El IV Observatorio de los ODS, organizado por ENCLAVE ODS, EL ESPAÑOL e Invertia, ha continuado con una afirmación demoledora: nunca hemos estado tan lejos de conseguir la paz.
En 2025, hay 59 conflictos armados activos en el mundo, la cifra más alta desde la Segunda Guerra Mundial. Esto representa tres conflictos más que el año pasado y marca 13 de los últimos 17 años de retroceso en niveles de paz mundial.
El costo humano es devastador: 122,1 millones de personas desplazadas por la fuerza, es decir, una de cada 67 personas en el mundo ha tenido que huir de su hogar. Entre las víctimas de estos conflictos, más de 152.000 personas han perdido la vida en enfrentamientos armados solo en 2024, mientras que el precio económico asciende a casi 20 billones de dólares anuales.
Sudán encabeza esta tragedia con 14,3 millones de personas desplazadas, seguido por Siria con 13,5 millones, Afganistán con 10,3 millones y Ucrania con 8,8 millones. Pero esta crisis no se limita a estos países: África concentra 17 conflictos activos, Asia y el Pacífico 10, Oriente Próximo 6, y Europa y América registran dos conflictos cada una.
Mesa redonda. Meta 2030, fin de los conflictos: una paz que no llega
Para reflexionar sobre los conflictos actuales han estado presente Raquel González, coordinadora de Médicos Sin Fronteras (MSF) en España; Raquel Martí, directora ejecutiva de UNRWA España; Ana Barrero, directora de la Fundación Cultura de Paz; Borja Monreal, director de Políticas Públicas del Gabinete de la Presidencia del Gobierno.
Barrero ha insistido en que se ha producido "un retroceso de la paz a nivel global muy importante". Además, "hay más guerras con más violencia". Por eso, ha recordado, "si queremos la paz, hay que invertir en ella, y eso significa compromiso político e inversión en seguridad humana, y atender a los acuerdos políticos y respetar los derechos humanos".
Monreal, por su parte, ha recordado que la manera de apostar por un mundo libre de violencia no es otra que "defendiendo y apostando por el sistema multilateral, siendo conscientes de que es imperfecto, pero teniendo en cuenta de que es esencial" para luchar por la paz.
Asimismo, ha apuntado que se debe "hacer una defensa expresa de sus bondades y de todos los avances que ha conllevado. Atendiendo, también, a que es muy probable que haya que rediseñar ese sistema para que refleje los poderes que hay actualmente".
Sudán
González ha empezado hablando de la "estrategia de destrucción deliberada" de centros sanitarios, como la acaecida en Sudán o Gaza. El primer país, ha dicho, "es una de las crisis humanitarias más graves de las últimas décadas, que está condenada al olvido".
"Hay un 80% de las infraestructuras médicas que o no funcionan o funcionan parcialmente" en el país africano. "Los niveles de destrucción son enormes y esto está ligado a lo que está viviendo la sociedad civil".
Ahora mismo, ha dicho, "los dos bandos han sido acusados de crímenes de guerra y se está viviendo un desmantelamiento del tejido social. Las organizaciones humanitarias sobre el terreno estamos viendo, a su vez, un aumento de la violencia. Y esto sucede porque el 80% de las muertes de los últimos años se achacan a actores estatales, por su capacidad de realizar ataques con drones".
Gaza
UNRWA, por su parte, asiste a casi seis millones de refugiados palestinos. "En la Franja hemos alcanzado el límite al que podíamos llegar". Desde la Segunda Guerra Mundial, ha recordado, "no se ha visto un conflicto en el que se haya atacado a esta escala a los trabajadores de Naciones Unidas".
Asimismo, ha recordado, los ataques israelíes han asesinado a 370 trabajadores de UNRWA en Gaza y se han destruido la totalidad de sus infraestructuras. "No hay ni colegios ni centros médicos que no estén, al menos, parcialmente destruidos".
Esto, ha dicho, con una agravante: "No solo están protegidos por el derecho internacional humanitario, sino que todas las clínicas de Gaza están bajo la bandera de Naciones Unidas, que tiene inmunidad".
E incluso las que se usan como refugio se han atacado: "En las últimas dos semanas se han atacado 12 instalaciones de UNRWA en Gaza donde había 11.000 personas desplazadas, y el problema es que ya no hay repercusión mediática".
Además, a nivel internacional, Martí ha recordado que "se ha criminalizado a UNRWA para conseguir que cesaran sus operaciones en Gaza. Es la primera vez que una agencia de Naciones Unidas ha sido prohibida en un territorio ha sido ocupado, y eso va en contra de la carta fundacional de la ONU".
