Hace tiempo que vivimos en el mundo de la suscripción y también hace tiempo que nos dicen que es mejor alquilar que comprar. Que la costumbre muy española de tener la casa, el coche y … en propiedad debe evolucionar hacía un modelo dónde somos más libres porque nada es tuyo y eso te da la flexibilidad de alquilar lo que necesites en cada momento.

Si lo miras desde esta perspectiva, está claro que estar de alquiler facilita que si tienes una oferta de empleo en otro sitio la puedes considerar sin las limitaciones y las complejidades ligadas a vender una casa con prisa, comprarte una nueva en tu nuevo destino, etc. Lo cuál no implica que haya muchas más variables a considerar.

Si esto lo llevamos a los coches, a las motos, a las campers… por qué tener un vehículo si solo lo usas el fin de semana o por qué tener un coche de siete plazas si entre semana va una persona sola en el mismo y después aparcar es un suplicio.

Parece que es mucho más eficiente el car sharing, el alquiler u otras fórmulas disponibles como las bicicletas o los patinetes que se alquilan en muchas ciudades. Sin olvidarnos del transporte público que suele funcionar correctamente, salvo si algunos desaprensivos deciden robar el cobre de las catenarias…

Personalmente siempre he preferido huir de esos modelos de suscripción que te hacen "prisionero", que te van pasando pequeños cargos mensuales de los que a veces ni te acuerdas y que otras veces aprovechas al máximo. Por ejemplo, quién no se ha suscrito a un servicio online de prueba y después ha seguido pagando por despiste o quién no está muy contento con un servicio online y un buen día recibe un aviso de un incremento de la suscripción del 25%.

Me acaba de pasar a mí con Zwift, estoy encantado con su plataforma virtual para ciclismo indoor (una especie de videojuego real de ciclismo en el que nosotros mismos somos los protagonistas), pero me empezó a gustar un poco menos cuando hace unos días me llegó un frío email informando de un sustancial incremento de la cuota mensual que se va a aplicar a partir del mes que viene.

Bueno, sea como sea, pensando en los modelos de suscripción, en las redes sociales y en los videojuegos, me he empezado a cuestionar si en el mundo de la sostenibilidad, del ESG, estamos haciendo mal alguna cosa. Sobre todo las relativas a los estímulos para que reduzcamos, reutilicemos y reciclemos más. 

Aquí es donde he caído en la cuenta de que en las redes sociales el scroll no es tan random y que en los videojuegos se aprovechan de un comportamiento humano que fue estudiado en su día por el psicólogo Burrhus Frederic Skinner y que dio lugar a la teoría del conductismo.

La verdad es que me parece muy interesante ver cómo el refuerzo intermitente puede ser más adictivo que el refuerzo continuo, ver cómo un sistema de recompensas variables, ese en el que la incógnita y la aleatoriedad de no saber cuándo obtendrás la recompensa hace que el comportamiento repetitivo de los animales sea muy difícil de detener.

Explicado brevemente, Skinner diseñó varios programas de reforzamiento, en el refuerzo continuo la recompensa aparecía siempre que se daba una respuesta (una rata presiona una palanca y siempre que la presiona aparece comida). En cambio, en el refuerzo intermitente, la rata presiona la palanca, pero a veces sale comida y a veces no obtiene recompensa alguna.

Si pensamos de manera lógica diremos que si la rata ve que no sale comida dejará de presionar, pero Skinner sorprendentemente descubrió justo lo contrario. El hecho de que la comida saliese sólo a veces, sin un intervalo fijo, es decir, de forma aleatoria; hacía que la rata quisiera darle muchas veces a la palanca aunque la recompensa no saliera, en cierto modo se había "enganchado". Igual que nos pasa a nosotros con el gaming, las redes sociales…

Llevado al mundo de los humanos, las recompensas variables intermitentes se usan en múltiples casos, veamos algunos.

En los colegios para ayudar a los estudiantes a aprender. No saber si les pedirán los deberes o no puede hacer que los alumnos estén más inclinados a entregar todas las tareas requeridas. o en las redes sociales, ya que cuando accedes no sabes si encontrarás notificaciones, comentarios o me gusta y nunca sabes qué aparecerá al hacer scroll down, pero sigues navegando para encontrar publicaciones que te gusten.

En resumen, y si estamos aplicando una estrategia errónea al intentar siempre dar refuerzos continuos, y si fuese mejor aplicar refuerzos intermitentes. ¿Qué pasaría si las recompensas por pensar en el planeta y en el futuro de la humanidad fuesen variables intermitentes? Es más, y si ya lo son, pero al considerar el marco temporal definido por la esperanza de vida de un humano no nos estamos dando cuenta.