Continuamos con la jornada matutina de esta cuarta edición del Observatorio ODS celebrado en el CaixaForum de Madrid, organizado por EL ESPAÑOL, ENCLAVE ODS e Invertia, y que ha tenido lugar durante los días 22, 23 y 24 de septiembre.
En esta ocasión es el turno de hablar sobre 'La nueva educación enfocada a economías resilientes', otro aspecto fundamental de cara a 2030 para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la comunidad internacional.
Así, de la mano de la periodista y directora de ENCLAVE ODS, Charo Izquierdo, se suben al escenario tres expertos de primer nivel: Nieves Segovia, presidenta del Grupo SEK; Gustavo Suárez-Pertierra, presidente de UNICEF; y Alberto García-Peñas, director del Máster de Ingeniería Circular de la Universidad Carlos III.
Izquierdo arrancaba planteando una cuestión abierta a los tres invitados, donde planteaba si la educación necesita una transformación sistémica que forme a los más jóvenes en esto que está llamado economías resilientes.
Ante ello, Segovia apuntaba que "el sector educativo está en la base de cualquier otra de las discusiones". Motivo por el que "sin duda hay que reformar el sistema, para economías resilientes y muchas otras cosas". Y es que, dice, "estamos preparando a nuestros alumnos para un sistema que desconocemos y el sistema educativo se basa en educar sobre certeza".
Y añadía: "Hay muros de contención importantes a la transformación y al cambio, parece que somos ajenos, pero la realidad no es esa. La irrupción es real y convendría verla. Los alumnos cada vez tienen un menor sentido de pertenencia al sistema".
"Queremos liderar ese cambio social que a veces se nos escapa a todos, pero tenemos que hacer una reflexión interna muy profunda. Existen tantas oportunidades como desafíos", sentenciaba la presidenta del Grupo SEK.
Mesa redonda. La nueva educación enfocada a economías resilientes
Por su parte, Suárez-Pertierra mencionaba que hay que tener en cuenta el contexto general y hacía referencia al Foro de Davos para nombrar a la "policrisis". Y aseguraba que "en este momento estamos viviendo la ruptura del multilateralismo, que es la base que permite formular los ODS y que lo que marca el camino para la Agenda 2030".
Y esto, subraya, "afecta a los sistemas educativos". "Hay 267 millones de niños que no están en la escuela y la restricción de las ayudas de por países que no están en crisis va a suponer que esa cifra se incremente". Motivo por el que señala que "hay que enfrentar el impacto que llegue desde el exterior y aprovecharlo para poder avanzar".
Por ello, dice, se precisan "instituciones fuertes que sean capaces de enfrentarse a los riesgos que llegan y que puedan modularlos". Porque, insiste, "los poderes públicos tienen que promover políticas activas que promuevan la consecución de estos objetivos".
Continuaba García-Peña poniendo el foco en la Unión Europea, a quienes responsabilizaba de una "hiperregulación" que ha llevado a una problemática para acceder a los ODS. "Esto ha impedido la introducción de algunas tecnologías", comentaba. Y por ello, defendía que las instituciones ejecutivas fuesen capaces de responder a tres puntos básicos: el científico, el industrial y el consumidor.
La mesa seguía proponiendo una pregunta a Segovia, donde le cuestionaba sobre las metodologías pedagógicas para formar a estudiantes en competencias económicas alineadas con la sostenibilidad. A esto, la presidenta del Grupo SEK respondía que "estamos con el reto todavía de sensibilizar a los alumnos, pero también a los docentes y al conjunto de la comunidad de aprendizaje de la que todos formamos parte".
En ese sentido, hacía hincapié en que se necesitan "aliados", porque "hay muchas vías, pero lo más importante es que las instituciones sean un modelo de lo que queremos que sean nuestros estudiantes".
Por ello, Segovia apuntaba a que "lo más importante es traer la comunidad a la escuela y que la escuela salga fuera". Y añadía: "La solución es sistémica y la institución tiene que jugar un rol en red, que sea un espacio abierto al conjunto de la comunidad y que las mejores prácticas sean reales". Porque, insistía, "solos, dentro del sistema, no va a suceder".
La cuestión, comentaba García-Peñas, es que "los problemas a los que nos enfrentamos en la universidad es que todos los programas están pensados para enfrentarse a una economía lineal".
Y lo explicaba: "Se ha intentado introducir, pero no se ha abordado de forma íntegra. Sería necesario replantear la nueva realidad emergente de la economía circular y adaptar los sectores a esa respuesta. Y para ello es necesario contar con la administración pública".
La clave, apuntaba el director del Máster de Ingeniería Circular de la Universidad Carlos III, se encuentra en poder "responder a las necesidades tecnológicas y sociales", al mismo tiempo que se da respuesta desde "el punto de vista científico y tecnológico". Todo ello, con el objetivo de que, de alguna forma, estos modelos se encaminen verdaderamente a una economía circular.
"Esto puede ayudar a alguno de los problemas a los que nos estamos enfrentando. Por no querer escuchar a los estudiantes, estamos perdiendo la oportunidad de responder al futuro al que ellos se van a tener que enfrentar", concluía García-Peñas.
