La democracia española vive por tercera vez en medio siglo un "monumental intento" de encubrimiento de graves tramas de corrupción, en el que un "jefe de Gobierno" se niega a asumir sus responsabilidades y presentar su dimisión.
Pese a ello, Pedro J. Ramírez, presidente ejecutivo y director de EL ESPAÑOL, se ha mostrado convencido de que "por tercera vez viviremos el triunfo de la información sobre el encubrimiento". Una prueba más del papel fundamental que desempeña una prensa libre y plural a la hora de garantizar una sociedad abierta y una democracia fuerte.
Ramírez ha sido el encargado de clausurar el ciclo de conferencias La libertad en el siglo XXI organizado por EL ESPAÑOL y la Universidad Camilo José Cela (UCJC), con motivo de sus 10º y 25º aniversarios, respectivamente.
'La búsqueda de la verdad en el periodismo del siglo XXI' por Pedro J. Ramírez
Diez ponencias en las que diez grandes personalidades de distintos ámbitos han reflexionado sobre la libertad en campos como la cultura, la economía, la empresa, la educación, la tecnología o el pensamiento.
El presidente ejecutivo y director de EL ESPAÑOL ha citado durante su conferencia una frase de Isaiah Berlin que sirve para cualquiera de las charlas que se han celebrado en la sede de la UCJC durante las últimas semanas, pero muy especialmente para la vinculada a la prensa: "La libertad era necesaria para hacer posible la libertad".
"Vivir para vivir. Ser libres para ser libres. Para satisfacer el derecho del público a saber lo que le concierne. Para ayudar a los ciudadanos a tomar sus decisiones con conocimiento de causa", ha remarcado.
Ramírez ha repasado en su intervención sus 45 años como director de periódico y ha recordado varios episodios que reflejan la importancia de la libertad de prensa en las democracias y cómo, desde el poder político, se ha intentado frenar a aquellos medios que mostraban una postura crítica.
45 años
El golpe de Estado de 1981, los asesinatos de la banda terrorista ETA, la trama de los GAL y su conexión con el Gobierno de González, el caso Filesa, el caso Ibercorp, el caso del reparto irregular de fondos reservados, el atentado del 11-M, el caso Bárcenas... son sólo algunos de los ejemplos mencionados por Pedro J.
En estos años, ha recordado, estuvo retenido durante unas horas en un calabozo tras no haber acudido a una citación judicial por un "capricho personal" de un juez, como este mismo reconoció. También se difundió un vídeo sexual en el que él aparecía como consecuencia de un montaje urdido por un asistente personal de Felipe González.
Además, por dos veces un Gobierno, una con González como presidente y otra con Mariano Rajoy (y en ambos casos con la implicación de Juan Carlos I) consiguió que le destituyeran como director. Primero de Diario 16, medio que había resucitado, y después de El Mundo, periódico que había fundado.
Sin embargo, ha señalado que a los pocos meses de este segundo despido, "Jonás resucitó del vientre de la ballena, se transformó en león y EL ESPAÑOL comenzó a rugir, publicando de nuevo exclusivas sobre la corrupción de unos y otros".
"Cuando comenzamos a desvelar las que afectaban a Sánchez quedamos englobados en la fachoesfera y fuimos castigados con la retirada de la práctica totalidad de la publicidad institucional", ha añadido.
A lo largo de los años, Ramírez ha podido constatar que la libertad de prensa en el siglo XXI "está sometida a las mismas amenazas que la libertad de prensa en el siglo XX". Y así lo demuestra el hecho de que muchas de las palabras que escribió en un libro publicado en 1980 siguen valiendo a día de hoy para ilustrar la situación de la prensa.
Amenazas
En ese libro de bolsillo titulado Prensa y Libertad (que ha mostrado físicamente en la conferencia), Pedro J. señalaba que allí donde exista libertad de expresión habrá quienes intentarán abusar de ella o que tan importante como ella es el derecho a la intimidad o el derecho a un juicio justo.
También apuntaba que allí donde se detecta una prensa libre aparece siempre "un boyante sistema democrático", así como que "el nivel de violación de la libertad de prensa es un buen termómetro de la vulneración de las demás libertades".
En el libro, además, se oponía a aquellos que "desean perpetuar un cerrado gremialismo elaborado a partir de una concepción funcionarial del periodismo" o a obligar a un periodista a relevar sus fuentes. Entonces, afirmaba que "la mejor ley de prensa es ninguna ley de prensa porque basta someter la actividad informativa a los códigos penal, civil y mercantil".
Todo esto es perfectamente aplicable hoy en día. "Sólo han cambiado las tecnologías de la información", ha señalado Ramírez, quien ha alertado de que son "un arma de doble filo". "Implica la posibilidad de estar mejor informado y el riesgo de estar peor informado o incluso más desinformado", ha detallado.
Tecnología
El director de EL ESPAÑOL ha incidido en que "las fauces del poder están igual de abiertas que siempre, pero son más grandes que nunca" y ha remarcado que "la era de Internet ha dado pie a una proliferación de actores cada vez más heterogénea e incontrolable".
En su opinión, el gran problema de Internet estriba en "la falta de regulación a nivel nacional e internacional de las plataformas de agregación y distribución de contenidos". Un vacío legal que les exime de responsabilidad cuando reproducen contenidos delictivos y fomentan el anonimato de sus autores.
Pedro J. Ramírez, presidente ejecutivo y director de EL ESPAÑOL, durante el ciclo de conferencias 'La libertad en el siglo XXI'.
De hecho, ha afirmado que bastaría que todos los propietarios de redes sociales tuvieran la obligación legal de facilitar en un plazo mínimo de tiempo a la justicia la identidad de cualquier usuario acusado de injurias o calumnias o demandado por vulnerar el honor ajeno, para que "gran parte de los detritos que han convertido algunas de esas redes en auténticos vertederos comenzaran a desaparecer".
Por otro lado, también ha apuntado que esa pretensión de erradicar el extremismo con la que algunos justifican la necesidad de reformas legales o acciones judiciales para cerrar medios "no es sino una coartada para tratar de intimidar a los medios críticos y reprimir o al menos desprestigiar el periodismo de denuncia".
"Pero, aunque no fuera ese el caso, es hora de subrayar que lo que caracteriza a una sociedad abierta y a una democracia fuerte es la capacidad de aceptar y proteger el disenso por muy radical que sea", ha defendido.
Ramírez ha apuntado que, en apenas una década, el sector ha vivido tres fuertes shocks que han cambiado de forma acumulativa y disruptiva el sistema de distribución de contenidos: la generalización de Internet; la aceleración del digital first, de la mano de los móviles y con ayuda de la pandemia, y ahora la irrupción de la Inteligencia Artificial.
Colaboración competitiva
Todo ello está teniendo tres efectos: la convergencia de los formatos audiovisuales con los literarios y su fusión en nuevas narrativas; la multicanalidad, que obliga a sustituir el tradicional follow the leader por el follow the reader, y el cambio del concepto de competencia por el de colaboración competitiva.
Este concepto se entiende muy bien con el ejemplo que Cruz Sánchez de Lara, vicepresidenta de EL ESPAÑOL, repite tras habérselo escuchado por primera vez a Encarna Samitier: si tú tienes un bar, lo más importante no es que vendas más que el de enfrente, sino que vaya la mayor cantidad de gente posible a las calles de los bares.
"Afortunadamente, en España las calles de los bares están bastante llenas, aunque la de la web en abierto vaya trasvasando su clientela a la de las redes sociales", ha agregado Pedro J. Ramírez. Y estos "bares" son los que, ante los actuales casos de corrupción, están aportando cada hora una novedad que abre nuevos caminos de investigación y denuncia a los demás.
"Quizá la intensidad de estas vivencias y sobre todo la ansiedad por llegar pronto a un desenlace que permita a nuestro país superar esta etapa peligrosa y traumática, nos esté impidiendo valorar la utilidad última de lo que hacemos los periodistas", ha remarcado.
Ramírez ha iniciado su conferencia mencionando una noticia publicada en 1979 por el Washington Post sobre un asesor del presidente se bajó la cremallera de la bragueta delante de una mujer en su despacho oficial. Luego resultó que no era verdad, o al menos no había pruebas de que lo fuera, y el diario tuvo que publicar una rectificación y pedir perdón.
De la misma forma, ha acabado la ponencia comentando otra noticia de un asesor del presidente se subió la cremallera de su bragueta delante de una mujer en su despacho oficial.
Sin embargo, ha apuntado que, esta vez el PSOE, "que tanto rigor exige a los medios, ha concluido al cabo de varios meses de ardua reflexión y una semana de intensa investigación que la acusación es… "verosímil".
