El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. EP

La tribuna

La deseada rebaja de impuestos

El Gobierno ha optado por el márketing político y ha renunciado a una rebaja fiscal para aliviar los problemas de los ciudadanos.

30 marzo, 2022 02:43

“Esta pieza narra la improbable historia de un hombre al que nunca le ha sonreído la suerte, un desarraigado que sorprendentemente hace fortuna participando en letales sesiones de ruleta rusa. Multitudes enfervorecidas, presas del morbo, guardan cola para participar en las ceremonias de muerte y redención en que se convierten sus apariciones, y que dan paso a la histeria colectiva. Un escritor moribundo que conoció al Ruletita en su juventud intenta explicar cómo ese hombre insulso termina convirtiéndose en alguien inmortal y aparentemente inexpugnable, cuando en realidad en él solo anida el más desesperado espíritu de la autodestrucción.” –Mirceau Cartarescu, El Ruletista.

Mientras otros países de nuestro entorno como Italia, Francia y Portugal adoptaban tanto rebajas impositivas como transferencias directas a sectores más vulnerables, en nuestro país, el presidente del Gobierno se limitó a avanzar que el Gobierno estaba trabajando en un Plan nacional de respuesta al impacto de la Guerra, eso sí, abierto a las aportaciones de los grupos, de los gobiernos locales y autonómicos y los agentes sociales.

Con una inflación que no se veía desde los años 80 y tras negarse durante un mes a aplicar medidas urgentes para paliar los efectos económicos de la inflación y la crisis energética agravados por la guerra, el Ejecutivo siguió trasladando el foco a la forma, "el impacto de la guerra", en lugar de al fondo de la cuestión, y continuó repartiendo la responsabilidad de las malas noticias entre todas las instituciones.

En este sentido, la Asociación de Inspectores de Hacienda ha propuesto diversas medidas, como el fomento del teletrabajo, la rebaja del IVA tanto para la electricidad como al gas, y rebajas en el IRPF, para estimular el consumo como para ajustar la enorme e injusta pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos.

Ante tal clamor popular, cabría esperar que cualquier líder aplicara medidas racionales de rebajas impositivas acompañadas de una inevitable reducción del gasto público. En apoyo de tal esperanza contribuía la imagen que se produjo en la última Cumbre europea, la de un hombre solo, derrotado, de brazos cruzados, rodeado de líderes europeos conversando, auténticos hombres de acción, que debatían políticas reales.

Cabría esperar que cualquier líder aplicara medidas racionales de rebajas impositivas acompañadas de una inevitable reducción del gasto público

El relato El Ruletista abre el primer volumen de prosa titulado Visul (El sueño), publicado por Mirceau Cartarescu, candidato al Nobel de Literatura en los círculos internacionales, en 1989, tan solo dos meses antes del estallido de la revolución que acabó con la dictadura de Nicolae Ceausescu.

Recientemente, hemos asistido a ruletas rusas que han comportado la muerte política de líderes como Albert Rivera, Pablo Iglesias, Pablo Casado. Algunos con mayor dignidad, otros con menos, suicidios recientes ante decisiones aparentemente menos dañinas que la inacción de este Gobierno ante el empobrecimiento de la población.

De esta forma, podemos imaginar al moderno ruletista, que sabía que aquella reunión de jefes de Estado no era su especialidad, cuyo punto fuerte estaba en Ferraz, donde le esperaba la redención con sus fieles. Recordó sus tiempos más difíciles, aquel 29 de octubre de 2016 en el que, después de dimitir como secretario general socialista, entregaba su acta de diputado en el Congreso y con voz quebrada anunciaba que: "A partir del lunes cojo mi coche para recorrer de nuevo todos los rincones de España y escuchar a aquellos que no han sido escuchados, los militantes y los votantes de izquierdas de nuestro país".

Hoy en día, con el diésel a casi dos euros, le resultaría casi imposible, encontrar militantes dispuestos a subirse a La Sancheneta. Miraría la cartera y probablemente se quedaría entre Pinto y Valdemoro.

Pero inasequible al desaliento, el político posmoderno desprecia los contenidos y apuesta todo a la imagen, a la comunicación, al dominio del escenario, así que “el marco incomparable” elegido por el inquilino de la Moncloa fue el evento Generación de oportunidades organizado por Europa Press y Mc Kinsey (era fundamental una etiqueta británica moderna y si incluía una empresa apellidada 'Big Mac', mejor que mejor).

Moncloa necesitaba un auditorio importante tras el fiasco de las últimas semanas con el paro transportista y la polémica del Sáhara, así que incluso se presionó para asegurar la asistencia de mandatarios del Ibex 35. Permítanme la recreación del momento.

En un momento determinado, la animación de los líderes y periodistas decayó. Las miradas de los presentes en el singular foro se deslizaban cada vez con más frecuencia hacia la portezuela. La puerta se abrió al cabo de un rato y en la habitación entró Pedro Sánchez con el último plan, la última jugada maestra.

Los periodistas lo miraban agitados, a uno lo sorprendí santiguándose con discreción, otro se roía con saña los pellejos de las uñas. Todos estiraban el cuello, hipnotizados, ante la imagen de aquel prestidigitador.

Había superado la derrota como secretario general de su propio partido, la coalición con extremistas, una cuestionable gestión de la pandemia. Inexplicablemente, salió indemne de todas aquellas partidas de ruleta, haciendo honor al título de su “Manual de resistencia”.

En medio de aquel silencio el hombre se llevó el revólver a la sien (en este caso, en forma de micrófono). De repente, en aquel gigantesco salón empezó a oler a almizcle y a sudor… Sonrió después con un gesto cándido y aturdido. 

Lo había vuelto a hacer. Después de tanto bombo y platillo, el presidente se limitó a avanzar una bonificación de 20 céntimos por litro de combustible, un límite del 2% a la subida del alquiler y 10.000 millones en préstamos ICO.

El Consejo de Ministros  ha aprobado este martes el decreto ley con las medidas para hacer frente al impacto de la guerra. Todos estamos pendientes del articulado legal que permita conocer cómo se concretarán las medidas y cuál será el detalle publicado este miércoles en el Boletín Oficial del Estado.

No habrá rebaja del IVA en los combustibles, modificaciones del Impuesto sobre Hidrocarburos o actuaciones en el IRPF para atajar la innegable pérdida de poder adquisitivo

A falta de precisar "la letra pequeña" y salvo alguna sorpresa de última hora, es más sencillo destacar lo qué no se va a hacer. No habrá rebaja del IVA en los combustibles, modificaciones del Impuesto sobre Hidrocarburos o actuaciones en el IRPF para atajar la innegable pérdida de poder adquisitivo que está sufriendo la población.

En cualquier caso, la demanda de la sociedad es clara, rebaja de impuestos y del gasto público. Falta a su compromiso adquirido en la Conferencia de Presidentes de La Palma de aplicar rebajas fiscales. A pesar de incumplir su promesa, apela al “patriotismo para pedir a los grupos un apoyo unánime y sin fisuras”.

Termino destacando que El ruletista original no superó el control de la censura comunista que lo consideró demasiado violento, por lo que hubo que esperar para su publicación. El relato de Cartarescu ha sido encuadrado dentro del postmodernismo, si bien algunos críticos mantienen su encaje en un neovanguardismo caracterizado por el narcisismo mimado por la vida urbana o el mismo espíritu lúdico, exaltado y pueril de sus predecesores vanguardistas. Estoy hablando del genial poeta rumano, o tal vez no.

*** Pablo Fernández Miser es inspector de Hacienda.

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