¿Hay peligro de una nueva recesión global?

¿Hay peligro de una nueva recesión global?

La tribuna

¿Hay peligro de una nueva recesión global?

La guerra de Ucrania ha convulsionado los mercados de las materias primas, agudizando los procesos inflacionarios y ocasionando un freno de las economías y un riesgo de crisis alimentaria.

27 septiembre, 2022 02:56

La situación económica mundial se caracteriza en la actualidad por un alto grado de incertidumbre y por el debilitamiento de la confianza de las empresas y de los consumidores. Se enfrenta a una crisis inflacionaria global, unida a una crisis alimentaria y al resurgimiento de dos grandes bloques geopolíticos tras la guerra de Putin en Ucrania que condicionan el comercio mundial.

La tendencia de subida de los precios se produjo inicialmente por la explosión de la demanda tras la pandemia y a raíz de los cuellos de botella en los procesos productivos que redujeron la oferta de determinados bienes. Pero, tras el estallido de la guerra la elevación de los precios, sobre todo por la crisis energética, se ha disparado.

Las recientes amenazas de Putin sobre movilización militar de su población y el posible empleo de armas nucleares no dan precisamente confianza a los mercados, ciudadanos y empresas. El FMI estima que este año 2022 la inflación global media se situará en torno al 8,3%, cuando en abril su previsión era del 6,9%.

El índice de precios al consumo (IPC) en los EEUU creció el 9,1% en junio de este año respecto al 2021, el ritmo anualizado más rápido desde 1981. La inflación en la eurozona escaló a un máximo histórico en agosto de 2022 alcanzando el 9,1% respecto al año anterior. En Reino Unido, el Banco de Inglaterra advierte de que la inflación llegará al 13,3% en octubre de este año.

África continúa siendo la región más afectada por la inflación, seguida por América Latina. En Oceanía, los elevados precios del combustible y la vivienda han llevado a que la inflación interanual australiana alcance, según su propio Gobierno, el 7 % en 2022.

Sólo en la región asiática -China, Vietnam, Indonesia, Japón y Malasia, así como en Taiwán, Hong Kong y Macao-, por la política de Covid cero con severos confinamientos y con precios clave como la electricidad intervenidos, la inflación permanece por debajo del 4 %.

Esta situación de espiral de inflación generalizada a nivel internacional y no prevista, ni en su intensidad ni en su duración, está obligando a los bancos centrales a endurecer cada vez más sus políticas monetarias.

En Europa, el Banco Central Europeo (BCE) incrementó los tipos de interés este mes de septiembre en 75 puntos básicos, hasta el 1,25%, la mayor subida histórica, mientras que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) anuncia una nueva subida del precio del dinero, también de 0,75 puntos, hasta situar la cifra en una horquilla de entre el 3% y el 3,25%, pero incluso podrían llegar al 4% antes de 2023. Los Bancos Centrales están determinados a continuar su lucha contra la inflación elevando los tipos, hasta doblegarla a unas cifras de en torno al 2%.

[La Fed sube los tipos 75 puntos básicos y prevé llevarlos por encima del 4% antes de 2023]

Las consecuencias, sin embargo, empiezan a notarse en un enfriamiento de las economías que frenan sus crecimientos. La subida de los costes del endeudamiento y de las hipotecas merma la inversión y el consumo, afectando a la demanda agregada y a la actividad económica y el empleo.

El propio FMI cambió en julio sus previsiones sobre la evolución de las economías reduciendo sus proyecciones de crecimiento de la economía mundial un 0,4% para 2022 al situarla en el 3,2% y de un 0,7% para 2023 al rebajarla al 2,9%.

Fuente: FMI, Actualización de Perspectivas de la economía mundial, julio de 2022.

Fuente: FMI, Actualización de Perspectivas de la economía mundial, julio de 2022.

Desde estas últimas previsiones del FMI la situación continua muy incierta. La mayor austeridad monetaria también afectará a la estabilidad financiera, lo que obligará a modificar las reglas de gasto y de deuda.

La guerra en Ucrania podría paralizar las importaciones de gas, petróleo y carbón ruso en Europa; lo que llevaría a una desaceleración sustancial del crecimiento de la zona del euro, especialmente de Alemania.

La guerra de Ucrania está convulsionando, además, no sólo los mercados de la energía, sino también los de otras materias primas, como las alimenticias o las metálicas.

"Existe riesgo de crisis alimentaria, agudizada por la sequía, lo que puede suponer que 49 millones de personas de los países pobres estén en hambruna"

Existe riesgo de crisis alimentaria, agudizada además por la sequía, lo que puede suponer que 49 millones de personas de los países pobres estén en situación de hambruna. Ucrania y Rusia son dos de los graneros del planeta y alargar la contienda bélica deriva en procesos especulativos, que pueden llegar a ocasionar problemas de abastecimiento, también por las interrupciones productivas derivadas de la escasez de fertilizantes y otros suministros. La mayor fragmentación geopolítica también obstaculiza el comercio y la cooperación globales.

Todos estos riesgos nos alertan sobre un recrudecimiento de la situación económica internacional, aunque también existen luces que nos alejan de la recesión. La ómicron, última variante de la Covid-19, ha tenido un impacto menos grave sobre la salud de los afectados y sobre el sistema sanitario en general. Si bien, para acabar con la pandemia, las tasas de vacunación deben subir y ofrecer protección ante nuevas variantes.

De hecho, la economía de China se aceleró en el mes de agosto pese al impacto de los brotes de Covid y la ola de calor en el país, con un incremento interanual de su producción industrial del 4,2% y un aumento de sus ventas minoristas del 5,4%. Se irán aliviando progresivamente los cuellos de botella de componentes industriales procedentes de China y retomándose las relaciones comerciales internacionales.

Por otro lado, las políticas monetarias restrictivas de los bancos centrales empiezan a dar frutos y la inflación puede haber tocado techo. Pero, sobre todo, la guerra de Putin en Ucrania parece que empieza a dar alguna tregua.

Las sanciones económicas impuestas por Occidente están cumpliendo su finalidad y Putin parece sentirse acorralado, con lo que la contienda podría entrar en una nueva fase. Eso sí, con mucha cautela y alta incertidumbre sobre su desenlace, clave para evitar la recesión global.

*** Mónica Melle Hernández es consejera de la Cámara de Cuentas de la Comunidad de Madrid y Profesora de Economía de la UCM.

Francisco Estevan (Opinión)

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