Economía

Italia pide debatir Alta Velocidad con Francia y la UE por división Gobierno

7 marzo, 2019 19:51

Roma, 7 mar (EFECOM).- El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, afirmó hoy que su Gobierno debe debatir con Francia y la Unión Europea (UE) si completar o no la línea ferroviaria de alta velocidad (TAV) que conectará Turín y Lyon, ya que las dos formaciones del país no se ponen de acuerdo.

"Tras las fuertes dudas que han surgido (en el seno del Gobierno italiano), la única manera de continuar es dialogar con los socios de este proyecto, Francia y la UE, para compartir estas inquietudes", dijo Conte en una rueda de prensa.

El primer ministro italiano tuvo que comparecer después de que en los últimos días las dos formaciones que dirigen el país, el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y la Liga, se hayan enzarzado en un debate que no parece tener fin sobre si completar o suspender las obras que están en marcha para construir esta línea ferroviaria de alta velocidad.

La línea forma parte del llamado Corredor Mediterráneo que unirá a lo largo de 3.000 kilómetros el este con el oeste de Europa para favorecer los intercambios comerciales.

La Liga, que lidera el ultraderechista Matteo Salvini, está abiertamente a favor de este proyecto, porque estima que favorecerá el comercio entre Italia y Francia y contribuirá al desarrollo del país, mientras que el M5S, de Luigi Di Maio, cree que la obra es inútil y muy costosa.

Ninguno de los dos partidos renuncia a su postura, y eso a pesar de que en los últimos días el Gobierno ha realizado numerosas reuniones para intentar llegar a un entendimiento.

Ante la situación de bloqueo que se ha creado, el primer ministro italiano ve como única solución hablar con los otros dos socios que también han pagado el proyecto, Francia y las instituciones europeas.

Conte ha justificado que la decisión final tiene que guiarse por el interés de los ciudadanos y del país, y no con fines partidistas, y defendió la unión del Ejecutivo, aunque haya mostrado discrepancias públicamente.

"Hay dos sensibilidades diferentes", reconoció, al tiempo que justificó que "el Gobierno no pierde credibilidad debatiendo sobre la conveniencia de una obra concebida hace diez años".

"Dadnos tiempo, no estamos peleando. (...) Se trata de una confrontación fructífera, franca y cercana para proteger los intereses de los ciudadanos", añadió.