Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos, preside una reunión del Consejo de Supervisión de la Estabilidad Financiera el pasado 28 de julio.

Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos, preside una reunión del Consejo de Supervisión de la Estabilidad Financiera el pasado 28 de julio. Jim Lo Scalzo Efe/EPA Londres (Reino Unido)

BLUE MONDAYS

Estados Unidos nada en un mar de deuda

7 agosto, 2023 03:16

Los mercados han vivido unas jornadas convulsas por el súbito repunte de tipos acontecido la semana pasada tras la sacudida que vivió la deuda americana después de que Fitch rebajase su calificación crediticia de AAA, la mayor puntuación posible, a AA+.

Para entender si estamos o no ante el inicio de una crisis de deuda conviene contextualizar los motivos de semejante decisión, ya que reabre los fantasmas de la crisis vivida en el verano de 2011, cuando otra agencia de calificación (S&P), se movió en idéntica dirección.

La comparativa entre esos dos momentos difiere notablemente, pero lo que subyace en el fondo es peor hoy. Hace doce años la situación seguía siendo turbulenta por los coletazos de la GCF, especialmente en Europa. En aquel momento, Irlanda y, especialmente, Grecia apuntaban a una ruptura del euro. Recordemos que España fue rescatada justo un año después.

Nadie se cuestiona que Estados Unidos puede dejar de pagar su deuda

Sin embargo, la volatilidad que causaba la inestabilidad monetaria y cambiaria en relación a países insolventes no existe hoy, básicamente porque nadie se cuestiona que Estados Unidos puede dejar de pagar su deuda. Otra cosa son las mastodónticas cifras alcanzadas producto de un persistente déficit público inusualmente alto en un período no recesivo.

La deuda pública supera ampliamente los 32 billones de dólares y supone un 129% del PIB. Las cifras hace mucho tiempo que dejaron de impresionar, pues ni en términos absolutos ni relativos el endeudamiento de la economía americana ha dejado de crecer desde que a principios de siglo la proporción de deuda se situase en un saludable nivel del 60% de PIB.

Como señala el Committee for a Responsible Federal Budget, un reconocido organismo independiente que "vigila" los riesgos y amenazas del mal uso presupuestario, el nivel creciente de deuda reducirá los ingresos de los ciudadanos en unos 8.000 dólares por persona hasta 2053. Si las políticas de gasto persisten e incluso se incrementa el gasto, la deuda reduciría en un tercio los ingresos.

Los problemas que esconde la deuda van más allá de los grandilocuentes números. La deuda tiene un efecto nocivo conocido como crowding out, que se da cuando los altos intereses necesarios para hacer atractivas las emisiones suben de tal manera que el ahorro de las familias se destina a atesorar deuda pública impidiendo que el exceso de ahorro se destine a promover la inversión privada.

La deuda pública de Estados Unidos supera ampliamente los 32 billones de dólares y supone un 129% del PIB

Invertir en deuda no incrementa el PIB de una economía. Solo los intereses de la deuda harán crecer la bola de nieve que origina la misma. En 2021 los intereses fueron de 350.000 millones de dólares.

En 2022, cuando se inició el ciclo de subidas, el pago neto de la deuda se elevó hasta 475.000 millones de dólares. Con el umbral del 5% (hoy está en 4,2%), los intereses se convierten en una carga insoportable (tres veces más en la próxima década).

Este es el camino que marca Estados Unidos que España bien tendría que valorar, ya que, en ausencia de una crisis de balance que de momento no se espera, todo apunta a que sumiría el país en una vuelta a los oscuros tiempos del pasado reciente.

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