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Antes de que prohíban la música: así se vive la distopía Wah

El espectáculo musical y gastronómico Wah es un recorrido por la historia de la música y un viaje culinario por el mundo. Una noche para experimentar con los cinco sentidos.

¿Qué harías si fuera tu última noche en la tierra? ¿Qué música querrías escuchar? ¿Te gustaría disfrutar tu comida favorita o preferirías probar algo nuevo? Madrid cuenta con un nuevo espectáculo en su cartera cultural en el que todo eso es posible. En Wah, el pabellón 2 de IFEMA se convierte en un mundo de distopía en el que las artes escénicas se fusionan con la experiencia gastronómica.

La pandemia nos ha pillado con ganas de salir, de bailar y de disfrutar y eso es lo que se respira en el ambiente de Wah, un nuevo concepto de ocio en la capital madrileña. En palabras de sus creadores, “es un show que rompe el modelo de espectáculo convencional donde confluye un elenco fantástico de artistas, tecnología brutal, 5 horas de experiencia y más de 1.000 personas trabajando en un proyecto pensado para muchos años, para turistas de todo el mundo y con un único lenguaje: la música”.

Allí entraremos de lleno en la historia de Wah, el último lugar del planeta en el que se puede disfrutar de la música. Un grupo de artistas rebeldes se enfrentan a la Nación Omega, un grupo totalitario que ha prohibido cualquier rastro de expresión artística, y harán todo lo posible por recuperar la música.

Atenderemos a un viaje por los grandes géneros musicales, desde la ópera a la electrónica a través de las melodías más reconocidas del mundo. Pero para disfrutar del espectáculo primero habrá que recorrer los más de 1.000 metros cuadrados de food hall, donde los asistentes pueden probar platos de todo el mundo en sus 14 estaciones gastronómicas.

Una distopía inédita

En una sala blanca nuclear da comienzo la experiencia Wah. Unos encapuchados de la Nación Omega esperan a los asistentes, que podrán escapar por un oscuro túnel guiados por los rebeldes de Wah. La interacción con el público será una trama frecuente a lo largo de toda la noche, para que todo el mundo pueda sentirse totalmente inmerso en la historia y atmósfera del show. .

Una vez cruzado el angosto túnel, espera en su máximo esplendor el food hall, un espacio gastronómico con decorados salidos de un set de cine. En pocos pasos podemos saltar de una taberna española a un mercado callejero en Tokio, un food truck mexicano o una trattoria italiana. El espacio lo forman 14 estaciones gastronómicas con los platos estrella de cada gastronomía del mundo: sushi, pizzas, hamburguesas, tacos… y jamón ibérico. E incluso hay platos veganos.

Mientras disfrutamos de la cena, actores, bailarines, músicos, acróbatas y zancudos recorren las mesas y puestos de showcooking para amenizar este primer acto, previo al espectáculo musical.

La de Wah es una propuesta creativa inédita hasta ahora en nuestro país, pues ha logrado fusionar una experiencia gastronómica de gran nivel (la comida corre a cargo de Life Gourmet, una de las empresas de catering líderes en España) junto a un espectáculo musical al más puro estilo de Broadway. En este sentido, “había que asegurarse de que la comida que se sirve en Wah estuviera “a la altura del espectáculo”, declara Diego Gomez Montero, CEO de Life Gourmet.

Cuando se acerca la hora de la música, los rebeldes nos guían hasta el patio de butacas (con más de 1.000 localidades) donde tendrá lugar el segundo acto de la noche. Aquí Wah saca toda la artillería para hacer un extenso recorrido por la historia de la música. A través de los temas más míticos -se escuchan Thriller de Michael Jackson y Bohemian Rapsody, entre otros- se repasan todos los estilos. Ópera, flamenco, jazz, rock, electrónica… Ninguno falta y todos combinan a la perfección en el montaje.

Puccini, Lady Gaga, Paco de Lucía, David Guetta o Los Beatles forman la inolvidable playlist de Wah. Las dos horas de música -que pasan volando- se disfrutan aún más gracias a una sensacional puesta en escena. Y para tal espectáculo, Wah cuenta con un elenco de cantantes, músicos y artistas procedentes de Broadway, el West End de Londres y grandes voces nacionales e internacionales, ganadores de La Voz o artistas de icónicos musicales como El Rey León o El Fantasma de la Ópera.

Asombra también el vestuario, que ha sido diseñado para crear una nueva “raza” de personas, los rebeldes de Wah y los Omega, una amalgama de elementos futuristas y de la estética steampunk. Jordi Dalmau, director creativo de Wah y diseñador, cuenta que “el vestuario de Wah es muy loco, es como el show. No estamos siguiendo todos la misma línea, cada personaje, artista, tiene una personalidad diferente así que la hemos potenciado con cada traje”

Las más de 80 prendas que se utilizan cada noche sobre el escenario han sido confeccionadas, cosidas y pintadas a mano, “para que la prenda sea aún más selectiva y no haya dos iguales”, apunta Dalmau. Además, para cada una de ellas “hemos contado siempre con la esencia de cada músico o cada cantante para saber la finalidad que querían, para que en el escenario estuvieran cómodos y super fusionados con el vestuario”.

La victoria de los rebeldes de Wah frente a los Omega en esta parte del show es el triunfo de la música, que da por finalizado el segundo acto. Aunque esto no quiere decir que el espectáculo haya acabado, porque aún aguarda una sorpresa más. La noche acaba por todo lo alto en La Catedral, el espacio central del food hall que ahora queda reconvertido en un club nocturno al más puro estilo neoyorquino en el que los asistentes pueden disfrutar de copas y cócteles al ritmo de música en directo, de la mano del DJ Mickey Dastinz.

Este tercer acto pone el punto y final a una de las jornadas culturales imprescindibles de la temporada. Un proyecto rompedor como propuesta de ocio por la original fusión de experiencias que acoge, y que ha sido posible gracias a la capacidad de IFEMA para transformarse en un gran escenario en el que disfrutar de la música, antes de que la prohíban, claro.