Il pirata ‘aborda’ por primera vez el Teatro Real

La partitura de un joven Bellini, exponente del bel canto, desembarca en el Real como prueba de fuego para los artistas que se enfrentan por primera vez a él

Un pirata, un amor, romanticismo italiano y mucho drama. Ópera. Quizá sea evidente y nada destaque a simple vista, pero Il pirata, de Vincenzo Bellini, supuso un endiablado punto de inflexión con el que el autor pretendía, en sus propias palabras, “formar una unión de canto y drama”, hermanando música y narrativa, dando así el pistoletazo de salida al auténtico melodrama romántico.

Fue un éxito desde que se estrenó en Milán, en 1827, catapultando al éxito a su autor. Recorrió el mundo y llegó a Madrid en 1830, representándose en distintos teatros de la ciudad de forma ininterrumpida hasta 1843. Trece años en los que nunca se representó en el Teatro Real, como recuerda Joan Matabosch, su director artístico, nunca hasta este 2019, cuando al fin se estrenó este fin de semana y donde se seguirá representando hasta el 20 de diciembre.

Pero el de la obra no es el único estreno, gran parte del reparto también se bautiza en las aguas de esta Sicilia de finales del siglo XIII. Es el caso Javier Camarena, tenor aclamado en el Real por sus representaciones en obras como La fille du régimen (2014), Lucia di Lammermmor (2018) o L'elisir d’amore (2019).

Camarena se estrena con el pirata Gualtiero, un estreno que supone para él “una emoción grande. Como cuando empiezas a conocer a alguien, cuando no sabes si la relación va a ser buena, si te vas a enamorar…”, ríe a través del cansancio del ensayo general, cuyo recuerdo le sirve para reconocer que Il Pitara “es una ópera muy complicada, muy compleja para todos los personajes, especialmente para la voz del tenor”.

Esa complejidad puede deberse a la juventud de Bellini, como comenta Emilio Sagi, director de escena del montaje. “Es un Bellini de cuando él era muy joven y todavía no tenía los ‘skills’ para trabajar bien las voces como puede ocurrir en I Puritani, que es muy difícil, pero está mejor escrita para cantar. En cambio ésta es muy difícil de cantar”.

Una complejidad que confirma la soprano Yolanda Auyanet, quien da vida por primera vez en el Teatro Real, y en su carrera, a Imogene. Reitera que “es un Bellini de los primeros, una de sus primeras óperas y para mí estaba experimentando, es un poco laboratorio esta ópera y este personaje. Tiene momentos un poco inconexos, y yo creo que esa es la gran dificultad que tiene”, asegura poco antes de su ensayo general, de su estreno particular.

La exigencia es enorme. Bellini buscaba un nuevo concepto de tenor, que dominara al mismo tiempo los registros agudos y graves, que lograra el mayor realismo en la expresión de afectos y emociones y cuyo timbre pudiera evidenciar, con el mínimo artificio posible, la pureza de sentimientos, la lealtad, el valor y la gallardía del personaje.

“Gualtiero estaba pensado para un determinado cantante. Las exigencias vocales que representa están siempre rozando lo imposible con respecto a como entendemos ahora el canto moderno”, ratifica Celso Albelo, tenor que, uno más, también se estrena en este pirata, dándole voz en cuatro de las representaciones programadas en el Real.

Pero, pese a que siempre se habla del tenor, Bellini no se olvidó de la soprano, cuya Imogene exige un dominio de la técnica impecable, un dominio que no descansa, zarandeado por Gualtiero, su verdadero amor, y Ernesto, su odiado marido. Un papel criminal.

Pese a todo, ‘el crimen’ es siempre bien recibido en la Ópera, y aun así ‘Il pirata’ no sale del olvido a menudo. No es por falta de interesados en montarla o por falta de público, es, “sencillamente, porque no hay casi nadie que pueda cantarla”, afirma Matabosch. Así, como escribe el director artístico, hay que celebrar que tras 190 años haya llegado el momento de que finalmente el Teatro Real conozca a Il pirata.