¿Está equivocado el título del artículo? ¿No debería ser?: “Macron vs. Le Pen”. Pues no. Le Pen espera ser la oposición. Pero no ha ganado. Por contra Lagarde, la presidenta del BCE, está aquí con poder. 

La semana pasada los mercados bursátiles habían descontado ya los resultados. Con encuestas con más de diez puntos a favor Macron, y subiendo, el optimismo de los inversores europeos se dejó notar. De lunes a jueves las cotizaciones iban al alza.

Subida que se debió a que la política económica o europea del actual presidente francés es más fiable que la de Le Pen y, ya se sabe, el dinero es miedoso; le molestan las incertidumbres. 

Entonces, ¿por qué el viernes se quebró la escalada? No fue porque se alejarán las expectativas del triunfo de Macron, sino porque el BCE anunció el adelanto de la subida de tipos de interés ante la evidencia de la persistencia de la inflación. Inflación que los expertos anunciaron como transitoria y, cómo ya lo dice el refrán francés: “il n’y a rien de plus permanent, que le provisoire” (nada más definitivo que lo provisional).

La deuda pública francesa, según el Insee (Instituto Nacional de Estadística francés), superó el 118% de su PIB en junio del año pasado; 2,7 billones de euros.

Así que el optimismo de los dirigentes europeos sobre la victoria de Macron está empañado por la realidad de los números. Los intereses van a subir. Los que deben deudas van a sufrir. La deuda pública francesa, según el Insee (Instituto Nacional de Estadística francés), superó el 118% de su PIB en junio del año pasado; 2,7 billones de euros. El “servicio de la deuda” (el coste de intereses) en los presupuestos del Estado francés se va a notar. 

Además, no parece que la política económica francesa vaya a reducir esa deuda pública. El ministro de economía, Bruno le Marie, consideró obsoleta la regla europea por la que la deuda de cada Estado debería ser menor al 60% del PIB y se situó en contra de los miembros de la UE llamados frugales.

Por tanto, la oposición real a Macron, como otros tantos líderes de los países de la zona euro, no va a ser Le Pen, ni el grupo parlamentario lepenista de la Asamblea francesa que es lo que ella desea ahora que ha perdido. Será la Sra. Lagarde la que va a obligar a Francia repensar su política presupuestaria y fiscal.

La pertenencia al euro reduce la soberanía nacional en materia económica. Macron está a favor del euro y eso le obliga a correr con el coste político y económico que impliquen las decisiones de Lagarde. 

No obstante, el BCE no es tan independiente como parece. En el pasado ha dado imagen de no ceder a las presiones, sobre todo a las del Bundesbank y el ministerio de economía alemán. Pero no puede olvidar las inquietudes de los países de la UE. La inflación es su objetivo fundacional, sin embargo, los últimos años ha tenido que fijarse mucho en el crecimiento del PIB de la eurozona.

De manera, que Macron puede presionar, de alguna manera, a Lagarde. Sobre todo, ahora que Alemania no cuenta con la fuerte personalidad de Merkel. Una Alemania cuya economía sufre debido a la guerra y su dependencia del gas ruso. Algo que se agravaría con una política radical de subida de intereses por parte del BCE. 

Si Lagarde dobla a Macron, algo bastante probable por la persistencia de la inflación, las bolsas bajarán

En consecuencia, auguro que el juego, una vez pasadas las elecciones presidenciales y legislativas en Francia, no va a ser Le Pen contra Macron. A pesar de que Marine ha puesto sus esperanzas en las próximas elecciones legislativas, en parte para disminuir el efecto de su derrota.

El juego real va a ser el intercambio de presiones entre Macron y Lagarde. Si Lagarde dobla a Macron, algo bastante probable por la persistencia de la inflación, las bolsas bajarán. La subida del tipo de interés premiará a las inversiones en renta fija y castigará a las realizadas en variable. 

Por tanto, de momento y durante los próximos años, salvo acontecimientos extraordinarios, para orientarse en la economía hay que estar muy atentos a las decisiones de BCE y sus relaciones con Macron. “Encore et toujours, la France c’est Paris et Paris c’est la France”. Un París… que es el Elíseo y el Elíseo, ahora, es Emmanuel Macron. El líder más importante de la UE.

*** José Ramón Pin es profesor del IESE.