Economía

El mercado confía en que Lagarde seguirá la política acomodaticia de Draghi

3 julio, 2019 14:26

Esther Barranco

Madrid, 3 jul (EFECOM).- Los mercados financieros confían en que Christine Lagarde continuará desarrollando una política monetaria impulsora del crecimiento, o acomodaticia, al ocupar la presidencia del Banco Central Europeo (BCE) en noviembre y respiran aliviados por que no se haya impuesto un candidato más ortodoxo.

Los analistas consultados por Efe creen que el perfil de Lagarde, licenciada en Derecho y Ciencias Políticas, está más cerca del mundo de la política que de la economía, pero su trayectoria profesional -ministra de Finanzas en Francia y directora gerente del FMI son las posiciones más destacadas- le avalan sobradamente para dirigir el emisor y supervisor financiero.

"Su capacidad para navegar la política europea probablemente valga más que un doctorado en Economía" resume David Lafferty, jefe de Estrategia de Mercados de Natixis IM, posición en la que coinciden prácticamente todos los consultados.

Igualmente son unánimes en destacar que el nombramiento de una persona francesa, por segunda vez en la historia del BCE, es un contrapeso favorable a la visión restrictiva de Alemania y los países del norte de Europa.

El contexto en el que asumirá el cargo, el próximo 1 de noviembre, es complejo, porque pese a la efectividad de las políticas acomodaticias de Draghi en los últimos ocho años, que apuntalaron el euro, la situación de la eurozona "reclama una nueva inyección de efectividad", según Olivia Álvarez, analista de Monex Europe para España.

Y ello porque a pesar de las medidas de estímulo (tipos negativos, expansión cuantitativa y programas de compra de deuda), la inflación sigue muy por debajo del objetivo del BCE de situarla por debajo pero cerca del 2 %.

El nombre de Lagarde apenas había sonado en las quinielas para sustituir a Draghi, en las que figuraban perfiles como los del presidente del Bundesbank, Jens Weidmann; el ex comisario de Asuntos Económicos Olli Rhen (con el que España tuvo que negociar el rescate a la banca de 2012); los franceses Benoit Coeure, miembro del Comité Ejecutivo del BCE, y François Villeroy, gobernador del Banco de Francia, o el irlandés, Philip Lane, aunque este se apeó de la lista cuando fue nombrado economista jefe del propio BCE.

Tras ocho años de presidencia de Mario Draghi, en los que el euro pasó una prueba de fuego crucial para su supervivencia en 2012, con la crisis mutante (primero financiera, luego de deuda soberana), Lagarde hereda los tipos en cero y sin previsión de aumentos al menos hasta 2020 porque el BCE entiende que la declinante economía europea no soportaría una subida.

A pesar de que para la banca, también a la española, el escenario de tipos bajos o negativos es una amenaza para su ya muy tocada rentabilidad, los analistas señalan que las políticas acomodaticias que presumen que continuará Lagarde suponen un respaldo crucial para Europa y para el proyecto político del euro.

Igualmente, esta política de tipos bajos es positiva para las empresas energéticas y constructoras, entre otras, por sus elevados niveles de deuda, como señala Sergio Ávila de IG Markerts.

Natixis IM espera que continúe la política "súper acomodaticia" que ha desarrollado Draghi durante todo su mandato, especialmente desde que el 26 de julio de 2012 pronunció en Londres aquella frase que salvó el euro: "Haremos todo lo que sea necesario para sostener al euro. Y, créanme, será suficiente".

Lagarde -añade- es más un "animal político" y menos una economista tradicional, lo que en su opinión es un activo por las habilidades de negociación que incorpora.

Diego Fernández Elices, director general de inversiones de A&G Banca Privada, dice que Lagarde será percibida como una "paloma" (con posiciones más heterodoxas a favor del crecimiento, o más "dovish" en la jerga de los analistas), lo que hace más probable que salga adelante un nuevo programa de compra de bonos, que si se hubiera elegido un perfil más ortodoxo.

Monex Europe cree que la elección de Lagarde ha tenido una recepción aparentemente positiva entre los inversores, a pesar del sesgo predominantemente político que muchos le critican, porque se le percibe alineada con el estilo de Draghi.