La vida extraterrestre
no está en Marte, sino en las lunas de Júpiter y Saturno

La búsqueda de vida extraterrestre se centra en cinco satélites del Sistema Solar con ciertas condiciones excepcionales que recuerdan a las de la Tierra.

La búsqueda de vida extraterrestre se centra en cinco satélites del Sistema Solar con ciertas condiciones excepcionales.

Infografia del sistema solar
Infografia del sistema solar

La aparición de la vida en la Tierra está rodeada de incógnitas, pero se considera que confluyeron varios factores imprescindibles: agua líquida que alojase moléculas orgánicas, energía y calor que les permitiera formar organismos pluricelulares, y tanto una atmósfera como un campo magnético que les dieran cobijo.

Nuestro planeta no es el único lugar con esas características en el Universo:
el propio Sistema Solar alberga interesantes candidatas a albergar vida.

Infografia del sistema solar 1 Infografia del sistema solar 2

La búsqueda de entornos aptos para la vida más allá de la Tierra se limitó durante décadas a nuestro vecindario solar más cercano, la Luna y Marte. Más allá del cinturón de asteroides, en órbitas distantes, frías y oscuras del Sol, sólo se encontrarán los gigantes gaseosos, en condiciones hostiles para la supervivencia.

Los exploradores

Las sondas espaciales Voyager, Galileo, Cassini-Huygens y actualmente Juno nos han sacado del error: en las miríadas de satélites que orbitan a Júpiter y Saturno se encuentran cinco mundos excepcionales con posibilidad de albergar vida en su estado primigenio, tal y cómo pudo surgir en la Tierra. Las próximas misiones como Júpiter Icy Moons Explorer (JUICE) de la ESA, y las futuras como Europa Clipper y Europa Lander de la NASA, investigarán la posibilidad de colonizar estas lunas en el futuro.

Se trata de Calisto, Ganímedes y Europa en la órbita de Júpiter, y Encélado y Titán en la de Saturno. La posibilidad de vida las coloca bajo el paraguas del Protocolo de Protección Planetaria de la NASA: las sondas que las visitan se autodestruyen en las atmósferas de los planetas de gas para evitar contaminar sus lunas por accidente. El lander Huygens pudo aterrizar y fotografiar Titán por sus excepcionales características.

Voyager 1

Lanzamiento el
5 de septiembre de 1977

Voyager 2

Lanzamiento el
20 de agosto de 1977

Galileo

Lanzamiento el
18 de octubre de 1989

Cassini-Huygens

Lanzamiento el
15 de octubre de 1997

Juno

Lanzamiento el
5 de agosto de 2011
fecha fecha

Voyager 1

Lanzamiento el
5 de septiembre de 1977
fecha fecha

Voyager 2

Lanzamiento el
20 de agosto de 1977
fecha fecha

Galileo

Lanzamiento el
18 de octubre de 1989
fecha fecha

Cassini-Huygens

Lanzamiento el
15 de octubre de 1997
fecha fecha

Juno

Lanzamiento el
5 de agosto de 2011

Júpiter

Júpiter es el coloso del Sistema Solar y su decano, el primero en formarse tras el nacimiento del Sol hace 5.000 millones de años. Es 1.321 veces más grande que la Tierra pero no tiene superficie como tal: está formado principalmente por hidrógeno y hielo que lo surcan como nubes de intensas tormentas. Posee un poderosísimo campo magnético y una atracción gravitacional que absorbe la mayoría de cometas y asteroides que rondan el sistema, protegiendo indirectamente a los planetas interiores como la Tierra.

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Lunas

Saturno

El carismático Saturno es reconocible por sus anillos, formados por infinidad de pequeñas partículas que circulan a velocidad vertiginosa. Solo superado por Júpiter, es 740 veces mayor que la Tierra pero está enteramente formado por gas, principalmente hidrógeno, que circula impulsado por potentes vientos en su superficie. Sin embargo, su densidad es tan tenue que un cuerpo se sumergiría en él aún más rápidamente que en el agua.

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Lunas

Viajando a las lunas

Las condiciones para la vida en las lunas de Júpiter y Saturno deben parecerse en gran parte a las de la Tierra primigenia. Primero, abundancia de agua líquida, que contendrían los océanos subterráneos. Segundo, actividad geológica, que aporte energía y movimiento a los procesos químicos necesarios para que surjan formas de vida. Tercero, los gases, minerales y compuestos orgánicos básicos como ‘materia prima’. Y cuarto, la protección de un campo magnético e incluso una atmósfera.

Calisto 1

Calisto

Fría y oscura, con la órbita más alejada de todas las lunas jovianas -lo que le priva de la influencia gravitatoria y de la protección de su magnetosfera- y ante la ausencia de actividad geológica, este satélite es considerado “inerte”. Así, aunque las interacciones de campos magnéticos indican la presencia de un océano salado enterrado bajo su manto de roca y hielo, no se dan buenas condiciones para que surja la vida. Sí sería un puerto seguro para una base de exploración, alejada de la radiación que rodea Júpiter, sin movimientos sísmicos peligrosos y al resguardo en sus grandes cuencas, bautizadas como Valhalla y Asgard. Atmósfera extremadamente tenue de dióxido de carbono, oxígeno e hidrógeno (3), océano subterráneo bajo una capa de hielo surcada de cráteres (2) y núcleo de roca y minerales (1).

Composicion del interior de la luna de Calisto
  • Diámetro: 4820,6 kms, similar a Mercurio.
Calisto 2
Ganimedes 1
Ganimedes 2

Ganimedes

Se trata de la mayor luna de todo el Sistema Solar, de un tamaño que supera a Mercurio y se acerca a Marte. Su núcleo rico en hierro fundido la dota de una característica única, una magnetosfera que cobija una tenue atmósfera. El material conductor que generaría el campo magnético - y sus auroras boreales- sería un océano kilómetros por debajo de la superficie de hielo que podría contener más agua salada que la totalidad de la Tierra. No es una firme candidata a albergar vida ya que carece de fuentes naturales de calor, pero sí para la colonización. Tenue atmósfera de oxígeno y magnetosfera (3), capas de hielo, roca y agua líquida entre el núcleo y la superficie (2) y núcleo de metal rodeado de un manto de roca (1).

Composición del interior de la luna de Calisto
  • Diámetro: 5268,2 km. Es el noveno objeto más grande del sistema solar.
Europa 1

Europa

Sobre esta luna se focaliza la búsqueda de vida extraterrestre: su superficie helada está surcada de grietas y vetas provocadas por las mareas y géisers del océano cálido que encierra, y al que la poderosa gravedad de Júpiter dota de movimiento. La influencia de la magnetosfera del planeta gigante permitiría el intercambio de moléculas entre el gélido exterior y el agua bajo la corteza de hielo, lo que permitiría hipotéticamente florecer a la vida microbiana. Tenue atmósfera de oxígeno y agua proyectada por los géiseres, y magnetosfera (3), Océano subterráneo bajo una capa de hielo (2), y núcleo de metal rodeado de un manto de roca (1).

Composición del interior de la luna de Calisto
  • Diámetro: 3121,6 km, similar a la Luna de la Tierra.
Europa 2
Titan 1
Titan 2

Titán

Si existe vida en esta luna, será muy diferente a la terrestre. De gran tamaño, superior a Plutón, y con una densa y única atmósfera rica en nitrógeno y también metano que las bajas temperaturas mantienen líquido. Es el único lugar fuera de la Tierra en el que encontrar un ciclo de estaciones con viento, lluvia, nubes, ríos y mares, pero de hidrocarburos, no de agua, que solo existe en forma de rocas de hielo en superficie. La riqueza de moléculas no descarta sin embargo la posibilidad de vida extremófila, adaptada al frío y a respirar estos gases. Atmósfera de nitrógeno y metano (3), superficie de hielo solidificado, con ríos y lagos de metano y etano, y volcanes de agua (2), y núcleo de roca rodeado de una capa de hielo y otra de agua salada (1).

Composición del interior de la luna de Calisto
  • Diámetro: 5150 km, el segundo mayor satélite del Sistema Solar tras Ganímedes.
Encelado 1

Encélado

Minúscula en comparación con otras lunas que orbitan a los gigantes gaseosos -ha recibido el mote de ‘bola de nieve’-, encierra un emocionante enigma. Su superficie helada está cuarteada por ‘rayas de tigre’, grietas a través de las que escapan géiseres de vapor de agua, lo que apunta a la existencia de un océano subterráneo con actividad geológica, similar a las fumarolas volcánicas que se encuentran en el lecho marino de la Tierra. Estas fuentes hidrotermales producen reacciones químicas en el agua -notablemente, la producción de metano- que, en nuestro planeta, han permitido que florezca la vida microbiana en entornos hostiles. Atmósfera con gran cantidad de vapor de agua, eyectada por géiseres (3), océano subterráneo con actividad hidrotermal bajo una capa de hielo (2), y núcleo de roca (1).

  • Diámetro: 504,2 km, una séptima parte de la Luna de la Tierra.
Encelado 2
Infografia del sistema solar Infografia del sistema solar

¿Cómo podría ser la vida en torno a estas chimeneas volcánicas submarinas?

La primera evidencia apunta a la existencia de microorganismos anaeróbicos, que no necesitan oxígeno para sobrevivir. Pero en la Tierra, la producción energética y las reacciones químicas favorecidas por la eyección de minerales han dado lugar a ecosistemas complejos y sorprendentes, como bacterias y arqueas que a su vez alimentan a animales mayores.

La teoría del ‘caldo primigenio’ sitúa el origen de la vida en nuestro planeta al calor de estas fuentes, una hipótesis que podría confirmarse en lugares como Encélado.