El Hard Rock y la ampliación de El Prat, los dos grandes proyectos turísticos pendientes de las elecciones catalanas
Ambos proyectos atraerían más turismo a Cataluña e inversiones superiores a 3.000 millones de euros.
10 mayo, 2024 02:41El turismo se juega mucho en las elecciones catalanas que se celebran el próximo domingo 12 de mayo. Más allá del debate sobre la sostenibilidad de este sector, hay dos proyectos que dependen total o parcialmente del color político de la futura Generalitat. Nos referimos al macroproyecto del Hard Rock y a la ampliación del aeropuerto El Prat. Y en juego, como siempre, un importante impacto económico en forma de inversiones y gasto turístico.
En concreto, para ampliar El Prat la inversión prevista inicial era de 1.700 millones, mientras que el megaproyecto Hard Rock podría llegar hasta los 2.000 millones. Ambos tienen en común que están paralizados por cuestiones políticas y que, si se pusieran en marcha, atraerían a un mayor número de turistas.
Algo que alzaría a Cataluña aún más. A pesar de los movimientos contra la masificación turística, sigue siendo la comunidad autónoma más visitada por los extranjeros.
De los 85 millones de turistas internacionales que visitaron España en 2023, a Cataluña llegaron 18 millones (un 21,2% más que en 2022), según el Instituto Nacional de Estadística (INE). También fue la región que mayor gasto total acumuló en 2023 con 20.878 millones de euros, un 26,7% más que en 2022.
Por ello, el resultado de las elecciones catalanas mantiene en vilo a inversores, empresas y cualquier negocio relacionado con estos dos proyectos.
"Todo apunta a que puede haber un cambio de Gobierno y queremos que se desatasquen estos proyectos", señala Jordi Martí, el presidente de la Asociación Corporativa de Agencias de Viajes Especializadas (Acave), en declaraciones a EL ESPAÑOL-Invertia.
Desde la asociación, con sede en Barcelona, piden que haya entendimiento y colaboración público-privada en estos temas por el bien de la economía catalana y del turismo.
Hard Rock
El macroproyecto del Hard Rock fue el que desencadenó el adelanto electoral al negarse En Comú Podem a aprobar los presupuestos porque ERC siguió adelante con la tramitación del Plan Director Urbanístico (PDU) que debía regular los terrenos en los que se instalará.
Este complejo recreativo y turístico, proyectado junto a Port Aventura, entre Vila-seca y Salou (Tarragona), lleva años tratando de ser una realidad. En un inicio la inversión proyectada llegó a alcanzar los 4.800 millones de euros. Pero con el paso del tiempo y las trabas políticas ha ido reduciendo su tamaño.
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La inversión total ahora se estima en 700 millones de euros, aunque podría alcanzar los 2.000 millones de hacerse al completo. El megaproyecto Hard Rock Entertainment World contempla la construcción de un complejo con un gran casino, centros comerciales y hoteles.
En principio, cuenta con el apoyo de los grupos ERC, PP y PSC, así como con el de las organizaciones empresariales de la zona, por el desarrollo urbanístico y la creación de empleo. Sin embargo, la CUP, Comuns y organizaciones ecologistas se muestran en contra.
El Prat
Con el Hard Rock los comunes jugaron con la carta de la ecología más fuerte que nunca al considerar que la actual sequía por la que pasa Cataluña lo convierte en más insostenible. Algo parecido ocurrió con la ampliación de El Prat, donde la cuestión medioambiental fue la que echó para atrás el proyecto del aeródromo en septiembre de 2021.
En este caso el Govern no estaba de acuerdo por las implicaciones medioambientales del mismo sobre La Ricarda, la zona protegida de la Red Natura 2000. Por ello, y por la falta de confianza en la Generalitat, el Gobierno suspendió la ampliación.
Ésta iba a suponer una inversión de 1.700 millones de euros y tenía por objetivo convertir a Barcelona en un gran hub internacional. Este desembolso estaba incluido en el Documento de Regulación Aeroportuaria para los ejercicios 2022-2026 (DORA II), pero finalmente se suprimió.
En concreto, se pretendía que el aeródromo fuera capaz de albergar operaciones de largo radio para mejorar la conectividad de Cataluña con América y Asia, y poner en marcha iniciativas que potenciaran la conectividad de los aeropuertos de Reus y Girona-Costa Brava.
Desde Acave también consideran que es importante para que la Ciudad Condal deje de tener tantos vuelos de bajo coste. "El 60% del tráfico en Barcelona es low cost y queremos cambiar esa tendencia", asegura Martí.
Además, el impacto económico de la ampliación era importante, ya que conllevaría la creación de 83.000 nuevos empleos directos y 364.000 indirectos, según un estudio de Aena y la Universitat de Barcelona (UB).
Pero lo más preocupante es la saturación del aeródromo. Según datos de Aena, El Prat tuvo un incremento medio anual de tráfico del 5,3% durante el periodo 2000-2019. Esto le permitió pasar de 19,5 a 52,7 millones de pasajeros en esos 20 años, duplicando en los últimos diez años su tráfico internacional. Y en 2023, casi alcanza los 50 millones, muy cerca de niveles previos a la pandemia.
"La ampliación ayudaría a descongestionar el espacio aéreo cuando haya huelgas de controladores aéreos en Francia", señala Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) en declaraciones a este medio.
Plazos
Esta ampliación ha dado mucho que hablar. Tanto que se ha colado en la campaña electoral, con los independentistas y los comunes rechazando este proyecto que defienden desde el socialismo catalán y el sector empresarial, especialmente aerolíneas y Aena.
¿Hay posibilidad de que se desatasque? Todo depende de quien gobierne a partir del próximo domingo. Lo único cierto es que a finales de 2026 el Gobierno tendrá que aprobar el DORA III que incluya las inversiones para el periodo 2027-2031 a acometer por parte de Aena. Y ahí podría entrar la ampliación. En estos años han sido muchas las propuestas que se han puesto sobre la mesa, pero siempre con la oposición del Govern actual.
"Todavía se está a tiempo", asegura Javier Gándara. "La presión para que entrara en el DORA II era para que las obras se iniciaran antes, pero podría entrar en el DORA III", afirma Javier Gándara.
No obstante, en caso de que la Generalitat diera el visto bueno y se incluyera en el DORA III, la ampliación no se produciría hasta años después. Raquel Sánchez, la ministra de Transportes en el momento de la suspensión de la ampliación, calculó que las obras durarían entre cuatro y cinco años y, como mínimo, hasta 2030 no estaría lista la ampliación.