te están engañando a ti. ¿Tú quieres engañar a la gente?”

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