Estación de servicio de Plenoil.

Estación de servicio de Plenoil.

Observatorio de la Energía

Las gasolineras nuevas, el 80% de las 'low cost', deben tener puntos de recarga

El CEO de la cadena de estaciones de servicio automáticas Plenoil, José Rodríguez de Arellano, ve necesarias ayudas para la transición energética.

28 marzo, 2024 02:34

Las gasolineras automáticas están de enhorabuena. Cada vez más usuarios eligen repostar en una estación de servicio denominada low cost. Y la primera de su serie es Plenoil, la red de gasolineras automáticas, que va camino de conseguir el récord anual de aperturas para una empresa de distribución de combustible.

Pero se enfrentan a un doble reto: seguir abriendo mercado y asumir un coste extra con la incorporación de puntos de recarga para el vehículo eléctrico, obligatorios por ley. Ese esfuerzo inversor es mucho mayor que el de otras gasolineras ya existentes. De hecho, el 80% de las low cost, al ser nuevas, están obligadas a hacerlo, según asegura Plenoil. 

En enero de 2023 entró en vigor una nueva norma de obligado cumplimiento que compromete a ciertos espacios de uso público a instalar estas infraestructuras, especialmente para las nuevas estaciones de servicio que, además, deben ser de carga rápida.

[Las gasolineras automáticas duplican su número en 4 años, ya llegan hasta las 2.100, el 20% del mercado]

Pero también las estaciones de servicio con ventas superiores a los 10 millones de litros de gasolina y gasóleos en 2019 deberán instalar al menos un punto de recarga de potencia igual o superior a 150 kW. Más de 200 gasolineras están incluidas en este grupo.

"Es un mercado donde ya hay un sector nuevo, las gasolineras automáticas, con un objetivo claro: competir en precios", explica a EL ESPAÑOL-Invertia José Rodríguez de Arellano, consejero delegado de Plenoil.

"Y la obligación de incorporar un punto de recarga ultrarrápido es un sobrecoste para el crecimiento de nuevas estaciones de servicio, y aunque se supone que se pueden obtener ayudas, tardan mucho en llegar", asegura. 

Competidores nuevos

Las gasolineras low cost han venido para quedarse. "Somos unos actores nuevos y en los últimos ocho años hemos tenido presión por ciertos intereses, e incluso vetados en ayuntamientos por intereses políticos o económicos locales, pero hemos seguido abriendo mercado".

Plenoil se ha convertido en la sexta cadena de gasolineras de España, por detrás de Repsol, Cepsa, BP, (DISA) Shell y Galp. Por detrás, pisándole los talones está Ballenoil, recientemente comprada por Cepsa, y Carrefour. 

"El fenómeno low cost ha triunfado en España y puede ser que la guerra en Ucrania haya influido en el éxito, pero no sólo", continúa Rodríguez de Arellano.

Otros factores que posibilitan ese éxito son que las suelen ubicar lo más posible dentro de las poblaciones, además de la comodidad de las instalaciones y una estructura de costes más eficiente, con el menor margen posible, del 2% sobre el producto. 

Durante mucho tiempo, la imagen de ofrecer productos de baja calidad les hizo daño, pero los consumidores han visto que es el mismo. "La diferencia entre marcas son los aditivos, pero la calidad es la misma, básicamente porque todos compramos a las mismas refinerías". 

La producción de productos petrolíferos en las refinerías españolas se destina, primero, a reservas estratégicas para asegurar la garantía de suministro del país y, después, a asegurar la demanda interna, explican fuentes del sector petrolero a este diario. Y el excedente se exporta.

Continuidad de los de combustión

Para Rodríguez de Arellano, el futuro sigue siendo para los vehículos de combustión. "Un coche hoy emite un 70% menos CO2 que uno de hace 15 años, así que, ¿por qué no vamos a un Plan Renove que permita a los usuarios cambiarse por uno nuevo?".

En su opinión, las clases más populares son las que salen perjudicadas en la presión que se ejerce para cambiarse al vehículo eléctrico. "Son las que tienen los coches menos eficientes y, encima, no pueden acceder por precio a estos nuevos modelos".

Según sus cálculos, "quien se está llevando el beneficio de esta transición es el que utiliza subvenciones para comprar un coche eléctrico. Y no son precisamente esas clases populares". 

Pero no sólo es una cuestión de precios. "Nos obligan a poner un punto de recarga ultrarrápido en cada gasolinera nueva, pero la compañía distribuidora de electricidad no puede darte tanta potencia para esos cargadores y, además del extra de inversión, no hay ingresos porque no hay demanda".

"Eso sin contar con el problema del tiempo. Un coche de combustión se recarga en menos de 5 minutos, pero el eléctrico necesita entre 35 y 40 minutos. Todavía queda mucho por avanzar para que se pueda hacer el cambio de tecnología", concluye.