Economía

Moscú busca salvar la cara tras el escándalo del petróleo contaminado

2 mayo, 2019 14:19

Moscú, 2 may (EFECOM).- Con la reanudación del bombeo de petróleo ruso al oleoducto Druzhba se vislumbra el fin de una crisis que dañó económicamente a Rusia y a varios países europeos, además de deteriorar la imagen de Moscú como suministrador fiable de crudo.

Bielorrusia anunció hoy el reinicio del bombeo de petróleo ruso por este oleoducto, cerrado anteriormente tras detectarse la presencia de crudo contaminado.

"Según datos del servicio de despacho de la compañía Gomeltansneft Druzhba, el 2 de mayo de 2019, a las 12:40, a la frontera de Bielorrusia comenzó a llegar un petróleo que cumple las normas", afirmó el servicio de prensa del consorcio Belneftekhim.

Anteriormente se informó de que la compañía bielorrusa Gomeltansneft Druzhba (el ramal sur del oleoducto Druzhba) había cerrado por completo el paso al petróleo ruso con el fin de limpiarlo de crudo contaminado. La reanudación del bombeo supone que la línea esté limpia.

Bielorrusia fue el primer país que detectó este fenómeno en el ramal norte de dicho oleoducto, y optó por cerrar la válvulas, decisión a la que se sumaron Polonia y Alemania, y posteriormente Eslovaquia.

Según diversos estimados, los daños provocados a raíz de esto solo a la economía bielorrusa ascienden a unos 100 millones de dólares.

El cierre de este oleoducto durante dos semanas le cuesta a Rusia alrededor de 1.000 millones de dólares, sin contar las multas por demora en la entrega, otros costos de carácter legal y los gastos para dar una solución técnica al problema.

La empresa transportadora de petróleo ruso, Transneft, no esquivó sus responsabilidades, al admitir los hechos y buscar inmediatamente las vías para solucionar una situación que deja mal parada tanto su economía como su prestigio.

"Recientemente tuvimos un incidente grave, vinculado a un considerable nivel de cloruros orgánicos en el petróleo que se transporta por el oleoducto Druzhba", declaró el presidente de la entidad, Nikolái Tókarev, durante una reunión de emergencia celebrada con el presidente de Rusia, Vladímir Putin.

Según el empresario, el petróleo contaminado llegó a Polonia y Alemania a través de Bielorrusia, y a Eslovaquia, la República Checa y Hungría a través de Ucrania.

Tókarev afirmó que tras una investigación se estableció que la responsable de suministrar crudo contaminado era una empresa privada de la región rusa de Samara que recolectaba petróleo de productores menores y debía responder por la calidad y la entrega del crudo.

"En este caso la empresa violó todas las normas tecnológicas y suministró un petróleo que no pasó el procesamiento adecuado", alegó el empresario, quien denunció que se trataba de un "esquema fraudulento".

El mandatario ruso acotó ante esta declaración que el fraude de una sola compañía puede causar graves daños económicos y de imagen a todo el país, y llamó a imponer controles más estrictos a la calidad del petróleo exportado e incluso cambiar todo el sistema de control para garantizar su efectividad.

La magnitud de lo ocurrido fue tal, que el subdirector de la empresa bielorrusa Gomeltransneft Druzhba, Andréi Verigo, declaró a la prensa que en los oleoductos de Rusia, Bielorrusia, Ucrania y Polonia había alrededor de 5 millones de toneladas contaminadas.

Transneft se lanzó inmediatamente a dialogar con sus colegas de Ucrania, Bielorrusia y Polonia con el fin de reducir los daños causados, trasladando el crudo contaminado por vías alternativas, en este caso la ferroviaria, con el fin de volver a procesar este petróleo para que pueda ser usado.

Tanto Eslovaquia como Hungría ya expresaron su interés en continuar recibiendo el petróleo en cuanto los ramales queden limpios, indicó el Ministerio de Energía ruso.