Sala de control audiovisual del MTC de la Fórmula 1, en Biggin Hill.

Sala de control audiovisual del MTC de la Fórmula 1, en Biggin Hill.

Tecnológicas

El búnker tecnológico con 'data center' propio desde donde se decide qué vemos (y qué no) de la Fórmula 1

Visitamos el Centro de Medios y Tecnología que la F1 tiene en UK y que se convierte en el epicentro de la alianza tecnológica que tiene con Lenovo. La computación de alto rendimiento, clave.

10 febrero, 2024 02:54
Biggin Hill (Reino Unido)

De este lugar se pueden contar muchísimas historias. Una de ellas es que, a cinco kilómetros de aquí, nació el naturalista Charles Darwin, autor de la teoría de la evolución de las especies.

De este sitio, que es un aeropuerto, también se puede decir que, durante la Segunda Guerra Mundial, fue el centro de las operaciones defensivas para proteger Londres.

Y, por último, que si alguna vez alguien tiene curiosidad en ir por allí, que conduzca con cuidado, que para acceder a esta colina debe superar caminos estrechos, curvas peligrosas y seguramente esquivar algún tractor.

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Estamos en Biggin Hill, a unos 30 kilómetros al sur de Londres, y ni hemos venido a rendir tributo a Darwin, ni a rememorar el cruel sonido de las bombas, ni a competir en un rally -aunque en algún momento de nuestra experiencia lo haya parecido-.

Eso sí, lo que D+I ha venido a visitar sí que tiene que ver con algo relacionado con las carreras de coches, más concretamente, con el campeonato más importante del mundo del motor en todo el planeta: la Fórmula 1.

Entrada principal al MTC de la Fórmula 1 en Biggin Hill.

Entrada principal al MTC de la Fórmula 1 en Biggin Hill.

En los terrenos anexos al citado aeropuerto, que hoy en día se utiliza para operaciones privadas, está el Media & Technology Center (MTC) de la Fórmula 1. Dicho de otro modo: desde aquí se produce cualquier tipo de contenido oficial de esta competición, se controlan los directos, las repeticiones, las gráficas o los audios de los pilotos e ingenieros que escuchamos en nuestros hogares durante 24 carreras al año.

Es como un gran cerebro tecnológico que decide qué vemos y qué no, qué escuchamos y qué no. Y, como punto de arranque, estamos en disposición de desmontar una idea que quizá esté rondando la cabeza del lector. Y es que, pese a la gran cantidad de datos que llegan aquí desde cada circuito o pese a que hay que tomar cientos de decisiones en apenas segundos, la inteligencia artificial no está muy presente en este búnker. 

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No es que no se utilice, pero, aunque tecnológicamente sería posible, no se recurre a ella para elegir las mejores tomas, las team radios más jugosas o los datos más llamativos.

Es decir, aquí la inteligencia se deja para el equipo humano y la tecnología está para garantizar dos palabras que cada empleado de este edificio tiene marcada a fuego: la eficiencia y la eficacia.

Para entender la importancia de estas dos palabras hay que explicar los procesos de retransmisión de la carrera. La señal que llega a los hogares de 500 millones de aficionados de todo el mundo en el momento del comienzo de cada gran premio, comienza a trabajarse diez días antes en el circuito.

La Fórmula 1 instala en cada circuito un complejo Event Technical Center (una carpa gigante que sirve de enlace entre lo que pasa en la pista y Biggin Hill y se convertiría en backup en caso de caída de la señal) y todo el operativo de la retransmisión, entre el que hay 90 cámaras en el trazado, hasta cinco por cada coche, 147 micrófonos...

Servidores en el centro de datos de la Fórmula 1.

Servidores en el centro de datos de la Fórmula 1.

La instalación de hasta 58 kilómetros de fibra óptica asegura la calidad y la rapidez del envío de información y es clave para que la latencia sea mínima al enviar los datos desde el lugar del mundo en el que se celebre una carrera y el MTC.

A Pete Samara, Director of Strategic Technical Ventures, se le ilumina la cara cuando explica que se transmiten 600 teras de datos en cada gran premio y que la latencia es de 150 milisegundos, desde que un adelantamiento se produce en la pista hasta que lo vemos en casa.

"Lo principal es la retransmisión, mantener felices a los fans. Todo ello lo hacemos a través de la innovación, la tecnología y la pasión", explica en una charla con medios en el centro de operaciones de Biggin Hill.

Para que esa latencia sea la que es, hay una parte de este MTC que es clave: un centro de datos propio que sirve de hogar para toda esa gran cantidad de información que debe fluir a una rapidez descomunal.

Si hay una empresa que se mueve con total ligereza y libertad en este gran edificio es la tecnológica Lenovo. Esta compañía es uno de los partners principales de la Fórmula 1 y lleva dos años ofreciendo todo tipo de soluciones, incluidas las del data center.

De lo más simple -teléfonos móviles, tabletas, ordeandores o monitores- a lo más complejo. Según explica la compañía, "en línea con el compromiso de la Fórmula 1 de mejorar constantemente la experiencia de los aficionados, las soluciones de computación de alto rendimiento (HPC) y las soluciones de servidor de Lenovo están ayudando a la empresa a crear contenidos atractivos y personalizados".

Entrada al Data Center de la Fórmula 1.

Entrada al Data Center de la Fórmula 1.

La F1 está aprovechando la experiencia de la compañía china para recopilar datos en las instalaciones, mejorar el almacenamiento de datos en los eventos y crear contenidos mejores y más atractivos.

La tecnología de Lenovo, explican los próceres tecnológicos de la Fórmula 1, "proporciona al equipo una potencia informática crítica para ayudar en la creación de contenido de alta calidad a buen ritmo; las soluciones de hardware informático de alto rendimiento se utilizan tanto para aplicaciones de vídeo, como gráficos y edición, como para soluciones de difusión locales y las soluciones de servidor de alto rendimiento se aprovechan para aplicaciones de transmisión de video y para aplicaciones generales de comando y control de transmisión".

Por cierto, presumen desde la Fórmula 1 de tener equipos muy fiables tanto en el circuito como en Biggin Hill. "No estamos fabricando aviones, pero cualquier detalle que falla nos penaliza como empresa", explicó Samara durante la visita.

¿Qué tipo de detalles? Por ejemplo, en la sala de control de imagen, los operadores, durante un día de gran premio, son capaces de modificar, en tiempo real, el color de la retransmisión para que el color rojo que te llega por la pantalla -afectado quizá por las condiciones lumínicas del circuito en ese momento- es exactamente el rojo de Ferrari. 

Sala de control de las 'team radios' de las escuderías.

Sala de control de las 'team radios' de las escuderías.

Detalles como los que se observan en una sala dedicada al filtrado de las llamadas team radios -las comunicaciones entre piloto, ingeniero de pista y jefe de equipo-. Los técnicos de esta sala son capaces de escuchar 60 conversaciones simultáneamente para elegir las comunicaciones más interesantes para la retransmisión.

También hay una sala dedicada únicamente al audio que llega del circuito. Cuando uno ve un gran premio de Fórmula 1 cómodamente sentado en el sillón de su casa, no repara en la importancia que puede tener que una cámara capte el rugido de un motor a una cifra de decibelios diferente a la cámara que está dos curvas más adelante.

Pues bien, en esta sala, los técnicos ecualizan en tiempo real todo el audio que llega del circuito para unificar su potencia. 

Dar un paseo por este edificio y por todas sus salas de control es como adentrarse en cada una de las capas que uno siempre ha imaginado que tiene una retransmisión de Fórmula 1. Cientos de cámaras, cientos de sonidos, cientos de audios disponibles y cientos de parámetros a tener en cuenta.

Plató con realidad virtual y aumentada

Sobra decir que todo está blindado, hay mucho dinero en juego en las escuderías para que se filtre cualquier dato de rendimiento de un coche. Una cosa que en Biggin Hill necesiten todos esos datos para hacerte llegar un gráfico espectacular durante la retransmisión y otra que se filtren públicamente datos críticos sobre alguna de las estructuras deportivas que compiten.

En este edificio no falta nada, incluido un plató multifuncional que, pese a su reducidas dimensiones- puede albergar tres escenarios diferentes -uno de ellos sólo dedicado a la realidad virtual.

La realidad aumentada -lo sabrán los aficionados a este deporte- ya es un miembro más del circo. En este plató compruebas que todo es artificial, a pesar de que en casa parezca real ese alerón trasero que de repente ha aparecido junto a un presentador para explicar un nuevo avance en aerodinámica.

La joya de la corona de este MTC, en cualquier caso, es la gran sala de control de retransmisiones. Todas las imágenes que se lanzan desde cada una de las cámaras del circuito se pueden ver aquí. Desde aquí se decide qué vemos y qué no en tiempo real. Se preparan gráficos y se revisan acciones concretas para proponerlas como repetición. A una velocidad de vértigo, por supuesto.

Y esa velocidad sólo la puede dar la tecnología. Hasta la propia Fórmula 1 reconoce que la evolución tecnológica que ha vivido esta competición en los últimos cuatro años -desde la pandemia- es histórica, como aquella que promulgó un ilustre vecino llamado Darwin.