Varios combinados con alcohol en una mesa

Varios combinados con alcohol en una mesa

Macroeconomía

Los españoles beben menos ron, ginebra y whisky y eso le cuesta casi 100 millones de euros a las arcas públicas

Aunque la cerveza aguanta el tirón, en el último año se han consumido cinco millones de litros menos de bebidas espirituosas de alta graduación.

7 abril, 2024 02:26

Los tiempos cambian y, con estos, las costumbres. Los españoles beben menos alcoholes como ron, ginebra y whisky, una realidad que se hace notar en las arcas públicas. El año pasado, los ingresos tributarios por el consumo de alcohol (que también incluye los productos derivados y la cerveza) cayeron un 7,2% respecto a 2022, lo que supuso una merma recaudatoria de 92 millones de euros que deja el total en 1.180 millones.

Son los alcoholes de alta graduación los que tiran a la baja los ingresos tributarios por el consumo de bebidas espirituosas. Según los datos de recaudación de la Agencia Tributaria (AEAT) a cierre de 2023, la caída de la recaudación por los tipos impositivos de estos licores fue del 9,7% respecto al año anterior.

En su informe, este organismo del Ministerio de Hacienda destaca esa caída recaudatoria y señala el "mal comportamiento del consumo de bebidas con mayor grado alcohólico". Y aunque explica que parte se debe a la comparación con el año anterior, "incluso teniendo eso en cuenta, los resultados fueron malos". Apunta, eso sí, que en los ingresos por el consumo de cerveza "se produjo un ligero crecimiento".

La clave está en los cinco millones de litros de alcohol de alta graduación que se dejaron de consumir el año pasado respecto a 2022. Aunque no se trata de una caída especialmente pronunciada, responde a una tendencia que puede observarse en las últimas dos décadas. En 2004, se consumieron 125 millones de litros de licores, un 35% más que el año pasado.

Como indica la Agencia Tributaria en su informe anual, la cerveza aguanta el tirón tanto en litros consumidos como en ingresos tributarios. Además, al contrario de lo que ocurre con los licores de alta graduación, su consumo ha crecido en los últimos años.

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El año pasado se consumieron 4.049 millones de litros de cerveza, prácticamente los mismos que en 2022. Sin embargo, en 2004 la cifra se reducía a los 3.033 millones. Desde entonces, el crecimiento es de un 33,5%, lo que significa que el consumo de cerveza crece a niveles parecidos a los que retrocede el de alcoholes de alta graduación.

La recaudación tributaria por el consumo de cerveza, por tanto, no varió entre 2023 y el pasado año y fue, en ambos casos, de 341 millones de euros. El menor tipo impositivo de esta bebida (0,092 euros por litro) explica que, pese a ser mucho más consumida, no impacte tanto en la recaudación tributaria. Por contra, los 9,46 euros por litro del impuesto en las bebidas de alta graduación disparan la recaudación por el consumo de licores hasta los 817 millones.

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Pese a todo, los ingresos tributarios por bebidas alcohólicas no han variado de forma notable en los últimos 20 años. Con altibajos, eso sí, la recaudación por el consumo de licores de alta graduación se ha mantenido siempre entre los 800 y 850 millones de euros. La cerveza, con ese mayor consumo, sí ha experimentado un alza de unos 100 millones.

Esto es así porque el tipo impositivo sobre las bebidas de alta graduación ha aumentado más de dos euros desde 2004, pasando de 7,3 euros por litro a eso 9,46 euros. Una mayor carga fiscal que, a la postre, ha conseguido que la recaudación se mantenga estable pese al retroceso del consumo. La cerveza, en cambio, al crecer su popularidad y no variar en exceso su tipo impositivo, muestra ese incremento recaudatorio. Cabe recordar que el tipo impositivo del vino es cero.

Los cigarrillos, a la baja

Del informe de recaudación tributaria también se desprende un cambio sustancial en el consumo de tabaco de los españoles en las últimas dos décadas. Ello pese a que los ingresos por los impuestos a esta sustancia se mantuvieron entre 2022 y 2023, ya que sólo avanzaron un 0,5%. Sin embargo, en ese periodo cayeron los ingresos por la venta de cigarrillos un 4,1%, mientras que crecieron un 6,2% los derivados de otros productos, como el tabaco picado.

En el último año, se vendieron 86 millones menos de cajetillas de tabaco y, desde 2004, se han reducido en casi 2.500 millones, una caída del 73,2% respecto de las 1.195 millones vendidas en 2023. Entre tanto, los ingresos tributarios han crecido un 22,3%, hasta los 6.712 millones de euros. Esto se explica tanto por el avance del tabaco picado sobre los cigarrillos como por la subida de los tipos impositivos.

Hace 20 años, comprar el precio de una cajetilla de tabaco contenía 1,24 euros en impuestos. En 2023, la carga fiscal por esta sustancia fue un 139,5% mayor: 2,97 euros.

Aunque los datos de ingresos tributarios no desglosan los que corresponden a cigarrillos y lo que vienen de otras formas de consumir tabaco, sí lo hacen los datos de impuesto devengados. De estos datos puede extraerse que, a un tipo impositivo casi idéntico, los impuestos devengados de los cigarrillos han variado un 6,8% en las últimas dos décadas, mientras que los del resto de formas de consumir tabaco lo han hecho un 768%. Dato que evidencia el cambio en el consumo de la sustancia.