Americanas, faldas tubo y tweed: más de 10 ideas de looks para adoptar el estilo ejecutivo sin renunciar a la comodidad
Este 2025, la ejecutiva 2.0 logra el equilibrio definitivo entre comodidad y elegancia a través de diseños que juegan con los colores y los volúmenes de una manera inédita.



La figura de la girl boss persiste en el imaginario colectivo. Esta suerte de mujer dinámica y sofisticada, abanderada del stiletto y capaz de hacer malabares sin pestañear, se convirtió en una aspiración laboral. Aunque sus códigos hayan cambiado en los últimos años, su esencia sigue siendo la misma: la ejecutiva de nuestros tiempos es eficaz, resolutiva y siempre elegante. Y estos adjetivos quedan plasmados en sus apuestas estilísticas.
En los últimos años, ha sumado un factor categórico: la comodidad. Consecuencia a largo plazo de la pandemia y de una búsqueda incesante de la liberación del cuerpo, las prendas y los complementos más funcionales han tomado el poder en los guardarropas de oficina.
Este 2025, entre tendencias y básicos de fondo de armario, la ejecutiva 2.0 se reinventa con más estilo y brío que nunca, segura de su poder.

Las prendas básicas conforman el armario cápsula perfecto (término que acuñó la empresaria británica Susie Faux allá en los años 70) por su versatilidad y capacidad de combinación. En este listado encajan la camisa blanca, los pantalones negros, los vaqueros y la gabardina.

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Su versión más pulcra, con cortes clásicos y tonos neutros, dibuja una silueta sencilla y sofisticada, aunque sus variaciones permiten brindar un extra de estilo. Esta temporada invierte en una gabardina de color, que podrás lucir con complementos como un bolso tipo bandolera y slingbacks.


Este 2025, los volúmenes rectos dan paso a proporciones más exageradas y menos previsibles. En este sentido, la ejecutiva 2.0 es capaz de compaginar una prenda tan arriesgada como la bomber con pantalones anchos y en tejidos aparentemente casual como el denim o el algodón.

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¿El secreto del éxito de este estilismo? La suma de joyas vistosas y atemporales, un bolso icónico y sandalias todoterreno pensadas para jornadas infinitas.

Cálidos y reconfortantes, los tonos tierra se presentan, temporada tras temporada, como una inversión segura. No es casualidad que el Instituto Pantone haya designado al ‘Mocha Mousse’, este espléndido marrón, como color del año.
El chocolate, el camel y el caqui son solo algunos de los que deberías tener en tu radar. Una americana lisa combinada con una falda de corte midi y un top pueden modelar tu uniforme de oficina definitivo. Unos zapatos brillantes convertirán el conjunto en una opción perfecta, incluso de afterwork.

El cuero y sus variaciones (el vegano es uno de los más extendidos en la actualidad) es noble por definición. Una cazadora de este material supone una inversión, no solo para estos meses, sino para los años por venir. Un modelo beis se adaptará a la perfección a otros diseños en colores tierra, como la falda o el vestido.

El mundo laboral no es necesariamente incompatible con la osadía estilística. Diseños en principio incompatibles se pueden convertir en una gran apuesta, siempre y cuando se combinen de forma exitosa: un body técnico resultaría acertado con un par de pantalones de pinzas, en tono liso como el blanco o el negro.
En cuanto a complementos, joyas de diamantes, sandalias de tacón y bolsos XL de tejido noble, como el ante, suman en cualquier temporada.


La americana, símbolo del power dressing, gracias a diseñadores como Yves Saint Laurent (sus modelos con hombreras siguen copando la pasarela), es una de las opciones más evidentes para un look de ejecutiva. Arriesgar con ella es posible, restando: atrévete a lucirla sin camisa y con diseños tan llamativos como una falda de encaje o de tul.
Los complementos terminarán de reforzar esta apuesta caracterizada por la modernidad: incluye un ear cuff y pendientes de aro de plata en tu estilismo.

La camisa blanca básica adquiere un nuevo poder en su versión satinada. Al igual que en el caso de otros diseños de espíritu atemporal, puede destacar especialmente en un look, combinada con unos pantalones satinados en tonos como el verde lima.
Con la comodidad como hilo conductor, es un acierto con sandalias planas y bolsos con volumen y estructura.

Desde su democratización en manos de Gabrielle Chanel, el tweed ha tenido una trayectoria estelar en el mundo de la moda. Adoptado por toques, con chaquetas o bolsos, o en el total look, con trajes y complementos a juego, cuenta con un aura romántico y elegante.
Con bailarinas o slingbacks bicolores y un bolso icónico como el 2.55, no solo retrata el look de ejecutiva 2.0 perfecto, también es una garantía de éxito fuera del horario laboral.

Para su colección otoño-invierno, Emporio Armani imaginó una mujer que luce el cuero como una segunda piel, reforzando su poderío. Es el foco de atención de este look, que también incluye una tendencia que viene de lejos: las gafas de vista XS. Este modelo que tanto triunfó a principios del siglo renace, imponiéndose como un complemento funcional y estiloso.


Chaqueta y pantalón de napa negra de Emporio Armani (c.p.v.). Pulseras rígidas de la colección Sota en oro amarillo y diamantes, además de pulsera rivière en oro blanco y diamantes, otra pulsera de eslabones en oro amarillo; anillo de la colección Gallon de oro amarillo con pavé de diamantes; y criollas de la colección Grace en oro blanco y diamantes. Todo de Suarez (6.900 €, 6.500 €, 7.850 €, 3.900 €, 2.790 € y 950 €, respectivamente). Por último, gafas de Miu Miu (370 €).
El polo, un diseño originalmente deportivo, recobró fuerza por obra de firmas como Burberry, Versace y por supuesto Lacoste, es más formal que la camiseta y menos que la camisa, alzándose como un fondo de armario perfecto. Esta temporada, se revitaliza con los pantalones cargo, un diseño de corte relajado, versátil y adaptado a numerosos estilos.
Los complementos son, una vez más, el secreto de su éxito: un cinturón de napa, una pulsera de oro amarillo y sortijas son el plus definitivo de este conjunto.

No importa lo manida que esté la expresión, su uso y aplicación siempre resultan certeros: menos es más. Y qué mejor manera de cumplir con ello luciendo una túnica amplia, en un tono tan luminoso como el blanco, bailarinas de textura brillante y joyas discretas.


Agradecimientos especiales al Hotel Intercontinental Madrid.