Loading...

Ventilación mecánica: clave para salvar a los pacientes más graves del Covid-19

La ventilación mecánica es una de las terapias más efectivas para combatir el Covid-19 porque permite ganar tiempo para paliar los daños del virus en los pulmones.

La pandemia ha sacudido los cimientos de nuestra sociedad. Se ha llevado muchas vidas, ha impactado en la economía y ha generado una situación muy compleja, especialmente para el sistema sanitario. El episodio ha sido tan grave como inédito y, aunque el riesgo que conlleva la expansión del Covid-19 sigue vigente, la vuelta a una relativa normalidad permite reflexionar sobre lo que hemos vivido y prepararse para que, en caso de que exista un rebrote, saber a qué nos enfrentamos.

En lo estrictamente científico el Covid-19 ha planteado un reto casi sin precedentes. El desconocimiento, la prisa y la rápida expansión del virus son algunas de las claves que han elevado la gravedad de una patología sobre la que no existía “evidencia científica”. En los hospitales todo el personal ha tenido que hacer frente a una presión sin precedentes y aprender sobre la marcha la mejor manera de velar por la salud de los miles de personas que han contraído el patógeno.

Un virus con muchas armas letales

Javier García Fernández es jefe del Servicio de Anestesia y de Cuidados Críticos del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid). Como médico, e integrante de una de las unidades más afectadas, su relato ofrece una fotografía no solo de lo que se ha vivido dentro de un centro sanitario, sino de cómo los profesionales han tenido que lidiar ante “el mayor reto posible” a costa de su descanso y, en ocasiones, de su propia salud. De hecho, este doctor también ha vivido la pandemia desde el lado del paciente, porque el coronavirus le provocó una neumonía bilateral: “Estuve ingresado en una unidad de cuidados intermedios y casi a punto de ser intubado y pasado a intensivos”, cuenta.

Javier García Fernández. Jefe de Servicio de Anestesia y de Cuidados Críticos del Hospital Puerta de Hierro

De lo poco o mucho que se ha ido aprendiendo acerca del Covid-19 durante estos meses, la neumonía es, precisamente, una de las consecuencias más comunes entre los pacientes graves. En general, “este virus lleva muchas armas letales ocultas más allá de su replicación viral y el daño directo que causa sobre las células”, explica el doctor García Fernández.

La ‘preferencia’ de este coronavirus por el sistema respiratorio tiene su lógica, según el galeno, porque “una de las células ‘diana’ para el virus son los neumocitos tipo 1 y tipo 2, que son las que recubren y tapizan el pulmón. Además, es un órgano que tiene muchísimas células inflamatorias, muchísimos macrófagos, y el sistema inmune está muy presente en él. Por lo tanto, al activarse de forma descontrolada estos macrófagos para atacar la infección, aquellas partes del cuerpo donde hay más macrófagos sufren más las consecuencias de la inflamación”. En conclusión, “este ‘bicho’ ataca de forma directa por replicación y daño directo de los neumocitos y por la respuesta inflamatoria descontrolada, que también ataca al pulmón”.

“El 65% de los Covid-19 son totalmente benignos y no dejan secuelas, son catarros mínimos sin consecuencias”, asegura. Sin embargo, este proceso sobre cómo afecta a la capacidad pulmonar es una pista que explica la gravedad y, como consecuencia, las cifras de mortalidad que ha dejado la patología, y también es algo que remarca otro de los aspectos que han adquirido la máxima publicidad durante la pandemia: la necesidad de contar con sistemas de ventilación mecánica, los conocidos respiradores.

Ventilación mecánica: ganar tiempo y vida

Esta terapia es importante porque ayuda a ganar tiempo gracias a que permiten que el pulmón pueda reducir su carga de trabajo y recuperarse de una manera más efectiva. Es, en palabras de Javier García Fernández, “la única forma de soportar al pulmón cuando está fallando; al tener éste una función vital, sin la cual el organismo muere en pocos minutos, contar con un ventilador adecuado es imprescindible para ayudar o soportar parcialmente la función respiratoria”, explica.

En este contexto, contar con esta tecnología ha sido una de las necesidades más urgentes en todos los hospitales, donde la demanda desde mediados de marzo “fue desmesurada, sin precedentes, nunca habíamos vivido una situación igual”, como reconoce Georgina González, directora de la división de Respiratory & Monitoring Solutions (RMS) de Medtronic. La empresa, que se dedica al diseño de tecnología médica para tratar diversas patologías, ha suministrado materiales y soluciones digitales durante la pandemia, pero es en su área de RMS la que más directamente se ha activado durante el pico de la crisis, movilizando en tiempo récord sus recursos para satisfacer las peticiones del sistema sanitario. “Cumplimos, más que nunca, con la misión de nuestra compañía, que es aliviar el dolor, recuperar la salud y extender la vida de nuestros pacientes con nuestras terapias”.

Georgina González. Directora de Respiratory & Monitoring Solutions (RMS) de Medtronic.

Para empezar, y como explica Georgina, “decidimos aumentar la producción un 40%, lo que implicó doblar turnos en las fábricas y un trabajo aún más intenso con los proveedores para asegurarnos de que teníamos materias primas”, una tarea ingente si se tiene en cuenta que cada unidad cuenta con “unos 1.500 componentes”.

La capacidad de respuesta y las decisiones que ha tomado Medtronic durante esta crisis han salvado muchas vidas porque en condiciones normales “se tardan unas ocho semanas desde que se pide hasta que se instala”. El timing habitual era imposible de asumir en tales circunstancias, por lo que Medtronic intensificó su labor y, aun así, ha tenido que “dar prioridad a aquellas zonas donde la prevalencia de la enfermedad era muchísimo mayor”, según su directora de RMS. Escenarios en los que la urgencia era tal que, como cuentan algunas personas de la empresa que han tenido un contacto más estrecho con las unidades en las que se instalaban estos dispositivos cuentan que poco menos que se las quitaban de las manos tan pronto entraban en el hospital.

“Nos traéis vida”

“Nos traéis vida, nos decían en alguna UVI de las que visitamos”, cuenta Fernando Sánchez-Girón, especialista en RMS de Medtronic, “porque para ellos el acceso a la ventilación mecánica suponía darle la oportunidad a un paciente para que pudiese vivir”. Sus experiencias en primera línea, como la de su compañera de terapia Alicia Villar, han demostrado su implicación personal en los momentos en los que cada mano contaba para hacer frente a la enfermedad. Momentos en los que la presión que existía en los hospitales se trasladaba a las empresas que trabajan con ellos.

“Hemos intentado hacer las cosas en tiempo récord y algo muy importante para que todo haya funcionado ha sido el trabajo en equipo”, relata Villar. “Ha habido muchísimos compañeros que han levantado la mano porque querían ayudar”, añade Sánchez-Girón.

Como ellos, David Cabanillas, ingeniero técnico y responsable de la instalación, mantenimiento y reparación de Medtronic, también ha vivido en primera persona la “sensación desoladora” que ofrecían los hospitales hace unas semanas. Desde su posición, David ha advertido acerca de un aspecto que, durante lo peor de la crisis, saltó a los medios de comunicación: la proliferación de ideas para improvisar desde la nada elementos que ayudaran a los pacientes, y que de forma incorrecta se han denominado ‘respiradores’.

Todos estos artilugios denotan “una muy buena voluntad por parte de muchísimas personas que lo han hecho de todo corazón, pero con soluciones así un ser humano no puede sobrevivir más de cuatro días”, aclara David. Estos objetos, añade, “son más bien un ambú como los que se usan en las RCP pero no un respirador como tal”.

David Cabanillas. Responsable de la instalación, mantenimiento y reparación de ventiladores mecánicos de Medtronic.

Sánchez-Girón es aún más gráfico a la hora de explicar las diferencias entre un ventilador mecánico de verdad y artilugios de urgencia como los que se han usado en casos extremos durante la pandemia: “Es como comparar un patinete con un fórmula uno. ¿Los dos se mueven? Sí. ¿Los dos tienen cuatro ruedas? Sí. Pero ¿al patinete lo llamarías coche…? Ha habido muchísima generosidad por parte de la gente, pero lo cierto es que detrás de un respirador hay una cantidad de investigación tremenda que implica la gran labor de equipos multidisciplinares (ingenieros, médicos…). Son de una sofisticación increíble”, concluye.

Formación online para sanitarios

Y que, como tal, requieren de una formación adecuada para los equipos que se quedaban a cargo de ellos, algo de lo que se han encargado también Alicia y Fernando. Es una parte muy importante porque la necesidad y la angustia vivida ha hecho que muchos sanitarios no tan familiarizados con este equipamiento en su actividad normal tuvieran que aprender sobre la marcha cómo usarlo. Y, como en el resto de fases del proceso de puesta en marcha, la angustia de aquellos momentos hizo todo más complicado, hasta el punto de que, como relatan, “había lugares en los que, a mitad de la formación te decían que no podíamos seguir y que tenían que llevarse el equipo, nos los quitaban de las manos para usarlo cuanto antes, porque al final había vidas en juego y pacientes que no podían esperar”.

Ante esta situación, otra de las soluciones que ha puesto en marcha Medtronic es una plataforma de formación online para que los sanitarios que quisieran puedan ampliar la información dada in situ y reforzar sus conocimientos o resolver las dudas de manejo. El portal también incluye un calendario de webinars específicos que se han llevado a cabo durante toda la pandemia y que ha reunido a cientos de especialistas en torno a temas más concretos sobre el Covid-19. Son herramientas que han ayudado a cientos de sanitarios a conocer más y mejor la amenaza que ha puesto en jaque a nuestra sociedad y que, junto al incremento de la producción, han llegado para quedarse “el tiempo que se necesite”, según Georgina González.

Conscientes de la complejidad que entrañan estos dispositivos tan avanzados y de la dificultad para hacer frente a la demanda, otra de las iniciativas de Medtronic fue la de compartir el diseño de uno de sus modelos. “Pensamos que teníamos que ayudar a quien pudiera ponerse a fabricar y poder ayudar en esta pandemia. Como había tanta demanda, y nuestro objetivo es salvar vidas, consideramos que era una manera de que se pudieran tratar pacientes con Covid-19 en otras áreas”, explica la directiva de Medtronic. “Creo que ha sido una decisión muy acertada en un momento en el que tienes que ir más allá de tu responsabilidad como empresa para combatir una pandemia de este calibre”.

Recién estrenada la nueva normalidad, la vida sigue más o menos donde la dejamos antes del confinamiento. Sin embargo, el goteo de contagios que se suman diariamente a las estadísticas obliga a no bajar la guardia y asumir que un segundo rebrote es una posibilidad real si no respetamos las medidas de seguridad necesarias.

Aunque todos coinciden en el trabajo incansable y la profesionalidad de los sanitarios, como apunta Fernando Sánchez-Girón, es importante “que no perdamos la memoria de lo que ha pasado, aprender de ello y reconocer los errores para no repetirlos”. Se trata de estar “más preparados” ante lo que pueda acontecer a todos los niveles, no solo en el plano médico, donde encontrar una vacuna es prioritario. Entretanto, Alicia Villar apunta una clave: “Mejor prevenir que curar, hay que invertir en sanidad”.