El dron que parece un pájaro para vigilar y atacar sin ser detectado: la aeronave que va a cambiar el espionaje
Científicos chinos acaban de mostrar en vuelo el Small Falcon, una pequeña nave que imita el vuelo de las aves para hacerse pasar por una de ellas.
29 abril, 2024 02:46Los sensores de los sistemas antiaéreos poco a poco van afinándose para detectar el vuelo de drones. El incremento exponencial de su uso en el campo de batalla ha tenido como consecuencia que los algoritmos estén cada vez más entrenados —como el que incluye el CERVUS que usa el Ejército en España— y consigan derribarlos más fácilmente. Esto se traduce en una importante pérdida tanto en el plano económico como en el de capacidad táctica.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, algunas compañías y universidades de todo el mundo se están centrando en el desarrollo de plataformas biomecánicas cuyo vuelo intenta reproducir al de las aves de carne y hueso. Con esto consiguen, de momento, confundir a los sistemas de monitorización del aire que no logran diferenciar un animal de uno de estos drones.
Hasta esta misma conclusión ha llegado la Universidad Politécnica del Noroeste localizada en Xi'an (China), donde un grupo de ingenieros ha desarrollado el Small Falcon (Pequeño Halcón, en español) cuyo primer metraje en vuelo se ha publicado recientemente. Los medios del país como la China Central Television lo describen como el dron más parecido a un pájaro del mundo.
China has developed a new type of #ornithopter, an aircraft that flies by flapping its wings, and experts said on Sunday that the small bird-like aircraft has application potential in fields like ecological monitoring and environment protection. #ChinaTech pic.twitter.com/UeLX7fTJAd
— China News 中国新闻网 (@Echinanews) March 4, 2024
Han destacado la agilidad con la que vuela y la serie de mecanismos que consiguen copiar el movimiento de las alas de un ave. Cuenta con un sistema de "manivela cónica que imita el patrón de estiramiento y plegado de las alas observado en las aves", tal y como explican desde EurAsian Times.
Pájaro robótico
El equipo de técnicos y científicos encargado del proyecto han incluido la capacidad de plegar las alas mientras aletea, ajustar su velocidad, plegar un ala de forma independiente y bloquear ambas para maniobras de planeo. Todo el proceso se ha llevado a cabo dentro de la Universidad Politécnica del Noroeste, una de las instituciones académicas mejor relacionadas con la esfera militar china y proveedora de algunos drones al Ejército del país.
Además de por su faceta en el terreno de los drones, también ha protagonizado investigaciones clave en la esfera de las armas hipersónicas, otra de las especialidades del país asiático. Todo este bagaje de conocimientos se ha aplicado en el Small Falcon, más concretamente con el empleo de simulaciones de dinámica de fluidos computacional y pruebas en el túnel de viento, que consiguen optimizar el rendimiento de la plataforma aérea no tripulada.
Además, tampoco es la primera incursión de la Universidad dentro de los drones biomecánicos. El pasado octubre presentaron Xinge, otra aeronave del mismo tipo con alas batientes que llamó igualmente la atención del panorama aeroespacial al batir récords de permanencia en vuelo, solo que se trataba de una tecnología algo menos avanzada.
El Small Falcon cuenta con un amplio abanico de funciones y aplicaciones dentro de la categoría militar. El factor de la apariencia externa en este caso es su principal baza ya que puede ser complicado diferenciar un ornitóptero altamente biomimético, como es este caso, con la fauna aviar. Principalmente a grandes altitudes.
Se trata de una aproximación opuesta a los drones tradicionales que buscan igualmente pasar desapercibidos ante los radares enemigos. En ese caso, emplean materiales, formatos y geometrías muy estudiadas para evitar que los pulsos electromagnéticos de los radares impacten contra sus superficies y los pueden identificar.
El Small Falcon busca conseguir esa capacidad —llamada stealth, en inglés— haciéndose pasar por un ave. Cuenta con un camuflaje natural que le permite mezclarse con el entorno, haciéndolo menos detectable tanto para el radar como para los diferentes sensores electroópticos o la visualización ocular directa.
Un experto citado por EurAsian Times indica que incluso si son detectaros, es probable que los observadores los descarten al creer que se tratan de aves inofensivas, lo que mejora sus capacidades de reconocimiento y vigilancia.
Precisamente en estas dos últimas facetas de la inteligencia es donde los drones como el Small Falcon pueden ofrecer más capacidades. También abren la puerta a la posibilidad de incorporar pequeñas cargas explosivas para ejecutar ataques de precisión en escenarios de operaciones especiales.
Versión española
También con el fin de pasar lo más desapercibido posible a las miradas escudriñantes de los sistemas de detección, el V-Raptor es un dron con la apariencia de águila desarrollado por la madrileña Ventor. La compañía abrió sus puertas en el año 2019 con un equipo que provenía de diferentes áreas técnicas dentro del sector del UAV (Unmanned Aerial Vehicle o vehículo volador no tripulado) y de los materiales compuestos.
El diseño es del de un dron con forma de águila de Bonelli -o águila perdicera- que es un ave que caza a otras aves en pleno vuelo. El dibujo vinilado que han incorporado son fotografías reales del ave y además se ha diseñado para que las alas se encuentren en posición de ataque.
Gracias al ofrecer un impacto visual, sonoro y térmico realmente bajos, el V-Raptor se posiciona también como un potencial dron de vigilancia aérea de incógnito. En aplicaciones tan dispares como los entornos militares, vigilancia del tráfico, seguridad o detección de incendios.
También se ha planteado como una herramienta para mantener el control de las aves en entornos delicados y potencialmente peligrosos, como en los parques eólicos. "Para el tipo de vuelo de disuasión, el dron cuenta con una cámara frontal que nos da una idea de lo que está viendo el pájaro en el vuelo", explicó a EL ESPAÑOL - Omicrono Emilio Martín, CEO de Ventor.