Momento del homenaje en las instalaciones de Amazon.

Momento del homenaje en las instalaciones de Amazon. EFE

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Así homenajeó Amazon a tres de sus clientes más fieles

El gigante del comercio electrónico celebró sus cinco años en España con un acto, controlado hasta el detalle, para homenajear a los tres compradores.

15 septiembre, 2016 01:40

Unos minutos antes de las once de la mañana. Un grupo de trabajadores apura su bocadillo a las puertas del principal almacén en España del gigante del comercio electrónico en el polígono industrial de San Fernando de Henares, a las afueras de Madrid. Es su particular descanso. Dentro, se dan los últimos retoques en una de las instalaciones del edificio. No podía fallar nada. Pedro, Alejandro y Cristian, tres de sus compradores más fieles, iban a ser homenajeados como estrellas. El motivo: Amazon celebra el quinto cumpleaños de su tienda española.

Unos minutos después, los tres clientes paseaban por una alfombra naranja mientras decenas de empleados les aplaudían. Iban ataviados con uno de los chalecos de seguridad con sus nombres. Se dirigían a una de las dependencias donde le esperaban los dos máximos responsables de la empresa en España y muchos más empleados.

Era sólo el comienzo. Tres chalecos de la compañía con su nombre se elevaron, como se suele hacer con los jugadores de baloncesto que se retiran, entre aplausos del equipo. El equipo directivo se encargó de entregarle un cheque de 500 euros para comprar en Amazon.es.

Compradores fieles

No era para menos. Estos eran tres de los clientes que más pedidos han efectuado en estos cinco años. Pese a ser un homenaje, uno de ellos, Pedro, no estaba especialmente cómodo. Desde la compañía de comercio electrónico se les había presentado como los españoles “que más compran online” y él no se encontraba cómodo hablando de esa experiencia. Y es por ello que declinó hacer cualquier declaración a los medios.

“No me considero un comprador compulsivo; al final, que nos consideren mejores clientes es por el volumen de pedidos… Pero es que yo he comprado para familiares, para amigos o para la propia empresa en la que trabajo”, apuntaba Cristian Pérez, un joven de 28 años de Logroño, quien reconoce que la media de un pedido cada día no se corresponde con su hábito de compra, pues hace “uno cada tres o cuatro días”. “Productos frescos es lo que aún no he comprado; sigue habiendo pequeño comercio en La Rioja, con buenas carnicerías y buenas pescaderías”, admite.

Alejandro Lino, otro joven de 28 años que vive en Madrid, reconoce que es “bastante analítico” en las compras y hace comparativas de precios “hasta las últimas consecuencias”, pero sí admite que en todo este tiempo ha comprado en alguna ocasión cosas que no utiliza. Sus primeras compras fueron libros o pequeña electrónica. Ahora su hijo pequeño ha hecho cambiar sus hábitos: desde potitos a pañales, pasando por una cuna.

Lino sí apunta que ha llegado a hacer varios pedidos en un día, sobre todo en fechas destacadas como el llamado Black Friday o la Navidad. Desde su experiencia, no ha tenido grandes problemas con las empresas logísticas. ¿Cómo combinarlo siendo trabajador? Tiene un ‘truco’: “Es entregar en una oficina; mi suegra trabaja en una clínica”, explica.

Un acto controlado

El homenaje no sólo era para reconocer a estos clientes. Indirectamente era un acto de cara a su plantilla. Muchos de los trabajadores presentes no dudaban en aplaudir con fuerza algunas de las frases de los directivos durante sus discursos, donde alababan su labor.

Sin embargo, no fue fácil recabar la opinión directa de algunos de esos trabajadores particulares y anónimos. En un par de intentos por preguntar a dos de esos empleados, miembros del equipo de comunicación lo impidieron alegando que no estaban acostumbrados al contacto con los medios de comunicación. Una hora después de que arrancara concluía un (demasiado) medido homenaje.