La mesa de desperdicio alimentario.

La mesa de desperdicio alimentario. Esteban Palazuelos

IV Observatorio ODS (2025)

El desperdicio alimentario, a debate: "Volvamos a valorar el cocinar en casa para no tirar tanta comida"

Remolonas Food, Too Good To Go, el Grupo IFA, la Fundación Daniel y Nina Carasso reivindican la necesidad de darle una segunda vida a los alimentos que podrían acabar en la basura.

Más información: La descarbonización no es una utopía, pero es necesario "seguir traccionando" para alcanzar la transición

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El IV Observatorio de los ODS, organizado por EL ESPAÑOL, Invertia y ENCLAVE ODS, continúa en el CaixaForum de Madrid con un debate sobre el desperdicio alimentario.

Para debatir sobre ello, se han dado encuentro Carlos Pérez, CEO de Remolonas Food; Victoria Albiñana, responsable de Asuntos Públicos y Relaciones Institucionales de Too Good To Go España y Portugal; Eva Torremocha, responsable del Área de Alimentación Sostenible de la Fundación Daniel y Nina Carasso; y Ana Lorenzo, directora de Asuntos Públicos, Comunicación y ESG y miembro del Comité de Dirección del Grupo IFA.

En España, el pasado curso registró un mínimo histórico en lo que a desperdicio se refiere, con una reducción del 4,4% respecto al año anterior, según el Informe Anual sobre Desperdicio Alimentario elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).

Sin embargo, la cifra sigue siendo muy alta: en total, 1.125 millones de kilos o litros de alimentos y bebidas se han desperdiciado en 2024.

Mesa redonda. Acabar con el desperdicio alimentario en España

Pero como nos gusta quedarnos con lo bueno y, sobre todo, recalcar cuando algo se hace bien, podemos autofelicitarnos por una bajada sustancial de la cifra desde 2020 del 20%, cuando se contaban hasta 1.400 millones de kilos/litros desperdicio.

Pérez, como experto que es en "dar salida" a los alimentos feos, ha recordado que desde Remolonas Food le dan una oportunidad a todos esos productos perecederos que no entran en la cadena distributiva.

"Estamos construyendo lo mismo que se hace en el textil o en otros sectores, pero para el sector alimenticio", ha dicho respecto a la economía circular que ya está más implantada en otras industrias. Desde Remolonas Food, buscan darle una segunda vida a esos excedentes agrarios que acabarían echándose a perder.

Too Good To Go construye en la misma dirección. Albiñana recuerda que su plataforma ayuda a "salvar" alimentos de establecimientos que acabarían en la basura. Pero también productos directamente del productor que, por error en el etiquetado u otro problema, pueden llegar a los lineales del supermercado.

Torremocha ha hecho hincapié en la necesidad de apostar por la innovación para transformar los sistemas de producción. Pues ahí radica el mayor desafío.

Por su parte, Lorenzo ha recordado el triple impacto del desperdicio alimentario: económico, social y medioambiental. A nivel económico, ha dicho, supone pérdidas por tener que tirar producto. A nivel social y medioambiental, ha insistido, crea desigualdades no solo en el propio país, sino entre Estados.

España, sin desperdicio

Lorenzo, además, ha puesto en valor la ley contra el desperdicio en España. "Valoramos que se haya definido un marco, pues las empresas llevan muchos años autorregulándonos".

Albiñana ha apuntado hacia la flexibilidad de la ley para que las empresas puedan decidir cómo aprovechar todos esos productos que podrían acabar en la basura. Pero "hay un reto, que es cómo medir lo que se hace".

Pérez ha querido matizar las complejidades de la medición: "Hablamos de cifras complejas de medir". Pero, ha insistido, "nadie en la cadena productiva quiere tirar nada, pero es imposible predecir la demanda". A esto, se le une la complejidad de tratarse de productos perecederos que tienen fecha de caducidad.

Por eso, Pérez apuesta por los incentivos "y no solo el castigo". "El consumidor tiene que entender que los alimentos por ser feos no son peores, que si hay un error en un etiquetado, se puede vender", ha dicho. Algo en lo que las empresas tienen una labor clave.

Torremocha, por su parte, ha querido poner el foco en "la idiosincrasia de nuestro país". Y ha valorizado el cocinar: "Que la modernidad no sea comerse un poke o un bowl, sino hacerte tus legumbres en casa y llevarte un tupper al trabajo. Intentemos parar las casas sin cocina y de dar de lado el tiempo en la cocina".