Erica Groshen, investigadora en la Escuela de Relaciones Industriales Laborales de la Universidad de Cornell, durante su intervención.

Erica Groshen, investigadora en la Escuela de Relaciones Industriales Laborales de la Universidad de Cornell, durante su intervención.

Tecnológicas

El impacto de los vehículos autónomos en el empleo ya tiene datos

Más de 1,3 millones de empleos se verán afectados, que se compensará con la generación de 800.000 millones de negociorn

19 julio, 2018 13:00

En el Automated Vehicles Symposium celebrado en San Francisco se han escuchado previsiones como el posible desplazamiento de entre 1,3 y 2,3 millones de empleos en EEUU, por la desaparición del puesto de conductor, con un impacto de 200.000 millones de dólares, la mitad de lo que supuso la deslocalización a China. En compensación se generarán 800.000 millones de negocio.

Los vehículos autónomos deberían conseguir un transporte más económico, lo que se traduce en que los usuarios tendrán más dinero para gastar en otras cosas y esto debe redundar en su economía, según las conclusiones que se desprenden de las ponencias de este simposio.

“La innovación no es nueva. Aprendamos del pasado”

Es innegable que la llegada de coches autónomos va a tener efectos en el empleo, tal y como señaló en este simposio Erica L. Groshen, investigadora en la Escuela de Relaciones Industriales Laborales de la Universidad de Cornell. “La innovación no es nueva. Aprendamos del pasado”.

Su equipo ha estudiado las evoluciones tecnológicas desde la revolución industrial y ha concluido que “cuando se pierden empleos, eventualmente volvemos al pleno empleo". Sin embargo, Groshen matizó que pueden haber costes muy altos para los trabajadores involucrados en el sector afectado: “Las pérdidas preceden a los beneficios, si los trabajadores alguna vez los obtienen”.

La investigadora incidió, en este sentido, en que se van a “perder muchos conductores”, por lo que son profesionales que tendrán que buscar “nuevas habilidades”. Dos de las opciones que se manejan es bien ralentizar la adopción de estos vehículos para permitir que el mercado de trabajo ‘se ponga al día’, bien redirigir parte del impacto económico anual de 800.000 millones para ayudar a compensar este efecto.

Ante estos datos, en el simposio se concluyó que los desarrolladores y reguladores de estos vehículos deben ser “proactivos” para lidiar con los problemas a los que se enfrenta la industria: seguridad, empleo, planificación urbana, educación… según las conclusiones extraídas de los ponentes de este evento.